Según Derek Silva, portfolio manager de la gestora finlandesa Evli, nada asusta más estos días que las palabras deuda corporativa de los mercados emergentes. La lista de aspectos espantosos es abundante:
- Los asuntos geopolíticos de Rusia.
- El intento de golpe de estado en Turquía y la rebaja de su calificación a bono basura.
- Escándalos empresariales y políticos en Brasil.
- La obsesión del presidente electo de Estados Unidos con México.
Entonces, ¿deuda corporativa emergente? ¿Quién compra eso? “Bueno, si ignoramos esos activos estaremos perdiendo una excelente diversificación y el mejor ratio riesgo-rentabilidad de los últimos 17 años. De hecho, desde 1999, la deuda investment grade de los mercados emergentes tiene el mejor ratio riesgo-rentabilidad (en términos de ratio Sharpe) entre todas las principales clases de activos de renta fija. Y de hecho, la deuda high yield de los emergentes supera a su homóloga estadounidense y a la de la Unión Europea en la misma medida”, explica (ver imagen abajo).
Silva afirma que es interesante que, pese a que la diversificación es uno de los principios básicos de la inversión, muchos inversores sólo realizan pequeñas asignaciones a renta variable o renta fija de los mercados emergentes, a pesar de que las tasas de crecimiento de estos últimos son el doble que en las economías desarrolladas. Solamente en el escenario extremo de este año, los inversores han acumulado posiciones en las acciones y deuda de los emergentes.
Pero aunque las entradas de capital minorista en la deuda corporativa de los emergentes alcanzaran niveles récord este verano, una encuesta reciente de JP Morgan reveló que la mayoría todavía está infraponderado en los mercados emergentes. Como ejemplo de los beneficios de añadir deuda emergente a la cartera de un inversor, desde 1999, la inclusión de deuda emergente investment grade y high yield (a las tenencias de crédito de EE.UU.) ha proporcionado un 0,5% extra de retorno para el mismo nivel de riesgo (ver imagen abajo).
«Creo que el mercado de los mercados emergentes es más resistente a las crisis que los mercados estadounidenses y europeos. ¿Por qué? Porque los mercados desarrollados descuentan a la perfección cualquier evento y un escándalo o crisis puede tener efectos negativos de forma generalizada. Basta con mirar el ejemplo más reciente: los problemas en un banco (Deutsche Bank) sacudiendo los mercados europeos e incluso los de EE.UU.», añade.
Por el contrario, dice el gestor de Evli, los emergentes se distribuyen en cinco regiones muy diferentes (Asia, América Latina, Oriente Medio, Europa del Este, África) y más de 40 países dentro del amplio índice de bonos corporativos (ningún país tiene más del 10% de ponderación). Estas incluyen incluso economías avanzadas (como Singapur, Taiwán, Hong Kong y Corea), junto con países de mayor riesgo como Rusia, Turquía y Sudáfrica. Pero es raro que una crisis individual afecte el mercado de crédito de los emergentes en su conjunto.
En 2016, los mercados de crédito de los emergentes han registrado la mejor evolución en renta fija global, con retornos de dos dígitos, a pesar de una cascada de factores negativos:
- Persisten los bajos precios en las materias primas
- Lenta recuperación de Brasil y Rusia
- Problemas políticos en Turquía y rebaja de su calificación crediticia a ‘bonos basura’
- Inminente rebaja de la calificación crediticia de Sudáfrica a ‘bonos basura’
- Persistentes preocupaciones en China
- El efecto Trump en México
- La inminente amenaza de una subida de tipos de la Fed.
“Creo que esto es un testimonio de la diversificación, crecimiento y capacidad superior de los emergentes para obtener un atractivo ratio de riesgo/rentabilidad a largo plazo. Y esto no puede ser ignorado por mucho tiempo”, concluye Silva.