Después de haber recibido dos sorpresas por parte de la Reserva Federal estadounidense (primero en mayo, con el anuncio del tapering y después hace unos días con su reticencia a iniciarlo), Christophe Foliot, gestor del fondo de renta variable norteamericana de Edmond de Rothchild Asset Management, considera que ahora es más difícil hacer prediciones y que la volatilidad de los mercados aumentará en la medida en que los inversores tratarán de anticipar los movimientos de política monetaria. “Habrá una mayor volatilidad derivada de la toma de decisiones de la Fed”, dice.
Foliot valora la reticencia de Bernanke a retirar los estímulos dentro de su postura “muy reactiva y protectora de la economía”, en la medida en que entiende que una subida de tipos impactaría en la recuperación económica. Considera imposible hablar de un acierto o un error. “Bernanke ha asumido el riesgo de equivocarse pero no se puede decir aún si se ha equivocado o no, eso lo veremos con los próximos datos”, afirma. Y añade que “aunque cause volatilidad, la Fed está a favor del mercado y la recuperación de la economía”.
Y, en todo caso, considera que esa volatilidad se traducirá en movimientos de corto plazo que no cambian su escenario largo placista. Un escenario marcado por un crecimiento económico que debería contribuir al buen comportamiento de la renta variable del país.
Cuando selecciona compañías, Foliot lo tiene claro. A la hora de elegir entre acciones que cotizan a múltiplos históricamente altos porque representan protección (como aquellas más defensivas o que reparten dividendos) o porque pertenecen a un tema de inversión muy relacionado con la recuperación (como la construcción de viviendas), y aquellas más cíclicas con sólidos balances o exposición indirecta a temas de recuperación pero que cotizan a múltiplos atractivos, se decanta por la segunda opción. “Las acciones relacionadas con los altos dividendos han sido más demandadas por inversores que querían transferir su capital desde los bonos y están caras”, explica. El gestor considera que invertir en la bolsa de Estados Unidos requiere ahora una postura muy discriminatoria y en ocasiones contraria y que actualmente los valores cíclicos presentan valoraciones más atractivas y oportunidad de situarse al alza al nivel de precios de los más defensios.
De hecho, prefiere también una exposición indirecta a la recuperación económica, no a través de constructoras sino por ejemplo de bancos, con valoraciones atractivas y expuestos a un potencial resurgir de la demanda hipotecaria y también de otro tipo de créditos. Entre sus mayores posiciones está Citigroup.
Otros temas que juega en su cartera, concentrada en algo más de 50 valores, está el envejecimiento de la población (con farmacéuticas como Merck o Pfizer), la reforma sanitaria (Wellpoint, Unitedhealth), el petróleo y gas (Baker Hughes, Hess), el resurgimiento industrial (Pacar, Fluor), la aviación comercial (Allegheny, Spirit), las bases de datos (Cisco, Netapp), la recuperación automovilística (Ford, TRW), la recuperación del crédito (JP Morgan, CIT) o los activos infravalorados (Talismán, Consol). Diez temas que suponen el 70% de la cartera. “Tratamos de evitar valores que coticen con percepciones, nos gusta que éstas sean bajas y por eso no tenemos grandes nombres que estén en los índices más importantes”, apostilla.
¿Riesgo de burbuja?
Con respecto a la llegada de la gran rotación, cree que los fondos de pensiones aún están demasiado posicionados en renta fija pero si quieren cumplir sus objetivos de rentabilidad tendrán que tomar posiciones en bolsa. Un movimiento susceptible de generar burbujas en el mercado de renta variable en el futuro.