Venezuela está causando otro ataque de nervios en las mesas de trading esta semana. El lunes se registraron fuertes presiones vendedoras y los CDS (Credit Default Swaps) alcanzaron máximos históricos. Las aguas se iban calmando el martes, después de que Petróleos de Venezuela (PDVSA) cancelara los cupones de sus bonos de 2027 y 2037, que se vencieron el pasado 12 de octubre.
Pero el retraso en el pago desató las alarmas y tras mirar el libro con los próximos vencimientos, más de uno contiene ya la respiración. El viernes, el gigante estatal del petróleo, PDVSA, debe pagar 985 millones de dólares y seis días más tarde, el 2 de noviembre vencen 1.200 millones de dólares más. Este miércoles el precio del bono venezolano vuelve a repuntar.
Muchos analistas dan por descontado el default, pero las autoridades venezolanas han anunciado que ya están listas para cancelar la deuda. La posición de liquidez del país sigue extremadamente estresada. El trading de bonos venezolanos ha sido suspendido en mercados estadounidenses, agravando la situación. Aproximadamente, el 74% de la deuda venezolana está concentrada en tenedores de EE.UU. y Canadá.
El papel de Rusia y China
“El mercado descuenta que los próximos vencimientos se pagarán, ya que los bonos con vencimientos más cortos cotizan con precios superiores a 70. Sin embargo, cuánto más tiempo se mantenga el status quo, más cerca estará el país de un eventual ‘default’. Los retrasos en los pagos pueden indicar que los rusos (o los chinos) podrían estar usando esto como una táctica de negociación para conseguir mejores condiciones a cambio de su apoyo financiero”, explica Claudia Calich, manager del fondo M&G Global Emerging Markets Bond.
PDVSA busca obtener liquidez mediante canje de activos de Citgo con la rusa Rosneft, intentando hacer un bypass a las sanciones impuestas por Estados Unidos. Pero muchos consideran que su situación es insostenible ya que la producción de petróleo está comprometida por falta de repuestos y mantenimiento, y podría caer todavía más en el futuro.
“De mis recientes reuniones con el FMI, parece que los chinos son reacios a continuar brindando asistencia financiera a Venezuela dada su exposición actual. Rusia ha proporcionado algo de financiación, incluso de su sector privado a través de Rosneft, y puede continuar haciéndolo por consideraciones geopolíticas: tener instalaciones de producción de petróleo muy cerca de Estados Unidos y poder obtener activos a precios reducidos. Sin embargo, no creo que ninguno de ellos continúe financiando este tipo de políticas económicas para siempre en ausencia de un cambio en el modelo económico que implique el fin de los subsidios al petróleo, un mejor entorno para el sector privado y la unificación del régimen cambiario, entre otras cosas”, añade Calich.
Alto carry trade
Para al equipo de mercados emergentes de NN Investment Partners, con posiciones en deuda venezolana, la estrategia ha sido la de enfocarse en los bonos defensivos de la curva pero tener una pequeña sobreponderación en el país, que atribuyen al alto carry.
Sin embargo, los expertos de la firma no ven riesgos sistémicos en este momento por un incumplimiento de Venezuela, ya que la precariedad de la situación está clara desde hace tiempo.
Pagar o caer
“La voluntad de pago permanece intacta, por lo que creemos que no van a incumplir con sus compromisos y, a diferencia del año pasado, han estado planeando durante un tiempo cómo reunir el efectivo necesario. El apoyo de China y de Rusia también puede jugar un papel importante, pero tras las sanciones de Estados Unidos, los riesgos operacionales son una preocupación”, reconocen.
«Seguramente Maduro está pensando que es más probable mantenerse en el poder si continua realizando los pagos, que si deja de hacerlo”. Esta es para el equipo de renta fija de Investec que participó en el evento Global Insights 2017, el principal motivo de que Venezuela siga pagando a sus bonistas. “Un gobierno básicamente populista y nacionalista continua pagando al exterior y no proporciona acceso a medicinas de su propia gente. Es la supervivencia del régimen”.
Investec cree que tras las sanciones de Estados Unidos, la reestructuración de la deuda es todavía más complicada. Creemos que tarde o temprano esto va a suceder. Venezuela se encuentran claramente en un entorno cada vez más complicado, ya que cada vez debe asumir unos pagos de intereses mayores».
Lo cierto es que pase lo que pase ahora, Venezuela seguirá dando que hablar en los mercados, ya que para lo que queda de año tiene pendientes 3.700 millones de dólares en liquidación e intereses de bonos soberanos y de PDVSA.