La evolución más importante en los mercados emergentes últimamente ha sido el fuerte deterioro de los flujos de capital. Después de que hubieran mejorado en el período febrero-junio, impulsados principalmente por la búsqueda urgente de rendimiento a nivel mundial, comenzaron a debilitarse nuevamente en el verano.
Desde el momento en que los rendimientos estadounidenses comenzaron a subir, las salidas capital de los mercados emergentes han aumentado. En octubre, cuando se aceleró el ritmo de subidas de las rentabilidades en Estados Unidos, también se aceleraron los flujos de salida de los emergentes.
“Y cuando la elección de Trump provocó una ruptura en los rendimientos estadounidenses, los flujos de salida de los emergentes reaccionaron de inmediato: noviembre se convirtió en uno de los meses con un flujo de salidas más pronunciados de la historia, con una salida estimada de 124.000 millones de dólares. Esta cifra supera los 122.000 millones de dólares del pasado enero, los 62.000 millones de dólares en junio de 2013 (por el temor al tappering de la Fed) y los 218.000 millones de dólares de octubre de 2008. Las grandes salidas de capital provocan un endurecimiento de las condiciones financieras y a una desaceleración del crecimiento económico”, explica Willem Verhagen, economista senior de NN Investment Partners en su último análisis de mercado.
Para Verhagen, podemos distinguir dos factores principales que explican el aumento de las salidas de capital. En primer lugar, la importante tendencia global de búsqueda de rendimiento debido a la excitación del mercado sobre la reactivación de la economía de Estados Unidos. “Debido a las enormes entradas en los mercados de deuda en los mercados emergentes en los últimos años (a pesar del deterioro de los fundamentales), nos preocupa que las salidas van a continuar durante un tiempo y el contexto puede ponerse más desagradable”, apunta el gestor.
Y en segundo lugar, cita Verhagen, los flujos de salida chinos se han acelerado en los últimos meses, no tanto porque el dinero global está saliendo de China. Son los hogares y las empresas chinas las que están moviendo más capital al extranjero, a pesar de la regulación más estricta por parte de las autoridades en Pekín.
“En este punto juega un papel muy importante la continua depreciación del renminbi frente al dólar, que está haciendo que los chinos con poder adquisitivo más alto se pongan nerviosos. Es probable que la depreciación del renminbi continúe, debido a las expectativas de inflación en Estados Unidos y debido al dramático aumento del apalancamiento y al fuerte crecimiento de la oferta monetaria, con un impacto limitado en el crecimiento de China. En el fondo sigue siendo la amenaza del proteccionismo estadounidense, la que puede debilitar aún más la divisa china”, concluye.