Durante el año pasado, las mercancías o commodities han sido la clase de activo con los mayores retos. Un crecimiento global más lento, expectativas de inflación más bajas y un dólar fuerte son algunos de los factores que afectan a su precio. Considerando que la mayoría de estos factores son propensos a mantenerse por el resto de este año, los precios de los commodities podrían bajar aún más o, tendríamos que ver una mejora importante en los fundamentales antes de que la clase se convierta en una ganga, razón por la cual, muchos inversores están en conflicto acerca de cuáles deben ser sus próximos movimientos.
Aparte de un menor crecimiento, baja inflación y la fortaleza del dólar, el exceso de oferta de muchos productos básicos ha contribuido con la de la caída de los precios. Entre los commodities, los cíclicos -como el petróleo y los metales industriales, han sufrido más. La oferta del sector energético también ha jugado un papel clave en estas pérdidas. Hoy en día, los Estados Unidos producen cerca de 700.000 barriles de petróleo por día más que hace un año. Mientras tanto, tras el acuerdo nuclear tentativo con Irán, muchos Estados del Golfo están aumentando su propia producción. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), a la que México acaba de solicitar su entrada, los inventarios de petróleo en los países desarrollados se han expandido a un récord de casi 3 mil millones de barriles debido a la excesiva producción de paises tanto dentro como fuera de la OPEP. Así que, sin una fuerte reducción en la producción, es difícil imaginar una recuperación en el corto plazo, aunque para los inversores a largo plazo, algunas oportunidades están comenzando a emerger. Aún así, hay que tener mucho cuidado, ya que mientras las valoraciones parecen baratas en relación con la historia y mercados en general, todavía no está claro si han tocado fondo. Por ejemplo, si los precios del petróleo caen, normalmente los márgenes de las refinerías se ensanchan, al menos inicialmente. Así, con menores costos y ventas similares, las ganancias presentan una tendencia positiva y sus valuaciones podrían parecer baratas. Lo mismo ocurre con las empresas de recursos naturales.
A la hora de buscar exposición a los commodities, uno tiene que ser muy selectivo. Hoy en día la mayoría de los sectores relacionados con los commodities parecen baratos, pero en muchos casos la caída de las valoraciones simplemente refleja la caída de los ingresos y la rentabilidad. ¿Cómo puede un inversor evaluar si las empresas de commodities están baratas o baratas por una razón?
Históricamente las valuaciones miden la rentabilidad, según el ROE. Comparando la rentabilidad y las valoraciones en los sectores de energía y materiales se puede inferir que la caída en las valoraciones de estos sectores está en línea con la caída de la rentabilidad. Sin embargo, al nivel de la industria, al parecer, las empresas de almacenamiento y transporte siguen sobrevaloradas con respecto a la caída en el patrimonio neto, mientras que aquellas dedicadas a la perforación y las compañías integradas parecen baratas.
En la industria de materiales, es menos obvio cuando las valoraciones se apartan significativamente de la rentabilidad, pero las compañías de metal y la minería parecen las más baratas.
No hay que olvidar que, la incertidumbre que rodea a los pisos del mercado, sobre todo para un sector proclive a la volatilidad, así como a cambios abruptos en la oferta y la demanda, hace que sea difícil el confirmar que se ha alcanzado el punto más bajo. Además, dado que las materias primas son vistos por los inversores como una cobertura contra la inflación, las expectativas de inflación más bajas limitan naturalmente demanda de materias primas, y los inversores parecen asumir que cualquier aumento de los precios en los próximos 5-10 años será muy ligero, en el mejor de los casos.
Aunque las perspectivas a corto plazo para la mayoría de los commodities siguen siendo modestas, si la curva de futuros es correcta, en algún momento, posiblemente el próximo año o así, la creciente demanda comenzará a llevar a los mercados a un equilibrio. Hasta entonces, todavía es probablemente demasiado pronto para decir que se ha tocado fondo.
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