El COVID-19 ha sido un catalizador clave en la inversión ESG en toda la industria de gestión de activos. “Esperamos que la difusión de la inversión ESG continúe en todo el mundo en distintos grados. En el último año, hemos observado dos tendencias clave en este ámbito. Una es que tanto los inversores minoristas como los institucionales están mostrando una creciente demanda de sostenibilidad; y la otra, que los productos de inversión responsable han superado los resultados de forma consistente, incluso frente a importantes desafíos”, destaca André Schnurrenberger, Managing Director para Europe de Cerulli Associates.
En este sentido, uno de los factores que está permitiendo su desarrollo es un mayor nivel de análisis e información en torno a las cuestiones ESG, así como la creación de taxonomías, normativas y principios de interpretación comunes. Según destacaba Cerulli Associates en uno de sus últimos informes, las compañías de análisis y consultoría están creando nuevas oportunidades tanto en términos de productos como de mercados, aunque el crecimiento de la ESG suponga un aumento de la regulación.
Desde Cerulli Associates destacan que el proceso de ESG de la inversión toma cada vez más relevancia para los inversores institucionales, como es el caso de Estados Unidos. Es decir, los inversores buscan que el análisis y la visión ESG sea amplia, y esté acorde con los tiempos en los que vivimos. “Los propietarios de activos dan mucha importancia a que los gestores de activos tengan una misión articulada y una cultura en la que la diversidad e inclusión de género y racial (D&I) sea fundamental. Se está profundizando en las políticas de D&I de las empresas, solicitando una mayor transparencia en la equidad salarial, la participación en los beneficios y la propiedad de las acciones”.
Las gestoras están recogiendo estas tendencias y, siguiendo con el ejemplo de Estados Unidos, el 90% de los ejecutivos preguntados por Cerulli afirmaron que incorporar criterios ESG a sus productos y procesos de inversión fue una prioridad, durante el tercer trimestre de 2020. “Ha crecido la demanda por parte de los principales compradores minoristas e institucionales. Los gestores están recibiendo una mayor demanda de los inversores finales y prevén un aumento de la demanda debido a las transferencias de riqueza multigeneracional”, concluyen desde Cerulli.
Justamente este es el segundo factor que impulsa el crecimiento de la inversión ESG. Según reconoce Hans-Jörg Naumer, director global de Mercado de capitales y Análisis temático en Allianz Global Investors, la presencia de inversores minoristas en el universo de inversión ESG está aumentando, pese a que sigue siendo “el terreno de juego” de los inversores institucionales.
“El acrónimo ESG puede entenderse como una conexión entre los criterios de sostenibilidad de las empresas y las decisiones de inversión. A través de ESG, la sostenibilidad también impregna los estilos de inversión individuales. La evolución reciente muestra que la sostenibilidad se considera cada vez más como un criterio de evaluación para minimizar los riesgos de inversión y mejorar la rentabilidad global, y ya no como un enfoque de inversión contrario al rendimiento”, afirma Naumer.
El término y los conceptos de los criterios ASG fueron introducidos por primera vez en 2004 por la iniciativa del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, con el fin de proporcionar a los analistas e inversores un conjunto de normas basadas en los «Seis Principios de Inversión Responsable» de las Naciones Unidas.
En este sentido, un factor que está propulsando y dando forma a la inversión ESG son las nuevas generaciones de inversores. En opinión de Jens Peers, director general de Mirova, filial de Natixis IM, la Generación Z (la población nacida entre 1996 y 2016) está jugando un papel relevante, en este sentido. “Creemos que la Generación Z quiere hechos, no ficción: por tanto, creemos que la transparencia y el compromiso serán la clave para las compañías si quieren que estos nuevos individuos se acerquen a ellas”, destaca sobre ellos.
A la hora de hablar de inversión, apunta: “La inversión ESG definitivamente tiene una posición alta en su agenda. Más de 4 de cada 5 integrantes de la Generación Z consideran el factor ESG en su inversión. Algunas compañías están tomando medidas para evolucionar: vemos que las firmas de moda emplean a modelos más diversos y a fabricantes de ropa sostenibles. Aunque la mayoría de ellos no conducen un coche, todavía necesitarán transportarse, y querrán hacerlo de forma sostenible. También, creemos que hay mucho margen para avanzar ya que pensamos que la Generación Z está muy enfocada en la tecnología, y esto conlleva riesgos de sostenibilidad.Pensamos que las empresas deben plantear las soluciones correctas con el fin de seguir siendo relevantes para la audiencia. Independientemente del sector, cuando se fijan en una compañía, hay tres factores que consideran importantes: lo que hace, pero lo más importante, cómo lo hace y a qué coste”.