En los últimos años se ha producido un cambio significativo en el enfoque de los inversores a la hora de invertir en crédito. Las estrategias multiactivo han proliferado a medida que las tradicionales asignaciones a renta fija con grado de inversión, high yield y deuda titulizada se han modificado sustancialmente.
En muchas casos, han sido los fondos con estrategias multiactivo los que han introducido renta fija corporativa, o crédito, en sus carteras en busca de rendimientos. Pero, ¿y si aplicamos este enfoque no para usar el crédito como un simple complemento, sino para generar una cartera de crédito?
Para Allianz GI, es importante analizar el papel que puede jugar y ocupar el crédito en una cartera multiactivo, particularmente en lo que respecta a los activos de crecimiento. Tomando como referencias las simulaciones en las que ha trabajado la gestora, y que se remontan a 1998, la firma extrae dos conclusiones: primero, que una estrategia de este tipo habría obtenido un rendimiento ligeramente inferior al de la renta variable, pero con una mejor volatilidad, y segundo, que la correlación en la cartera es menor de lo que uno podría esperar.
En opinión de Mattew Chaldecott, especialista en productos de renta fija global de Allianz GI, el contexto actual marcado por una normalización monetaria y una subida de tipos generalizada supone una oportunidad para invertir en crédito, pero «hay que ser más selectivos y buscar una mayor diversificación”, lo cual se podría alcanzar con estrategias multiactivo.
“Alejarnos de la flexibilización monetaria no convencional tiene profundas implicaciones para el crédito y para la deuda pública. Existen oportunidades en activos de calidad crediticia y exposición a las tasas de interés que deberían ofrecer rendimientos óptimos ajustados al riesgo. La normalización de la política monetaria unida al crecimiento sostenido global hacen que el escenario para el crédito sea benigno, en particular en la parte corta”, explica Chaldecott.
Para aprovechar estas oportunidades, su compañero Luke Copley, especialista en producto de renta fija global de Allianz GI, apuesta por una estrategia multiactivo global por dos motivos: permite una mayor flexibilidad y diversificación. “Este enfoque nos permite invertir en diferentes regiones, que viven momentos del ciclo de crédito diferentes y, por tanto, también nos dan acceso a todo el espectro de tipos de activos, desde deuda con grado de inversión a high yield, pasando por la deuda de mercados emergentes o desarrollados. Además, nuestra visión supone no tener ningún índice de referencia y apoyarnos en un proceso riguroso de gestión del riesgo”, explica Copley.
La gestora sigue un enfoque cuantitativo descendente que combina el análisis fundamental y el de valoración. Esto se complementa con una rigurosa superposición cualitativa diseñada para superar los desafíos de un mundo todavía inmerso en políticas monetarias no convencionales. “Creemos que las entidades cuya salud financiera está mejorando en relación con otras proporcionarán las mayores rentabilidades totales”, señala Copley como principal conclusión.
Por último, Chaldecott y Copley destacan que este enfoque de gestión activa añade un valor significativo. “Una gestión activa nos permite ir midiendo y modificando el peso de cada tipo de activo para cumplir con los objetivos de riesgo y de retornos de los clientes. En cambio, los inversores pasivos que siguen un índice de referencia suelen acabar teniendo mayores asignaciones en aquellos países que están más endeudados”, matizan.