Todos los ojos estaban puestos el miércoles y el jueves en la comparecencia de la presidenta de la Reserva Federal de EE.UU., Janet Yellen, ante el Congreso del país. A pesar de que insistió en que las perspectivas son las de continuar con el ajuste monetario, Yellen aseguró que los tipos de interés negativos no están descartados si la economía sufre un abrupto frenazo y hay sorpresas negativas, lo que supondría un cambio radical en sus políticas. Aunque, insistió, ése no es su escenario principal.
“(Los tipos de interés negativos) no los descartaría”, como posibles herramientas monetarias que adoptar, indicó Yellen en su segundo día de comparecencia en el Congreso estadounidense, ante las preguntas de los senadores del Comité Financiero. “A la luz de las experiencia de países europeos y otros que han decidido irse a tipos negativos, estamos viendo esa posibilidad, porque queremos estar preparados en el caso de que necesitásemos aumentar la expansión”, agregó la presidenta de la Fed según las informaciones de agencias españolas.
Estas declaraciones son llamativas porque estarían en contra de sus planes más inmediatos de subir tipos: “Buena parte de su segundo día de comparecencia en el Congreso se centró en la posibilidad de establecer tipos negativos, algo que iría en contra de lo que había venido diciendo la Fed hasta ahora”, comenta Felipe López, analista de Self Bank. Yellen no descartó por completo que se pudiera llegar a esa situación, aunque insistió en que ahora los planes son otros.
En los últimos meses, países como Suecia, Dinamarca, Japón o el Banco Central Europeo (BCE) han decido aplicar tipos de interés negativos con el objetivo de incentivar la economía en un momento de debilidad. Mediante esta modalidad, los bancos centrales comienzan a cobrar intereses a los bancos privados por depositar fondos en sus arcas, al contrario de la situación normal, por la que las entidades reciben dinero por dejar allí parte de sus reservas. La teoría económica indica que los tipos de interés negativos forzarían a los bancos a aumentar los préstamos para evitar pagar por sus depósitos, por lo que se considera una herramienta de estímulo monetario, pero algunos economistas dudan de su eficacia.
¿Posibilidad de recesión?
Según los expertos de BofAmerica Merrill Lynch, su testimonio sugiere que retrasará la subida de tipos antes sus preocupaciones económicas globales. “La Fed está preocupada especialmente por las incertidumbres que rodean al crecimiento chino y su política, y también por la fortaleza del dólar, que endurece las condiciones financieras, perjudica el comercio y ayuda a mantener baja la inflación”, explican en un reciente informe. Aunque para Yellen, los fuertes fundamentales internos deberían contrarrestar esta situación y limitar el deterioro económico, sobre todo en sectores como el manufacturero.
Ante la preocupación por una nueva recesión, especialmente tras las recientes caídas bursátiles, las dudas sobre la economía de China y el abrupto descenso de los precios del petróleo, Yellen reconoció que “siempre hay alguna posibilidad de una recesión”. Aunque no es su escenario central: Yellen indicó que las previsiones de la Fed mantienen un sólido crecimiento para EE.UU., que creció el año pasado un 2,4% y que podría hacerlo de forma similar este año.
Subidas de tipos en función de los datos económicos
El banco central subió en diciembre un cuarto de punto hasta el rango de entre el 0,25% y el 0,50% por primera vez los tipos de interés de referencia, algo que no ocurría en casi una década, como señal de la mejora económica en el país. Y Yellen insistió en la intención de proseguir con la senda de ajuste monetario en 2016 de manera “gradual” y en función de los indicadores económicos.
No obstante, los mercados descartan las cuatro alzas que anticipó la Fed a lo largo de este año, y apuestan como mucho por dos subidas de tipos debido a las sombrías perspectivas económicas mundiales. Y cada vez son más los gestores que descartan más cambios en los tipos a lo largo de 2016.