Las familias españolas ahorran más y destinan cada vez una mayor parte de ese ahorro a IICs como los fondos de inversión. En concreto, y según los datos de Inverco hasta septiembre de 2017, el ahorro en activos financieros alcanza los 2,11 billones de euros, un 1,9% más que a finales de 2016.
El 60% de ese incremento corresponde a la propira revalorización de los activos, es decir, no a la adquisición neta de activos por parte de las familias. Por decirlo de otra manera, este aumento del ahorro financiero se debe en su mayor parte al buen ejercicio que han vivido los mercados en 2017.
No obstante, como ha venido ocurriendo en los últimos cinco años, continúa la tendencia de huida de los depósitos (que no ofrecen rentabilidad) en favor de las IICs, fundamentalmente los fondos de inversión. Así, los fondos y Sociedades de Inversión experimentaron suscripciones netas positivas por valor de 21.708 millones en los nueve primeros meses del año.
De esta forma, las Instituciones de Inversión Colectiva (Fondos y Sociedades de Inversión e IIC extranjeras) lideran el incremento del saldo de activos financieros en 2017 con un crecimiento del 9,9%, según detalla Inverco. A día de hoy, las IIC continúan incrementando su ponderación en el ahorro total de las familias españolas hasta el 14,5% del total, nuevo máximo histórico.
Los depósitos siguen siendo, no obstante, el destino preferente del ahorro financiero de los españoles representando el 37,5% del total, un ligero descenso de dos décimas respecto al trimestre anterior, pero una caída sustancial si lo comparamos con los datos de 2010 cuando representaba el 43%. Respecto a la inversión directa en bolsa, representa el 26,3% del total, un 0,5% menos que en el trimestre anterior y muy por debajo de lo que representaba, por ejemplo, en el año 2006 cuando suponía el 35,8% del ahorro financiero.
En cuanto a los pasivos financieros, los hogares españoles han continuado reduciéndolos durante el tercer trimestre de 2017 hasta situarse en el 67,4% del PIB nacional frente al 69,1% de 2016. Así, la riqueza financiera neta de los hogares ha aumentado un 2,8% hasta septiembre, y se sitúa en 1,33 billones de euros, muy por encima de los niveles previos a la crisis.
En sentido contrario, la riqueza inmobiliaria se situó en el 423,8% del PIB en el tercer trimestre, sensiblemente inferior al 585% del PIB alcanzado hace solo diez años (septiembre de 2007).