El mercado de bonos es cada vez complejo y para generar resultados positivos independientemente de lo que el mercado haga, sin seguir un índice, resulta cada vez más importante un enfoque flexible basado en valor, mediante cualquier activo de renta fija global, incluyendo países e instrumentos. De hecho, en opinión de Sarah Hargreaves y Thomas Hansen, senior investment managers de Pictet AM, ni siquiera en un momento de aumento de los tipos de interés hay que limitarse a perder menos que un índice o que otras estrategias.
«Ahora bien, predecir el comportamiento de los mercados es muy difícil y no lo intentamos. Por ejemplo, no tratamos de estimar cuando el mercado alcista en bonos a 30 años de EEUU puede llegar a un final abrupto. En su lugar preparamos la cartera para ello», explican los gestores del fondo Pictet-Absolute Return Fixed Income. En este sentido, afirman que es probable que los tipos de interés sigan relativamente bajos los próximos tres a cinco años debido a un crecimiento económico real por debajo del potencial y un continuo des-apalancamiento. Por ello, mantienen posiciones en deuda del Tesoro de EE.UU. a largo plazo.
Sin embargo, no excluyen la posibilidad de subidas moderadas de tipos de interés, lo que puede provocar importantes perturbaciones a corto plazo en algunos segmentos del mercado de bonos. «Así que una posición en deuda del Tesoro de EE.UU. es contradictorio con generar rentabilidad independientemente de los movimientos de los mercados», afirman Hargreaves y Hansen.
Por ello, para reducir este riesgo potencial, han mantenido determinadas posiciones, como derivados sobre tipos de interés de Europa Central y del Este, especialmente de Hungría, donde están demasiado bajos para una economía cuya inflación va en aumento. «Su banco central ha recortado sus tipos a pesar de una expansión económica robusta, con más de un 13% de aumento de los salarios en 2017. De hecho, su inflación ya está en el 3% -el objetivo de su banco central- y la probabilidad de ajuste monetario ha aumentado. Así que ha llegado a resultar barato comprar deuda Húngara vía forwards», señalan.
Además, hay que tener en cuenta que el mercado puede cambiar rápida y drásticamente y que, cuando lo ha hecho, resulta muy costoso comprar protección contra mayores caídas. «De ahí que otra de nuestras posiciones recientes haya sido renta fija corporativa high yield europea, cuyas rentabilidades a vencimiento están cerca de mínimos récord y es particularmente vulnerable a un cambio negativo del sentimiento inversor», concluyen.