Uno se pregunta qué haría Keynes del ambiente de inversión hoy en día, dada la visión a corto plazo que caracteriza a gran parte de los comportamientos individuales e institucionales de los inversores. Ahora vivimos en un mundo en el que las personas viven más tiempo y necesitan fondos para encarar la jubilación con una vida en buena forma más larga, y sin embargo, paradójicamente, los inversores tienen ahora un enfoque más corto plazo que nunca. Este es el punto de partida del último análisis en profundidad sobre el comportamiento del mercado llevado a cabo por MFS.
La revisión de los datos llevada a cabo por la firma revela claramente esta naturaleza cortoplacista del comportamiento de muchos inversores hoy en día. “Las acciones se mantienen en cartera durante períodos extremadamente cortos de tiempo, y los managersprofesionales registran también, de forma general, una visión a corto plazo en la gestión de activos. El mismo Wall Street está centrado en los beneficios empresariales a corto plazo en lugar de en el crecimiento sostenible de los beneficios a medio plazo. Por otra parte, los mercados tienen una tendencia a reaccionar de forma exagerada a los acontecimientos a corto plazo, sobre todo en lo que se refiere a las estimaciones de ganancias trimestrales”, explica el análisis realizado por un grupo de expertos de MFS, que encabeza Michael W. Roberge, Co-CEO, presidente y CEO de la gestora.
Para este equipo, los medios de comunicación financieros se hacen eco del ruido del mercado y se han convertido en un motor excesivamente acelerado en constante necesidad de combustible. Además, la estructura de incentivos de la industria de gestión de activos fomenta el enfoque a corto plazo; un sorprendente gran número de profesionales de la inversión tiene menos de la mitad de su compensación basada en medidas de rendimiento a largo plazo.
“Desde MFS, creemos que hay una oportunidad de arbitraje del horizonte de tiempo en el mercado, que los managers con un proceso de inversión disciplinado pueden capitalizar. Los fundamentales de las empresas no cambian tanto como sus cotizaciones en las bolsas, y en esto reside la oportunidad para los inversores con una visión a largo plazo”, dicen.
Numerosos agentes del mercado están de acuerdo con este punto de vista. Como ejemplo, el fondo de pensiones del Sistema de Jubilación de los Empleados Públicos de California publicó sus 10 creencias de inversión y entre ellas estaba la afirmación de que «un horizonte de inversión a largo plazo es una responsabilidad y una ventaja» que les lleva a «favorecer las estrategias de inversión que crean valor sostenible y a largo plazo».
“Cuando examinamos el horizonte temporal de inversión de los clientes, que van desde clientes privados de alto poder adquisitivo a los fondos de pensiones, compañías de seguros y los fondos soberanos, MFS explica que se han encontrado con clientes que suelen tener horizontes de tiempo de una década o más, y, en muchos de los casos, tienen un objetivo explícito de varias generaciones. Por ejemplo, las donaciones, las fundaciones, los fondos soberanos y de los grandes patrimonios (high net worth)entran en un grupo que invierte tanto para las generaciones actuales como para las futuras. Esto sugiere que sería lógico para estos inversores en particular adoptar una perspectiva a más largo plazo en sus inversiones. La mayor atención hacia las inversiones a corto plazo de los inversores indica una falta de alineación con los propietarios de activos que tienen un horizonte temporal a largo plazo”, escriben los portfolio managers de la firma.
Keynes era conocido por su utilización de la analogía de un concurso de belleza para explicar por qué los precios de las acciones puede diferir de su valor fundamental. El economista describía el comportamiento de los agentes racionales en un mercado utilizando una analogía basada en un concurso ficticio de un periódico en el que se le pedía a los participantes elegir las seis mujeres más bonitas entre un centenar de fotografías. Los que escogían las caras más populares podían ganar un premio. Una estrategia ingenua sería elegir la cara que, en la opinión del participante, es la más bella. Pero un participante más sofisticado y con deseos de maximizar las posibilidades de ganar un premio, pensaría en las características físicas que la mayoría piensa que son bellas, para luego hacer una elección basada en un cierto conocimiento lo que le gusta al público.
Keynes creía que en las bolsas imperaba un comportamiento similar, es decir, que los inversores a menudo ignoran las condiciones subyacentes, y en su lugar tratan de extrapolar la psicología cortoplacista del mercado como una forma de obtener rentabilidad. Es probable que Keynes viera esta forma de pensar reflejada en el comportamiento actual de inversión, donde la atención se centra a menudo en el trading a corto plazo como respuesta al ruido del mercado, es decir, la atención se centra en lo que otros participantes del mercado están pensando.
“Con unas tendencias demográficas que apuntan a un mayor enfoque en el riesgo de longevidad y más atención centrada en el lado negativo del comportamiento inversor cortoplacista de los gobiernos, los reguladores e incluso de los medios de comunicación financieros, la tendencia podría revertirse en los próximos años. En cualquier caso, creemos que existe una oportunidad de arbitraje para los administradores con un horizonte de inversión más largo: hay más oportunidades de obtener un rendimiento diferenciado al mantener los valores por períodos de tiempo más largos”, concluye el informe.