Es bien sabido que China se enfrenta a un problema de envejecimiento de la población. La narrativa popular asume que China despuntó en las tablas de crecimiento gracias al respaldo de su gigantesca población, cosechando años de crecimiento demográfico para convertirse en la segunda mayor economía mundial. En esta narrativa, la población de China está envejeciendo por lo que su historia de crecimiento debe llegar a su fin.
En este articulo explica Craig Botham, economista de mercados emergentes de Schroders, por qué opina que esto es correcto solo en parte, no hay duda de que China está envejeciendo, pero en Schroders no están de acuerdo con que esto signifique un desastre para el crecimiento o para los inversores.
La población en edad de trabajar en China ha alcanzado un punto máximo. Como muestra el gráfico a continuación, el pico alcanzado por la población en edad de trabajar de China ha llegado y se ha ido; y desde el punto actual la fuerza laboral se reducirá en términos absolutos y como proporción del total de la población, que disminuirá a partir de 2027, según las proyecciones de la Oficina del Censo de los Estados Unidos (2019).
Una mirada a la edad media a lo largo del tiempo revela la rapidez con que China ha envejecido y continuará envejeciendo. En base a esta medida, la población de China será más añeja que la de Estados Unidos en 2021, y se verá igual de envejecida que la población actual de Japón en 2045. Si estos datos significan que China envejece antes de volverse rica es una cuestión subjetiva y depende de la definición del envejecimiento y de la riqueza.
La tendencia de crecimiento en China: la perspectiva de Solow
En Schroders llegan a la conclusión de que por sí solo, el hecho de que la fuerza laboral envejezca, no significa necesariamente que China nunca pueda enriquecerse. Si la productividad laboral es lo suficientemente alta, el crecimiento se puede mantener frente a un grupo de mano de obra en declive.
Siguiendo el enfoque de Solow, si se descompone el crecimiento económico en tres elementos principales: crecimiento en la fuerza laboral, crecimiento en el suministro de capital y crecimiento en lo que comúnmente se llama la productividad total de los factores (PTF), esencialmente la eficiencia con la que se combina trabajo y capital y que se ve impulsada por el progreso tecnológico.
Implicaciones políticas
Del análisis de Schroders se desprende que China ha logrado crecer y puede seguir creciendo a un ritmo sólido, independientemente de la evolución del tamaño de su fuerza laboral. El envejecimiento de la fuerza laboral tomará tiempo para convertirse en un considerable lastre y puede ser contrarrestado por las reformas del mercado laboral destinadas a aumentar las tasas de participación entre los trabajadores de mayor edad. Mucho más importante para la historia del crecimiento en China es la productividad de la fuerza laboral, no su tamaño.
Las reformas para apoyar la productividad total de los factores son de mayor importancia clave. El programa “Made in China 2025” es un esfuerzo explícito de avanzar a la cadena de valor en la producción, incrementando enormemente la productividad tanto del capital como de la mano de obra.
Sin embargo, otras medidas, como la reforma agraria pueden ser polémicas dado el conflicto fundamental entre la ideología del Partido Comunista y el concepto de la posesión de tierras privadas.
Dada la combinación correcta de políticas, el declive demográfico de China es un problema menor de lo que parece. El desafío será lograr esa combinación bajo un liderazgo que considere parte de la solución como algo políticamente difícil de aceptar.
Puede acceder al informe completo en este enlace.