John Stopford, co-responsable del equipo de multiactivos de Investec Asset Management, habla sobre el potencial que añade tener exposición a mercados emergentes, desde el punto de vista de la renta.
En la última década hemos visto un número de desarrollos clave que han ayudado a los mercados emergentes a alcanzar rentabilidades excepcionales. Esto incluye el ascenso de China hasta convertirse en potencia económica líder, el consecuente mercado alcista de materias primas, la crisis financiera mundial, el aumento en los flujos de capital con el apoyo de bajas tasas de interés y la generación de dinero en el mundo desarrollado, lo que condujo a una revaluación de los riesgos relativos de las inversiones en mercados emergentes.
Más recientemente, el brillo ha salido del mundo en desarrollo. Acciones, bonos y divisas han estado por debajo de sus homólogos de mercados desarrollados, en algunos casos de forma espectacular. China ha pasado de ser el principal motor de crecimiento a convertirse en el epicentro de los temores de los inversores sobre la sostenibilidad de la rentabilidad de los mercados emergentes. Los flujos de los inversores se han convertido en salidas en un entorno de creciente pesimismo que ha reemplazado a un optimismo desenfrenado.
Por tanto, ¿fue la última década un boom de corta duración o los mercados emergentes representan una oportunidad de inversión perdurable en el tiempo?
Los mercados emergentes no han sido sólo una moda pasajera, sino una oportunidad duradera, aunque con contratiempos en el camino
Nosotros creemos firmemente en esta última tesis. Las economías en desarrollo están inmersas en un proceso convergencia con el mundo desarrollado que dura ya varias generaciones. No todas las economías lo harán, pero el progreso de los últimos 25 años ha sido asombroso y las aspiraciones de miles de millones de personas de una sociedad mucho más abierta y global parece probable que proporcione un poderoso impulso para el desarrollo futuro.
Este proceso no ha sido nunca una línea recta. Ha habido numerosas crisis y contratiempos en el camino, aunque es alentador que éstas a menudo hayan actuado como un estímulo para aplicar reformas necesarias. Generalmente, es difícil tomar decisiones difíciles en tiempos de bonanza, y las mentes de los políticos han estado enfocadas en retos mayores. Por ejemplo, el Pleno del año pasado en China supuso un paso mucho más sostenible a medio plazo, aunque su aplicación no está exenta de desafíos. Creemos que del mismo modo, las amplias reformas de México son un buen augurio para el crecimiento y la inversión interna.
Es probable que el entorno global sea menos útil para los mercados emergentes en los próximos años que en la década anterior, pero los precios parecen haberse ya ajustado de manera significativa en este sentido. Los rendimientos han aumentado considerablemente en los mercados de renta fija y la renta variable y divisas también han caído, llevando a muchos mercados a lo que creemos que son niveles muy baratos.
En un contexto de renta, vemos beneficios de añadir exposición a mercados emergentes
En un contexto de renta, vemos oportunidades en la exposición a mercados emergentes. Los rendimientos de los bonos son cada vez más competitivos en términos absolutos y en términos relativos frente a otras alternativas como el high yield. La renta variable de mercados emergentes y los títulos relacionados ofrecen también buenas oportunidades, aunque la tasa de pay-out es a veces menos atractiva para los buscadores de rentas.
Los mercados están sobrevendidos, lo que refleja un entorno más desafiante y ofrecen ahora retornos atractivos, aunque hay que ser muy selectivo en todos los mercados
Se requiere ser selectivo, porque no todos los mercados emergentes y valores son iguales, sobre todo si algunos de los factores de los últimos 10 años han perdido su poder. Creemos, sin embargo, que es mejor comprar cuando los mercados son menos populares y baratos que cuando son la posición favorita de todo el mundo. El cambio hacia el pesimismo en los mercados emergentes sugiere que los inversores deberían estar buscando añadir un riesgo, aunque sea demasiado pronto para ir “a por todas”. Además, la creencia de que las economías desarrolladas pueden separarse de los problemas del mundo emergente está probablemente casi tan fuera de lugar como lo fueron las creencias contrarias.