AXA Investment Managers (AXA IM) ha anunciado el lanzamiento del fondo AXA World Funds Framlington Clean Economy, un producto que pretende dar a los inversores acceso al potencial de crecimiento a largo plazo de las tecnologías limpias. El fondo está registrado en el Reino Unido, Austria, Bélgica, Alemania, Dinamarca, España, Portugal, Finlandia, Francia, Italia, Países Bajos, Noruega, Suecia y Liechtenstein.
Gestionado por Amanda O’Toole, este fondo es un compartimento de la SIVAV luxemburguesa de la gestora que tiene como objetivo la revalorización del capital a largo plazo invirtiendo en el universo de las empresas de tecnologías limpias cuyas actividades mejoran la sostenibilidad de los recursos, apoyan la transición energética (desde los combustibles fósiles hasta la producción y el almacenamiento de energía libre de emisiones de carbono) y abordan el problema de la escasez de agua.
El enfoque de inversión del fondo mira más allá de las clasificaciones sectoriales tradicionales e identifica empresas con actividades que se benefician de tendencias de crecimiento de largo recorrido.
El fondo también forma parte de la creciente gama de fondos de inversión de impacto de AXA IM y el marco de impacto de la compañía es un rasgo distintivo de su estrategia de inversión. En sintonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODS), el marco de impacto de AXA IM ayuda a definir en toda la gama de fondos los objetivos y resultados en materia de impacto en la sociedad. Los ODS de NU en los que se centra el fondo Clean Economy están en consonancia con cada una de las cuatro subtemáticas de la estrategia del fondo.
Estas cuatro subtemáticas de la estrategia abordan y tratan de resolver los problemas a los que nos enfrentamos a causa de los recursos limitados, como el desarrollo del transporte sostenible y la adopción del vehículo eléctrico, avances significativos en tecnología de baterías y desarrollo de sistemas de reducción de emisiones. Por otro lado también abarca los temas relacionados con la energía inteligente, como costes de producción de energías renovables, hogares y edificios más ecológicos con redes eléctricas digitalizadas y soluciones de almacenamiento de energía, así como fábricas más eficientes que reducen el consumo de energía.
La nutrición responsable también entra en juego con agricultura de precisión, reducción de la demanda de productos de origen animal, innovación en biociencias y empresas cuya tecnología mejora la calidad del agua potable y reducen el consumo de agua y el reciclaje y reducción de residuos que atañe a empresas que mitigan los daños al medio ambiente, reduciendo los residuos, facilitando el reciclaje y controlando y resolviendo problemas de contaminación.
Amanda O’Toole, la gestora del fondo, comenta por qué las tecnologías limpias interesan a los inversores en estos momentos: “Existe una necesidad urgente de gestionar las emisiones de carbono y limitar el calentamiento global. Los recursos naturales finitos del planeta se ven sometidos constantemente a nuevas presiones: 200.000 personas más pueblan la Tierra cada día. En la sociedad interconectada de hoy, las personas están cada vez más concienciadas sobre estos problemas y presionan para que haya cambios. En AXA IM hemos tomado nota de estos cambios y de las oportunidades que brindan a las empresas cuyas actividades facilitan la transición hacia una economía más sostenible”.
“Gracias a una estrategia sin restricciones en diferentes segmentos de capitalización, el fondo Clean Economy invierte en empresas cotizadas que encierran un gran potencial de crecimiento mientras apoyan la transición del mundo hacia las energías renovables y los esfuerzos por optimizar el uso de los recursos, así como la reducción de los residuos y de la contaminación”.
Beatriz Barros de Lis, directora general en España de AXA Investment Managers explica que “desde AXA IM queremos ofrecer a nuestros clientes las soluciones de inversión que necesitan hoy para construir juntos un futuro mejor. Como gestores activos, creemos que a través de la inversión se pueden conseguir cambios positivos para la sociedad. Esta estrategia cumple con creces este objetivo, permitiendo al inversor la posibilidad de apoyar el desarrollo de la transición energética, además de abordar el problema de la escasez del agua. Al mismo tiempo, se trata de una propuesta que puede aportar valor a aquellos inversores que están interesados en buscar alternativas de inversión a la renta variable tradicional y beneficiarse del potencial de crecimiento a largo plazo que ofrece la temática de las tecnologías limpias”.