Cuando Marco Polo se encontraba en Sumatra, pensó que había visto unicornios. Según recogió en su libro Los Viajes, se trataba de unicornios «casi tan grandes como los elefantes salvajes». Sin embargo, lo que realmente vio Marco Polo fueron rinocerontes. Y es que hacer una correcta clasificación de las cosas es fundamental, tanto más si se trata de un universo tan nuevo como el de las Finanzas Descentralizadas (DeFi).
Según explica Benjamin Dean, director global de análisis de WisdomTree, en el espacio relativamente nuevo de los “préstamos criptográficos”, ha sido evidente la exposición de muchas firmas a la liquidación del hedge funds Three Arrows Capital. Sin embargo, considera que los inversores no deberían generalizar y recuerda que solo al clasificar correctamente las criptodivisas, las redes y los tokens, se puede ver dónde se encuentran los verdaderos problemas y oportunidades.
En este contexto, WisdomTree ha desarrollado su taxonomía de activos digitales precisamente para este propósito. Según explica Dean esta taxonomía clasifica los activos digitales en categorías distintas y fáciles de entender; ayuda a comprender la oportunidad de inversión de cada activo digital a través del prisma de la categoría a la que pertenece (es decir, el “caso de uso”), y permite elaborar un modelo de inversión para cada activo concreto, con sus oportunidades, riesgos y métricas relevantes a supervisar.
«Esto es lo que hace la taxonomía de Activos Digitales de WisdomTree. Clasificar todas las insolvencias de la industria de préstamos criptográficos como DeFi sería como confundir a todos los animales con cuernos con rinocerontes. Según esto, las DeFis son uno de los ocho segmentos de la taxonomía. A ellas se unen otros segmentos como: las plataformas de contratos inteligentes, los tokens no fungibles (NFT) y una algo difusa categoría de miscelánea”, añade.
Entendiendo las DeFIs
Para los inversores uno de los conceptos que más complejos de entender es el de DeFI. Según el experto, se puede utilizar la siguiente definición: las finanzas descentralizadas ofrecen instrumentos financieros sin depender de intermediarios financieros como brokers, bolsas o bancos mediante el uso de contratos inteligentes en una cadena de bloques.
«La parte más importante de esta definición es la referencia a la utilización de contratos inteligentes en una cadena de bloques. Esto conlleva una serie de implicaciones. En primer lugar, se pueden auditar las participaciones en cualquier momento debido a la naturaleza transparente de los libros contables distribuidos (cadenas de bloques) y el código de contrato inteligente de fuente abierta. En segundo lugar, las reglas del contrato son muy claras. Quienes usan estas aplicaciones DeFi lo hacen en posesión de su par de claves pública/privada, lo que significa que ellos mismos custodian sus activos y deciden cuándo y cómo pueden utilizarse», aclara.
Desde la gestora matizan que las DeFi son muy diferentes a las finanzas centralizadas (CeFi), que a veces se denominan finanzas tradicionales (TradFi). «En la actualidad, la dificultades que estos dos conceptos se están esfumando a medida que las empresas financieras tradicionales integran la tecnología de contabilidad distribuida en sus operaciones», afirma Dean.
El experto se muestra optimista y defiende que los turbulentos acontecimientos de junio y julio han tenido un lado positivo, refiriéndose al colapso de UST/LUNA de Terraform Lab. «Los acontecimientos han demostrado las fortalezas de muchas aplicaciones de finanzas descentralizadas (DeFi), que siguen funcionando sin problemas. Las posiciones se liquidaron, cuando fue necesario, utilizando scripts informáticos automatizados para llevar a cabo lo que puede ser un negocio desordenado. Estas aplicaciones han tenido un tiempo de actividad las 24 horas del día, los 7 días de la semana, han funcionado según lo diseñado y son globalmente accesibles para cualquier persona con un teléfono móvil y conexión a Internet. Estas aplicaciones proporcionan una transparencia y auditabilidad que a menudo no están presentes en el sistema financiero tradicional», concluye Dean.