¿Gestión activa o pasiva? Para tratar de dar una respuesta a este debate, Marta Campello, socia del equipo de gestión de Abante, Unai Ansejo, cofundador de Indexa Capital, y Daniel Tello, CIO de Azagala Capital, se reunieron recientemente en una mesa redonda en el marco del evento Iberian Value, organizado por El Confidencial y Finect.
A favor de la gestión pasiva, Unai Ansejo ha echado mano de los datos para defender este estilo de inversión. Según explica, en los últimos 15 años, solo un 10% de los fondos de gestión activa lo ha hecho mejor que los pasivos. En Europa, donde la fuente que usa, el Spiva, tiene datos de los últimos 10 años, señala que solo un 12% ha sido capaz de batir a los índices. “Cuando eliges un fondo activo tienes que saber que la estadística está en tu contra”, argumenta. “Recomiendo que la gente compre el mundo de manera diversificada y a bajo coste”, añade.
En el polo opuesto, se encuentra Daniel Tello, quien ha insistido en que para obtener rentabilidad “hay que hacer cosas diferentes” y ha señalado dos clases de activos en los que se puede poner en práctica su recomendación, los no investment grades y las small caps. “No tener en tu cartera small caps es como ir a Valencia y pedir la paella con guisantes”, añade. “Hay pocos fondos que combinen small caps y crédito y los hacemos de una manera que entendemos que es el futuro, con unas comisiones que consideramos que son el mínimo para la gestión activa y, a medida que sube el patrimonio, bajamos la comisión”, explica.
En el punto medio se encuentra Marta Campello, la cual ha señalado que el objetivo tiene que ser la construcción de carteras robustas y en el último paso, decidir el vehículo de inversión. “Nos inclinamos por la gestión pasiva cuando lo que más nos importa es la beta. No me puedo permitir acertar con la idea de gestión y luego que el gestor no consiga replicarme 100% la idea que hay detrás”, explica.
Por otro lado, prefieren la gestión activa cuando creen que pueden capturar una idea mejor a través de un gestor activo, sin importar si en el corto plazo pueden llegar a tener momentos de menor rentabilidad frente al índice. Asimismo, admite que hay mercados más eficientes que otros y, por ejemplo, considera que en Europa es mucho más sencillo encontrar gestores activos que aporten valor que en Estados Unidos.
A la hora de elegir un fondo de inversión, Campello señala que la parte cualitativa cada vez es más relevante. “Si construyéramos una cartera fijándonos en la rentabilidad de los últimos cinco años tendríamos una cartera horrorosa para los próximos cinco”, apunta. En este sentido, explica que la comunicación y la transparencia son fundamentales.
La importancia de las comisiones
Respecto a los costes, Tello ha señalado que “no podemos ir en contra de la evolución de las cosas como la reducción de costes que ha traído la gestión pasiva”. En este sentido, insiste en que no basta con que solo los gestores bajen las comisiones, sino que el resto de la cadena ha de hacer lo mismo. Sin embargo, ha advertido de que «no tiene sentido adorar determinados productos baratos solo porque sean baratos. La relación rentabilidad ajustada al riesgo o al coste no compensa siempre lo más barato”, concluye.
Por su parte, Ansejo ha recordado que hay que intentar rebajar al máximo los costes, pero de manera sostenible. “Hay que ser muy eficiente en ver cómo gestionas esos márgenes que se rebajan, si no cobras por tus servicios el producto eres tú, es insostenible”, apunta.
Por último, Campello ha recordado la importancia de los costes, ya que si existen dos productos de igual calidad siempre se opta por el barato, pero insiste en que la calidad tiene que ser lo primero: «Si la discusión se queda solo en un tema de costes, todos devaluamos el valor de lo que hacemos. La gestión pasiva ha dado una rebaja de precios en cosas en las que no estaban justificados, pero es importante que el cliente perciba que recibe un valor justo por el precio que paga”, concluye.