Las bolsas occidentales, y en especial la americana, están caras. Así lo refleja Azvalor en su última carta trimestral a inversores, según la cual esto se demuestra tanto a través del análisis bottom-up como si nos fijamos en algunos ratios agregados. Fernando Bernard, socio fundador y codirector de inversiones de Azvalor, destaca , por ejemplo, que el famoso indicador «Buffett» (valor total de mercado de las compañías cotizadas en USA/PIB) está en máximos históricos.
Según Bernard, nos encontramos en los niveles que se alcanzaron durante la burbuja “puntocom” en el año 2000 (o incluso muy por encima si atendemos a la mediana de las compañías, ya que las tecnológicas, que cotizaban especialmente caras, distorsionan los datos del 2000).
Y si nos fijamos en el PER, la bolsa americana está cotizando a unas 29 veces frente a una media histórica de unas 16 veces. «En las principales bolsas europeas la situación es algo menos extrema, pero no muy distinta; especialmente si neutralizamos el importante impacto que ha tenido en algunas de ellas (como la italiana o la española) la tremenda pérdida de valor acumulada desde el anterior pico por parte del sector bancario, dada su importante ponderación en los índices (caídas por razones que exigirían un análisis aparte)», explica Bernard.
Desde este punto de partida, la expectativa de rentabilidad real (deflactada por el IPC) en los siguientes 10 años sería de alrededor del 0% anual (es decir, en términos nominales subirá solo en la medida en que lo haga la inflación). «Nosotros desconfiamos profundamente de la exactitud como herramienta de predicción de este tipo de análisis, pero sí creemos que sirve de referencia para plasmar una sólida y sencilla idea: valoraciones caras = rentabilidades pobres a largo plazo», añade.
La burbuja histórica de la renta fija
Si las valoraciones de las bolsas, en general, no son atractivas, desde Azvalor advierten de que la situación de la renta fija es todavía peor. «En nuestra opinión, estamos ante la mayor burbuja de valoración de la historia de la renta fija, que ha llegado hasta el punto de suponer rentabilidades nominales negativas en gran parte de la deuda soberana de países desarrollados», advierte Bernard.
En este contexto, la gestora value entienda que es tentador tener efectivo, a pesar de que, no sólo no renta nada, sino que además va perdiendo poder adquisitivo por efecto de la inflación. «Efectivamente, el ‘cash’ tiene un valor de opción ante la posibilidad de caídas en los mercados (y de invertir a valoraciones más atractivas). No obstante, les advierto que la estrategia de esperar a invertir en momentos mejores es francamente difícil de llevar a cabo», afirma. En su opinión, la evidencia demuestra de forma apabullante que el ahorrador medio se equivoca acerca de cuándo es el momento adecuado para invertir.
Sin embargo, en los mercados de renta variable cotizan miles de compañías distintas, cada una sujeta a su propia “realidad” que es, hasta cierto punto, única. «Afortunadamente, en cualquier momento de mercado existen compañías baratas y oportunidades de inversión y la discrepancia entre las compañías más caras y las más baratas es mayor que nunca», añade Bernard.
Entre los factores que explican este escenario, Bernard destaca la intensa “moda” por la gestión pasiva y la incesante proliferación de otros vehículos pasivos como los ETFs, la represión financiera (ausencia de rentabilidad en los bonos) que ha provocado la compra “forzosa” de compañías percibidas como de calidad y con beneficios aparentemente estables, como sustitutos de los bonos; las compras por parte de algunos bancos centrales y la disrupción, casi omnipresente hoy en día sobre todo por el fenómeno online que está afectando a un gran número de industrias, y que provoca que muchas compañías coticen a
múltiplos bajos por las “razones correctas”.
Así, desde Azvalor creen que el premio para quien acierte los ganadores será más impotante que de costumbre. «Nuestras carteras están especialmente baratas y son una alternativa de inversión mucho más atractiva que invertir en los índices», señalan. Tras un primer cuatrimestre del año en el que las carteras internacional e ibérica han registrado una rentabilidad del 14,8% y el 5,5%, respectivamente, otorgan potenciales de revalorización para ambas del 119% y el 80%.