Según Morningstar, los fondos pasivos de renta variable en los EE. UU. recibieron durante marzo flujos netos de casi 24.100 millones de dólares, mientras que los fondos activos experimentaron salidas por 17.900 millones.
En general, los flujos a largo plazo en marzo por 44.000 millones de dólares coronaron un sólido primer trimestre que alcanzó los 136.000 millones, cifra que coincide con la del mismo período en 2018 y ligeramente superiores al promedio de 128.000 millones visto entre 2009 y 2018.
En marzo, los fondos de bonos continuaron experimentando entradas con 35.300 millones de dólares destinados a fondos de bonos gravables y 8.800 millones a fondos de bonos municipales.
De acuerdo con Morningstar, la popularidad de los bonos gravables a mediano plazo, que recibieron 18.700 millones en entradas, «reflejaron la mayor popularidad continua de las estrategias orientadas al núcleo».
Entre las 10 familias de fondos más grandes de EE. UU., Vanguard lideró las entradas mensuales con 21.800 millones y posicionando a tres de sus fondos en los lugares 2,3 y 4 de popularidad. El fondo más demandado fue el iShares Core S&P 500 ETF, que recibió 7.300 millones en entradas.
T. Rowe Price tuvo las mayores salidas mensuales disminuyendo su activos en 2.900 millones. La firma ha visto salidas en nueve de los últimos 10 meses.
Morningstar calcula el flujo neto para los fondos mutuos al calcular el cambio en los activos no explicado por el desempeño del fondo, y el flujo neto para las acciones de los ETF de EE. UU. en circulación y sus activos netos.
El informe de Morningstar sobre los flujos de los fondos de Estados Unidos para marzo está disponible en este link.