Los hogares en Europa tienen actualmente 4 billones de euros en activos sin gestionar, que están perdiendo valor por el efecto de la inflación o perdiendo la oportunidad de crecer en vehículos de inversión a largo plazo. Es una de las conclusiones del informe presentado por la asociación de fondos de inversión de Luxemburgo, ALFI, titulado “Beyond 10%: the case for enlarging the pool of retail investors in Europe’s investment funds” (Más allá del 10%: la necesidad de aumentar la participación de inversores minoristas en fondos de inversión europeos), y que tilda esta situación tanto de una “oportunidad perdida para las entidades gestoras como para los ahorradores”.
Ante las conclusiones del informe, elaborado por la compañía de análisis MackayWilliams para analizar el impacto de la crisis financiera en el comportamiento de los inversores europeos y en la futura dirección de la industria, ALFI hace un llamamiento a las gestoras para que ofrezcan vehículos que logren captar toda esa cantidad de dinero sin gestionar, en depósitos y liquidez, y que está por encima de la riqueza de los hogares en Suramérica. Y es cuatro veces el tamaño de la industria de gestión en Brasil.
“Existe una enorme cantidad de capital en liquidez o depósitos que podría beneficiarse de la rentabilidad de algunos vehículos de inversión. Pero para capturar esos activos que están sin gestionar es necesario que la industria mire más allá de los altos patrimonios, más allá del 10% más rico”, comenta Marc Saluzzi, presidente de ALFI. “Si las gestoras se centraran en las necesidades más amplias de los inversores y se movilizaran para incrementar su asignación de ahorro hacia la industria de fondos, ello tendría consecuencias positivas tanto para la industria como para los inversores y mejoraría la percepción de la propia industria”, añade.
Caída de los activos en fondos
Y es que la situación es diferente en comparación con otros mercados como el estadounidense, donde las familias invierten de forma más proactiva y no pierden tantas oportunidades. La crisis ha provocado que los activos de las familias europeas en fondos de inversón hayan disminuido desde 1,7 billones de euros en 2006 hasta 1,2 billones en 2011, en contraste con Estados Unidos, donde los fondos en manos de los hogares se incrementaron un 8% en el periodo. De hecho, el 42% de su riqueza está en liquidez, frente al 18% en el gigante americano.
Una decisión equivocada pues, pese a la incertidumbre y las turbulencias de los mercados, en la última década los activos de las familias europeas (excluyendo fondos de pensiones y seguros) han logrado rentabilidades del 35% frente al 47% de los hogares estadounidenses (lo que ha supuesto una oportunidad perdida de ganar unos 900.000 millones según el informe). “Las ratios de ahorro en liquidez ya no proporcionan retornos reales y los inversores europeos se han visto perjudicados por no haber estado invertidos en los últimos años, a diferencia de los inversores estadounidenses”, dicen en ALFI.
Deberes por hacer
De ahí la necesidad que apuntala el informe de que la industria europea desarrolle un modelo que atraiga a sucesivas generaciones de ahorradores y que también pueda contrarrestar los factores negativos, “ambientales y externos” –como impuestos, regulación o confianza en el mercado-, que impiden que los inversores se comprometan con los fondos. «Una estrategia menos elitista puede no proporcionar recompensas inmediatas en términos de activos pero mejorará el compromiso hacia los fondos a lo largo del tiempo y ayudará a evitar ciclos repetitivos de alzas y bajas en el apetito por los fondos, derivando en un mejor apoyo regulatorio», dice el informe.
Para lograr que vuelvan a los fondos, ALFI pide que las gestoras tengan en cuenta las demandas cambiantes, por ejemplo, por productos capaces de preservar riqueza requeridos por una población que envejece (y más allá de las soluciones de pensiones), o por una mayor transparencia y menores costes. El informe habla también de “diferentes iniciativas educativas que pueden ayudar a crear conocimiento y ayudar a construir confianza en el consumo”, iniciativas desde el colegio como sucede en Australia hasta aquellas en el lugar de trabajo como en Estados Unidos. «Los grupos trabajan para construir y vender sus marcas pero no se han tomado medidas para comunicar los muchos beneficios de los fondos«, dice el estudio.
«Estamos experimentando un cambio seísmico en las placas tectónicas financieras que ha dejado un escenario donde los individuos ven los mercados financieros como demasiado arriesgados para sus ahorros. Los gestores tienen una oportunidad única para convertirse en el nexo favorito entre los inversores que necesitan retornos y los mercados financieros”, apostilla Saluzzi.