Los locales de Aiva en Zonamérica, Uruguay, han vuelto a la actividad después de varias semanas de trabajo a distancia. Un sistema de trabajo alterno y por grupos, además de un refuerzo de las medidas de seguridad, forman parte de un protocolo diseñado cuidadosamente y pensado para ir avanzando por etapas, cuidándose del COVID-19 pero también tratando de que el negocio siga avanzando.
Uruguay registra actualmente 19 víctimas mortales por coronavirus (al 11 de mayo) y se encuentra en alerta sanitaria desde el pasado 13 de marzo. Las autoridades recomiendan el aislamiento social y mantienen interrumpidas las clases en todos los establecimientos de enseñanza. Aunque la cuarentena no es obligatoria, el país quedó casi paralizado por la pandemia y actualmente ensaya un retorno cauto a la normalidad.
“Estas semanas de trabajo remoto han funcionado perfecto desde el punto de vista de la eficiencia, pero observábamos que estábamos perdiendo algo muy importante para Aiva que tiene que ver con la cultura de compartir, de pensar ideas juntos, de tener una conexión. Desde el primer caso que apareció en Uruguay creamos un equipo especial para diseñar un plan y la gestión de las tareas que implicaba la nueva realidad; siempre en contacto con la dirección y los diferentes jefes de área”, explica Natalia Sosa, Head of Human Resources, quien puso en marcha el plan junto con Jorge Redondo, Head of Business Technology.
Los colaboradores de Aiva quedaron divididos en tres grupos; dos de ellos tienen unos 40 integrantes cada uno y funcionan desde el pasado lunes 4 de mayo acudiendo a la oficina de manera alterna. Se estableció un protocolo que implica varias medidas: un ritmo semanal alternado, fuertes medidas higiénicas (los limpiadores rotan con cada grupo), distanciamiento entre puestos de trabajo y el uso de mascarillas y alcohol en gel, entre otras. El tercer grupo está compuesto por la gente que por diversas razones no podía reincorporarse en estos días por diferentes motivos, pero que lo hará en los próximos días.
Los dos grupos que ya pudieron reincorporarse conforman el 85% del actual staff de Aiva en Uruguay, un porcentaje que irá subiendo en las próximas semanas si la situación tiende a normalizarse
“Es importante dividir bien a la gente porque así, en caso de que aparezca un caso de contagio, los riesgos están limitados. Dentro del protocolo de medidas que tomamos definimos no hacer testeos aleatorios, pero sí ante cualquier mínimo síntoma de la enfermedad, Aiva se hará cargo de los test en el domicilio de los trabajadores si su médico de cabecera no se lo prescribió. En caso de positivo, todo el grupo quedará en cuarentena”, explica Natalia Sosa.
El plan de contingencia de Aiva parece de sentido común, pero ponerlo en marcha y diseñarlo fue de una gran complejidad: “Recopilamos información de otros países, de otras empresas y organizaciones locales. También consultamos a médicos de confianza, leímos mucha documentación y en todo momento tratamos de ponernos en el lugar de cada persona afectada por esta situación. El plan tiene decenas de medidas y se irá ajustando permanentemente. Debido a la evolución de la pandemia (el invierno está llegando al cono sur) el protocolo se irá revisando semana por semana, mes por mes, con un constante ajuste en función de lo que dicte la realidad”, afirma Jorge Redondo.
Aiva tiene su sede central en Uruguay, pero es una firma de alcance latinoamericano, con una amplia red de colaboradores en varios países, cada cual con una situación diferente. Actualmente los viajes están suspendidos, una decisión que se revisa cada quince días.
“Estábamos acostumbrados al trabajo a distancia con nuestros asesores, pero de todos modos esta es una situación inusual, y sentimos la necesidad de apoyarlos y acompañarlos. Fue por ello que en el marco de Aiva University, en estas semanas previmos la organización de conferencias y talleres, algunos con consultores que son socios estratégicos de Aiva, para darles un soporte personalizado y ayudarlos a mantener y continuar desarrollando su negocio. Hay gente que vio esto como una oportunidad y tenemos Asesores en diferentes países que han ganado en eficacia porque pueden tener más reuniones gracias a las herramientas informáticas, que los ayudan a superar las distancias o los problemas ligados al tráfico. Estamos mirando esta nueva realidad como una verdadera oportunidad”, señala Jorge Redondo.