AXA Investment Managers (AXA IM) ha anunciado la mejora de sus compromisos climáticos para acelerar su contribución a la transición hacia un mundo más sostenible y menos intensivo en carbono. En concreto, refuerza su política de compromiso con el clima y stewardship policy con el fin de desinvertir en los “rezagados sobre el clima”.
Según explica, también entrará en vigor una política de inversión reforzada para el sector del petróleo y el gas, con nuevas exclusiones para mitigar los impactos adversos de la industria en el medio ambiente. Y se hará hincapié en la canalización consciente del capital hacia soluciones climáticas para fomentar una transición hacia estrategias más sostenibles e impulsar el compromiso de convertirse en un inversor y una empresa net zero para el año 2050.
«Todos debemos desempeñar nuestro papel en la transición hacia un mundo con bajas emisiones de carbono y estamos orgullosos de haber anunciado estas actualizaciones de nuestros compromisos climáticos durante la Cumbre Mundial del Clima, la COP de la Inversión. Como gestores de activos, la forma en que actuamos según nuestras convicciones y asignamos el capital tiene el poder de influir en los comportamientos de las empresas en las que invertimos. Nuestro deber fiduciario va más allá de ofrecer rendimientos a nuestros clientes, también se trata de invertir de forma responsable e impulsar la acción climática. Así es como AXA IM desempeña su papel. En nuestras decisiones de inversión, en los productos que ofrecemos, en la forma en que nos comprometemos y votamos, y en la forma en que gestionamos nuestro propio negocio, actuamos para equilibrar la rentabilidad con la sostenibilidad a largo plazo del mundo en que vivimos», afirma Marco Morelli, presidente ejecutivo de AXA IM.
En este sentido, Morelli destaca que la convicción fundamental de la gestora es asignar aún más capital a las soluciones climáticas y a los activos de alineación net zero y seguir financiando a las empresas que consideren que están realmente en transición. “El compromiso y el diálogo abierto con las empresas y los clientes son cruciales para entender e influir en las trayectorias de net zero. Además, si no vemos avances y compromisos firmes por parte de las empresas, debemos ser valientes y audaces en nuestras decisiones de inversión y estar preparados para desinvertir. El camino hacia el net zero consiste en la transición. Debemos dar a las empresas el tiempo necesario para adaptarse, pero también debemos adoptar un enfoque sin concesiones con las empresas participadas que no se tomen en serio el cambio climático”, añade.
En este sentido, la gesta explica que aplicará una “lupa climática más fuerte” a sus decisiones de inversión y adoptará cuatro enfoques diferentes a la hora de buscar empresas y emisores de alto impacto en función de la categoría a la que pertenezcan:
- “Líderes climáticos” son empresas que proporcionan soluciones climáticas que permiten la transición a un mundo con una subida de la temperatura limitada a 1,5°c y/o que ya tienen una baja huella de carbono y las mejores prácticas climáticas y medioambientales de su clase. AXA IM seguirá invirtiendo en «líderes climáticos» y se asegurará de que mantengan su liderazgo
- “Líderes de la transición” son empresas con un buen historial de reducción de las emisiones de carbono y/o una trayectoria de mejora formal con objetivos medibles. AXA IM continuará trabajando duro para identificar a aquellos «líderes de la transición» que presenten una oportunidad de crecimiento, proporcionando así valor a largo plazo para los clientes
- “Rezagados de la transición” son empresas que están concienciadas con el clima pero que son más lentas a la hora de embarcarse en un viaje de transición tangible. AXA IM continuará invirtiendo y comprometiéndose con los «rezagados de la transición» para animarles a acelerar su transición, especialmente a través de votaciones en las Juntas Generales de Accionistas (JGA).
- “Los rezagados del clima” son empresas que no se toman en serio el cambio climático, según AXA IM. Esta lista específica será definida por AXA IM y estará compuesta por empresas que son importantes en las carteras de AXA IM y cuyo impacto en el clima es también elevado. AXA IM se comprometerá con estas empresas a partir de 2022 definiendo objetivos claros, supervisando las acciones tomadas hasta 2025 y desinvirtiendo si el progreso en su camino hacia el cero neto no es sustancial, aplicando así el principio de «tres strikes y estás fuera». Del capital que potencialmente se desprenda de los rezagados en materia de clima, AXA IM tratará de invertir en líderes en materia de clima y transición.
Además, AXA IM reforzará su política de Petróleo y Gas (O&G), que tendrán aplicación a partir de 2022, entre las novedades destacan:
- El refuerzo de la política de Arenas Petrolíferas (Oil Sands) mediante la adición de un umbral de exclusión absoluto, que lleva a la exclusión de las empresas para las que las Arenas Petrolíferas representan más del 5% de la producción total.
- La ampliación del enfoque medioambiental mediante la adopción de una política estricta sobre el Ártico, excluyendo las actividades de extracción de petróleo y gas realizadas en la región del Programa de Vigilancia y Evaluación del Ártico (AMAP). Esto significará la desinversión en empresas que deriven más del 10% de su producción de esta región. En cuanto a Shale/Fracking, AXA IM excluirá a los pequeños actores con una exposición a la producción superior al 30%.
- AXA IM se comprometerá con las empresas de Oil&Gas que permanezcan en el ámbito de aplicación sobre la base de objetivos claros y un calendario específico, y desinvertirá después de tres años si no se ha logrado un progreso suficiente.
- Se espera que el marco de la Iniciativa de Objetivos Basados en la Ciencia (SBTi, por sus siglas en inglés) para el sector del petróleo y el gas se publique a finales de 2021, y AXA IM se centrará en garantizar que los actores de Oil&Gas que permanecen en el ámbito de aplicación establezcan objetivos basados en la ciencia en línea con este nuevo marco de manera oportuna.
- Por último, la atención sistemática a las prácticas operativas para garantizar que la gestión del metano se gestiona correctamente y que los KPI de CO2 se ajustan a las expectativas.
El compromiso de la compañía también se traslada a la asignación de activos en soluciones climáticas para impulsar la transición hacia un mundo con un aumento de temperatura limitado a 1,5º. Para ello, seguirá desarrollando la gama de fondos ACT (sus fondos ESG más centrados) para simplificar su oferta a los distribuidores e inversores finales; garantizará que más fondos y estrategias elegibles lanzados dentro de la Renta Variable, la Renta Fija y los Multiactivos se ajusten a los artículos 8 y 9 del SFDR; invertirá en activos verdes para ayudar a financiar la transición a un mundo con bajas emisiones de carbono; reducirá las emisiones de CO2 de los inmuebles directos por metro cuadrado en un 20% para 2025 frente a 2019, con el objetivo de que sean nulas para 2050 y tendrá el 50% de los activos inmobiliarios directos alineados con 1,5°C para 2025.
Adicionalmente, AXA IM, Blue Like an Orange y Proparco (una filial de la Agence Française de Développement centrada en el desarrollo del sector privado) están trabajando en una estrategia de inversión innovadora para movilizar entre 1.000 y 2.000 millones de dólares con instituciones financieras de desarrollo, grandes inversores privados y aseguradoras. Esta estrategia de renta fija invertiría en bonos de mercados emergentes y tendría como objetivo proporcionar apoyo a los emisores para desarrollar proyectos que mejoren los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS).
Net-cero 2050
De igual forma que tomado medidas para autoreducir su huella de carbono, este compromiso por la transición sostenible de cara a las cero emisiones para 2050 se trasladan en sus inversiones. Para ello, saldrá de todas las inversiones en carbón en los países de la OCDE para 2030, y en el resto del mundo para 2040; ampliará su cartera de inversiones verdes y continuará publicando su un informe TCFD anual, en el que presenta sus estrategias ESG y climáticas, así como las métricas clave, como la huella de carbono de las inversiones, que disminuyó un -8% entre 2018 y 2020.