Puntualmente, Warren Buffett ha publicado su carta anual a los accionistas de Berkshire Hathaway. Este año, la misiva ha sido más sentida que en ocasiones anteriores, ya que sus primeras líneas han estado dedicadas a su socio Charlie Munger, quien falleció a finales de noviembre de 2023 y a quien ha definido como “el arquitecto de Berkshire Hathaway”.
En este sentido, le ha dedicado una cariñosa reflexión: “En realidad, Charlie fue el arquitecto del actual Berkshire, y yo actué como contratista general para llevar a cabo la construcción día a día de su visión. Charlie nunca trató de atribuirse el mérito de su papel como creador, sino que me dejaba a mí hacer las reverencias y recibir los elogios. En cierto modo, su relación conmigo era en parte de hermano mayor y en parte de padre cariñoso. Incluso cuando sabía que tenía razón, me daba las riendas, y cuando metía la pata, nunca me recordaba mi error. En el mundo físico, los grandes edificios están ligados a su arquitecto, mientras que quienes vertieron el hormigón o instalaron las ventanas pronto caen en el olvido. Berkshire se ha convertido en una gran empresa. Aunque durante mucho tiempo he estado al mando del equipo de construcción, Charlie debería tener siempre el mérito de ser el arquitecto”.
Sobre su visión del mercado y sus oportunidades, Buffett se ha mostrado tan realista y pragmático como siempre. Ha defendido ante los accionistas de la firma que su apuesta por la renta variable y, en particular, por la renta variable estadounidense sigue siendo sólida. “No recuerdo ningún periodo desde el 11 de marzo de 1942 -fecha de mi primera compra de acciones- en el que no haya tenido la mayor parte de mi patrimonio neto en renta variable, renta variable estadounidense”, afirmaba en la carta. Y ha añadido: “Sólo queda un puñado de empresas en este país capaces de mover realmente la aguja en Berkshire, y han sido objeto de un sinfín de críticas por nuestra parte y por parte de otros. Algunas podemos valorarlas; otras no. Y, si podemos, tienen que tener un precio atractivo. Fuera de los EE.UU., no hay esencialmente candidatos que sean opciones significativas para el despliegue de capital en Berkshire. En definitiva, no tenemos ninguna posibilidad de obtener un rendimiento espectacular”.
Esto lleva al lector a una de las conclusiones que lanza el famoso inversor, la escasez de buenas oportunidades de inversión y de empresas que se ajusten al objetivo de la firma. “Nuestro objetivo en Berkshire es sencillo: queremos poseer la totalidad o una parte de las empresas que disfrutan de una buena economía, que son fundamentales y duraderas. En el capitalismo, algunas empresas prosperarán durante mucho tiempo, mientras que otras resultarán ser pozos sin fondo. Es más difícil de lo que parece predecir cuáles serán los ganadores y los perdedores. Y los que dicen conocer la respuesta suelen autoengañaerse o ser vendedores de humo”, afirma Buffett en su carta.
A falta de oportunidad, sostiene que, con su actual combinación de negocios, “Berkshire debería hacerlo un poco mejor que la media de las empresas estadounidenses y, lo que es más importante, debería operar con un riesgo materialmente menor de pérdida permanente de capital. Cualquier cosa más allá de ligeramente mejor, sin embargo, es una ilusión”.
Además, el afamado inversor defiende su “arma no tan secreta” que, según explica, consiste en
la capacidad de Berkshire para responder inmediatamente a las convulsiones del mercado. “Aunque el mercado bursátil es mucho mayor de lo que era en nuestros primeros años, los participantes activos de hoy no son ni más estables emocionalmente ni están mejor enseñados que cuando yo estaba en la escuela. Por las razones que sean, los mercados muestran ahora un comportamiento mucho más parecido al de un casino que cuando yo era joven. El casino reside ahora en muchos hogares y tienta diariamente a sus ocupantes”, afirma.
Principales apuestas
Si el año pasado Buffett destacaba dos de las principales participaciones de larga duración de Berkshire, este año ha señalado dos de sus apuestas clave: Occidental Petroleum y Japón. Sobre la primera señaló que bajo la dirección de Vicki Hollub, Occidental está haciendo lo correcto tanto para su país como para sus propietarios.
Y aclaró: “Aunque nos gusta mucho nuestra participación, así como la opción, Berkshire no tiene ningún interés en comprar o gestionar Occidental. Nos gustan especialmente sus vastas explotaciones de petróleo y gas en Estados Unidos, así como su liderazgo en iniciativas de captura de carbono, aunque la viabilidad económica de esta técnica aún está por demostrar. Ambas actividades son de gran interés para nuestro país”.
Respecto a Japón, Buffett ha explicado que Berkshire sigue manteniendo su participación pasiva y a largo plazo en cinco empresas japonesas muy grandes: Itochu, Marubeni, Mitsubishi, Mitsui y Sumitomo. Según indica en su carta, la firma posee alrededor del 9% de cada una de las cinco y destaca de ellas que empresas japonesas calculan las acciones en circulación de una manera diferente a la práctica en los EE.UU..
“Berkshire también se ha comprometido con cada empresa a no comprar acciones que aumenten nuestra participación por encima del 9,9%. Nuestro coste por las cinco asciende a 1,6 billones de yenes, y el valor de mercado de las cinco a finales de año era de 2,9 billones de yenes. Sin embargo, el yen se ha debilitado en los últimos años y nuestra ganancia no realizada de fin de año en dólares fue del 61%, es decir, 8.000 millones de dólares”, ha indicado Buffett.
Y además ha destacado que “en ciertos aspectos importantes, las cinco empresas siguen políticas favorables a los accionistas muy superiores a las que se practican habitualmente en EE.UU. Desde que iniciamos nuestras compras japonesas, cada una de las cinco ha reducido el número de sus acciones en circulación a precios atractivos”.
Mirando al futuro
Por último, y de cara a los retos más inmediatos de la compañía, Buffett ha animado a los accionistas a que participen en la reunión anual de Berkshire, que se celebrará el 4 de mayo de 2024 en Omaha. “En el escenario verá a los tres directivos que ahora tienen la responsabilidad principal de dirigir su empresa”, matizaba.
También ha querido reiterar, para la tranquilidad de sus accionistas, que su sucesión está lista para cuando sea necesario: “Greg Abel dirige todas las operaciones no aseguradoras de Berkshire y en todos los aspectos está preparado para ser CEO de Berkshire mañana”.