Este nuevo ciclo macroeconómico, con una inflación más alta y con el giro que los bancos centrales han dado a su política monetaria elevando los tipos de interés, ha traído de vuelta atractivas rentabilidades en dos viejos conocidos en las carteras de ahorro de los ciudadanos, los depósitos y cuentas corrientes. Pero también ofrece oportunidades en los mercados de renta fija, que aprovechan las gestoras para impulsar las rentabilidades de sus carteras. Una doble cara que suaviza la competencia entre depósitos y fondos y que ha movido a los proveedores de fondos a lanzar y potenciar su oferta más conservadora, principalmente con productos de deuda buy&hold, garantizados y monetarios.
Las subidas de los tipos de interés realizadas por el Banco Central Europeo (BCE) empiezan a trasladarse, poco a poco, a los ahorradores a través de los depósitos y las cuentas remuneradas. Según reconoce Patricia López, directora de Negocio y Ventas de TREA AM, uno de los efectos naturales ante una subida de tipos como la que hemos visto es una traslación a los diferentes productos financieros del mercado vinculados directa o indirectamente con ellos. “En el caso reciente, al ser una subida tan significativa, el traslado a este tipo de productos ha sido proporcional, ofrecer rentabilidades atractivas a vehículos que estaban, en cierta medida, olvidados, como es el caso de los depósitos o las cuentas de ahorro ”, señala.
Por ahora, aunque las entidades nacionales no han llegado a ofrecer el 4% de interés que da la banca extranjera, sí encontramos algunos depósitos al 3% TAE. Algo similar ocurre con las cuentas corrientes, cuya remuneración ronda el 2% TAE. Según el Banco de España, el pasado mes de febrero el interés medio de los plazos fijos nacionales fue del 0,86%, lo que está muy lejos del 0,04% que ofrecieron, de media, en enero de 2022, y muestra de una remuneración creciente para el ahorro en nuestro país.
Un nuevo reto para la inversión
Esta vuelta a la partida de los productos bancarios clásicos para los ahorradores supone un nuevo reto para la inversión, un aumento de la competencia de cara a las soluciones inversoras a las que muchos se habían apuntado en un entorno de tipos cero, pasando de ser ahorradores a inversores. ¿Cuánto se recrudecerá esta competencia? Y, sobre todo, ¿supondrá una marcha atrás en esa evolución y un nuevo desafío para las gestoras de fondos?
Una tendencia imparable para los fondos
Las gestoras nacionales coinciden en que ambos productos bancarios, en particular los depósitos, siguen teniendo un papel relevante para el ahorrador español. Pero eso no significa que vaya a revertirse el proceso que se ha visto durante los últimos años: el paso del ahorrador al inversor. Confían en su continuidad, y responden a las mayores remuneraciones de depósitos y cuentas con una atractiva oferta de fondos de renta fija (principalmente en forma de fondos a vencimiento, garantizados y monetarios), que ahora ofrecen mejores oportunidades para dotar de mayor rentabilidad a las carteras.
En este sentido, se han visto varias tendencias dentro de la industria para responder a este entorno. Según el director comercial de Mutuactivos, se ha producido una apuesta por productos conservadores que visibilizan la rentabilidad que se puede alcanzar actualmente en los mercados de deuda. Estos productos son, principalmente, de renta fija, ya que esta clase de activo ofrece más rentabilidad ante la subida de tipos, al igual que los depósitos y las cuentas remuneradas.
“En los últimos meses, en Mutuactivos hemos notado un incremento de la demanda de productos conservadores, principalmente de aquellos que ofrecemos como alternativa a los depósitos bancarios oa las Letras del Tesoro, lo que nos ha llevado a reforzar nuestra oferta de renta fija, especialmente dirigida a los inversores conservadores. En concreto, hemos lanzado al mercado alternativas como Mutuafondo 2025, un fondo a vencimiento, para los que presentan un perfil de riesgo medio-bajo”, señala Gervás. Y es que los de renta fija ahora ofrecen más retornos: “En renta fija hemos experimentado una notoria mejoría en la rentabilidad que pueden obtener los partícipes. A modo de ejemplo, un depósito puede ofrecer entre un 2%-3% a 12 meses y una cartera de renta fija en el mismo plazo puede alcanzar el 4%”, apunta Patricia López de TREA AM.
Garantizados, retorno absoluto y monetarios
A esta estrategia se han sumado otros como los fondos garantizados y de retorno absoluto. Sobre los primeros, la directora comercial de Gescooperativo explica que la firma ha visto una oportunidad en ellos para atender las necesidades de los clientes más conservadores. “En total, en 2022 comercializamos cuatro fondos garantizados, que consiguieron captar más de 1.600 millones de euros, lo que nos da una idea de la buena acogida que tuvo este tipo de producto. Este año hemos seguido con estos lanzamientos y con la creación de vehículos garantizados, y así será mientras veamos que siguen teniendo atractivo para los clientes más conservadores. Además, probablemente abordaremos la modificación de la política de inversión de alguno de nuestros fondos para adaptarla a las nuevas posibilidades de inversión que ofrece el mercado”, añade Domínguez.
En el caso de los fondos de retorno absoluto, la directora del Área Comercial y Negocio de CaixaBank Asset Management comenta que, tras un año en el que la correlación entre activos ha sido muy elevada y prácticamente no ha habido refugio, “se ha puesto de manifiesta la necesidad de buscar soluciones de inversión que inviertan en estrategias que no estén tan vinculadas con la dirección del mercado, es decir, de retorno absoluto, que tienen como objetivo conseguir una rentabilidad positiva con independencia de las condiciones de mercado”.
Una industria consolidada
Pese a todo este escenario, algunas gestoras nacionales no se ven involucradas en una guerra por el pasivo ni afrontan pérdidas de inversores. Según su visión, el reto que les plantea el atractivo de los depósitos bancarios y las cuentas remuneradas tiene más que ver con poner a prueba la confianza en los fondos de inversión como herramienta para los ahorradores e inversores más conservadores. “Creemos que la inversión colectiva tiene por delante un futuro de fuerte crecimiento en España y que los fondos de inversión y las carteras gestionadas van a seguir aumentando su cuota sobre el total del ahorro financiero de las familias. Aunque el ahorrador español mantiene un claro sesgo conservador, en los últimos años ha ido disminuyendo el peso de las cuentas corrientes y de los depósitos, para dar paso cada vez de forma más decidida a otras inversiones, como los fondos de inversión o las carteras de gestión discrecional. Y las perspectivas de crecimiento siguen siendo positivas”, destaca Gervás.
En opinión de Lendines, el atractivo de estos productos bancarios es una situación puntual. “Una estructura de curvas de interés muy plana favorece la inversión en los plazos cortos. Creemos que a medio plazo esta situación se normalizará y las curvas tendrán algo más de pendiente, que hará que la inversión en depósitos pierda atractivo”, comenta.
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