Los clientes institucionales de Willis Towers Watson – que incluyen fondos de pensiones, compañías de seguros, fondos soberanos y fundaciones – aumentaron la cuantía de sus inversiones cerca de un 20% en 2016, alcanzando una cifra de 71.700 millones de dólares a través de varios tipos de activos.
Sin embargo, David Cienfuegos, director de Inversiones de Willis Towers Watson España, cree que “lo que para los inversores funcionó en el pasado, ya no funcionará en el futuro, por lo que los clientes están buscando formas innovadoras de lograr mejores rendimientos ajustados al riesgo. Su objetivo principal es encontrar nuevas fórmulas para aumentar el rendimiento de sus activos, ya sea a través de la reducción de costes, aumentando la diversificación o creando soluciones hechas a medida de una forma más reflexiva que antes”.
La renta variable se mantuvo como el activo preferido entre los clientes de Willis Towers Watson en 2016, con cerca de 270 selecciones durante el año, representando un valor total de 26.000 millones de dólares, un 25% más que en 2015.
El private equity ha experimentado un resurgimiento con un aumento de selecciones del 75% en 2016 entre los clientes de Willis Towers Watson. Del mismo modo, también hubo un incremento general en el resto de las estrategias de renta variable, como aquéllas referentes a la renta variable global, mercados emergentes y smart beta.
Las estrategias de diversificación continuaron siendo populares, con una inversión por parte de los clientes de 23.600 millones de dólares en 2016. El número de selecciones en infraestructura y bienes inmuebles aumentó en aproximadamente un 50% en el periodo de 12 meses, con fecha de finalización de 31 de diciembre de 2016. Las estrategias de multi-activos líquidos también registraron un crecimiento del 70% durante este mismo periodo.
“Con la constatación cada vez mayor de que el actual entorno de baja rentabilidad va a continuar más tiempo de lo esperado, los clientes están reconsiderando sus asignaciones en renta variable”, asegura Cienfuegos.
Gestión activa
Para el director de Inversiones de Willis Towers Watson España, el atractivo de explotar la habilidad de los gestores (búsqueda de alpha) e incrementar la iliquidez ha aumentado, aunque estima que esto requiere más esfuerzo por parte de los inversores.
“La realidad es que gran parte de los gestores de gestión activa no están siendo capaces de aportar valor una vez descontadas sus comisiones, por lo que la manera de alcanzar mejores resultados en renta variable es a través de carteras concentradas con las mejores ideas (dejando de lado las ideas de relleno) y optimizando los costes, haciendo un uso apropiado de la “smart beta” para complementar la exposición final a este activo”.
“Las estrategias de diversificación continúan siendo importantes, ofreciendo a los inversores una vía sofisticada frente al riesgo bajista. Además, hemos advertido que la demanda de soluciones personalizadas continúa creciendo, a medida que un mayor número de inversores institucionales reconocen sus beneficios”.
Las nuevas asignaciones a estrategias de crédito permanecieron estáticas en número, con 207 selecciones y menor volumen, con un total de 14 mil millones de dólares entre los clientes de Willis Towers Watson en 2016. Las soluciones “Smart beta” en crédito han recobrado popularidad, de ser unas pocas en 2014 y 2015 a alzarse con 19 diferentes selecciones en 2016.
“La actividad fue significativamente menor en algunas partes del mercado de crédito, así como en deuda pública de países desarrollados y bonos de deuda de empresas con grado de inversión, reflejando de esta manera el panorama de valoración en el estado actual de importante expansión monetaria. Sin embargo, el universo de crédito es muy amplio y hay sitio para mantener la exposición a esta prima de riesgo a través de formas alternativas al crédito, introduciendo al mismo tiempo más iliquidez y exigencia de habilidad en la gestión. Otra forma de implementar algo relativamente nuevo e interesante en el espacio de crédito es a través de soluciones ‘smart-beta’, concluye Cienfuegos.