El inicio de 2017 estaba previsto que se caracteriza por una gran volatilidad dada la incertidumbre política en Europa y en Estados Unidos, que sigue a la espera de que el Donald Trump concrete sus promesas electorales. Sin embargo, en este primer trimestre hemos asistido al nivel de volatilidad más bajo de los últimos 25 años. Esto es lo primero que ha llamado la atención a Manuel Arroyo, director de Estrategia de J.P. Morgan Asset Management España y Portugal, a la hora de evaluar estos tres primeros meses de 2017.
En este primer trimestre, casi todos los activos se han acabado en positivo, excepción de las materias primas. “Los mercados emergentes sigue siendo el activo que mejor lo ha hecho, y también llama la atención el buen comportamiento la renta variable y de la renta fija, que lo está haciendo relativamente bien”, explica. En su opinión lo que hemos visto han sido unos meses donde los datos macroeconómicos han sido generalmente buenos y mantienen una tendencia positiva que continúa desde mediados del año pasado. En su opinión, “esta tendencia está beneficiando a los mercados con más beta, es decir, a los más sensibles al ciclo, como el caso de los emergentes y también de las pequeñas compañías”.
Arroyo considera que la tendencia para este año continuará y que al final del ejercicio estaremos hablando de un crecimiento global en torno al 3% que se caracteriza por ser simétrico y por ser continuado en el tiempo. “Las razones por las que pensamos que va a ir bien a nivel macro es porque está recuperando la inversión en capitales, porque cada vez nos alejamos más de un entorno de deflación y porque la política fiscal es cada vez menos restrictiva, dejando de restar tal y como ocurría en los últimos años”, argumenta.
Otro de los elementos que ha caracterizado este primer trimestre ha sido el aumento de la dispersión sectorial. Según explica, desde que comenzó la recuperación tras la crisis financiera, el mercado se había caracterizado por una baja dispersión; es decir todo subía y bajaba a la vez dada la alta correlación. “Es muy interesante como esta tendencia comenzó a cambiar desde la segunda mitad del 2016. “El hecho que de que esté aumentando la dispersión sectorial y que los índices en general se estén comportando bien, no quiere decir que en la parte de valor no sé esté dando una importante rotación. Esto genera un entorno favorable a la gestión activa”, afirma.
Análisis por regiones
A la hora de analizar las regiones, Arroyo sigue mostrándose optimista con Estados Unidos, aunque no haya cumplido las expectativas durante este primer trimestre y haya crecido al 2%, por debajo de lo esperado. “No creemos que el país vaya hacia una recesión, simplemente está en el final de un ciclo maduro”, aclara al referirse que la bolsa américa se encuentra en máximos y que sus empresas lo han hecho mejor que las europeas al crecido por beneficio por acción. En este sentido, señala que la previsión del crecimiento es del 10% de los beneficios, por lo que considera que sigue habiendo recorrido en esta bolsa.
Lo único de lo que sí advierte es de la interpretación e impacto que pueden tener las medidas de Trump cuando se concreten. “Por un lado se ha recibido con optimismo la posible reforma fiscal que anunció durante su campaña, pero por otro lado sus medidas tienen más sentido ante una economía en recesión, no en un momento de casi pleno empleo y crecimiento. En este sentido, el riesgo es caer en un calentamiento de la economía norteamericana”, explica sin dejar de aclara que lo que único evidente hasta ahora es la limitación que tiene Trump para hacer efectivas sus políticas.
Respecto a Europa, Arroyo destaca que todo apunta a que va a seguir creciendo. “Este año vamos a ver beneficios empresariales, lo que acompañará al crecimiento global que se está dando”, matiza. Ahora bien, en su opinión será importante lo que haga el Banco Central Europeo (BCE). Según su previsión, “creemos que el orden que usará el BCE es similar al que de la Fed: finalizar con el programa QE primer y luego subir paulatinamente los tipos, pero eso ya será a partir del próximo año”.
Sobre las otras dos regiones que más les gusta, Japón y China, señala que ambos han tenido un buen comportamiento en este primer trimestre del año. “En Japón vemos dos datos clave: el crecimiento viene de las exportaciones y la confianza empresarial está en máximos. Sin embargo, el mejor signo es que desde 2016 hemos visto un cambio en el gobierno corporativo que se ha traducido en un aumento de las política de remuneración a accionistas, de recompra de acciones o en la remuneración a directivos ligado a objetivos. Todo esto atrae al inversor”, destaca.
En lo afecta a China también se muestra optimista y Arroyo señala que un síntoma para ello es que ha aumentado las importaciones, por lo que se detecta una recuperación de la demandan interna. Según su análisis, “ahora la gran duda es si el gobierno va a reducir las políticas de estímulo que ha hecho hasta ahora”.
Posicionamiento en el mercado
Esta visión de los mercados es la que sustenta que la entidad mantenga posiciones largas en renta variable, apostando por el mercado estadounidense, así como por Japón y algunos mercados emergentes. Mientras que en renta fija sigan considerando que hay pocas oportunidades en la deuda gubernamental, pero más opciones en la deuda corporativa en especial en high yield. Sus fondos reflejan esta interpretación del entorno actual, cuyas carteras se construyen con una visión macro sino “por el valor que vemos en cada uno de los activos”, aclara Arroyo.
Dentro de los fondos que JP Morgan comercializa destaca en renta fija Global Bond Opportunities Funds, con exposición a los mercados mundiales de renta fija y de divisas. En renta variable, Arroyo señala dos fondos: Europe Equity Plus Fund, que tiene la opción de tomar posiciones cortas, y Emerging Markets Equity Fund, un fondo que invierte en mercados emergentes de forma global.