El próximo domingo será la primera ronda de las elecciones nacionales en Uruguay y los dos favoritos a pasar a segunda vuelta son Álvaro Delgado, del oficialista Partido Nacional (centro derecha), y Yamandú Orsi, del Frente Amplio (centro izquierda), quienes ya han mostrado que seguirán por el camino de la institucionalidad económica y eso es una buena noticia para el inversor extranjero. Esa es la visión de Leonardo Isoardi, Managing Partner de la consultora CPA Ferrere, según la delineó en entrevista con Funds Society.
“Estoy convencido de que Uruguay no cambiará la conducción en la macroeconomía. Todos quieren una inflación dentro del rango meta y tampoco se pondrá en juego el riesgo país en un contexto en el que el país está con cifras récord en cuanto a la tasa más baja para las colocaciones”, resumió Isoardi.
El directivo de una de las consultoras más grande del país afirma que, gane quien gane, el vencedor querrá cuidar todos esos indicadores, más allá del énfasis político que pueda poner cada candidato y partido. “Por supuesto que habrá un énfasis para un lado o para el otro, pero no va a haber un cambio drástico con respecto al rumbo de Uruguay dependiendo quién gane”, aseveró.
Según Isoardi, el país austral ya ha dado señales claras de que no importa quien llegue al gobierno, siempre reina el respeto por los acuerdos y las instituciones. “La historia te lo dice: gobernó (José) Mujica (2010-2015) y no hubo cambios drásticos, así que claramente no va a pasar”, resumió.
La nación rioplatense recuperó su democracia en 1985 y desde ese momento en adelante han alternado en el gobierno los partidos Colorado y Nacional, de centro derecha, y el Frente Amplio, de centro izquierda. Sin embargo, el país ha mantenido las políticas de Estado que forjaron la institucionalidad del país en pro de ser un hub financiero para la región.
Una señal clara de la tesis de Isoardi es la elección de los posibles ministros de Economía y Finanzas para cualquiera de los dos favoritos a ocupar el sillón presidencial. Por un lado, el candidato Álvaro Delgado eligió a Diego Labat, expresidente del Banco Central del Uruguay durante el actual gobierno de Luis Lacalle Pou. Por el otro, Yamandú Orsi escogió a Gabriel Oddone, economista, doctor en Historia Económica y conocido por su labor en el área privada como socio a cargo del departamento de Consultoría Económica en CPA Ferrere.
“Son dos personas geniales: por el lado de Gabriel nos une un vínculo afectivo, pero no puedo obviar la calidad técnica que tiene y que ha validado en todos los años que nos acompañó en CPA Ferrere. Labat ya estuvo en el gobierno con una buena gestión, por lo cual ha validado un bagaje en el ámbito público. Claramente los dos tienen un peso necesario para dar esas certezas de las que venimos hablando”, explicó.
Por estas razones, los candidatos a ministros y los programas de gobierno mantienen esa “banda del medio” y “eso es lo que hace fuerte a Uruguay”. Hace 40 años que el país es fuerte no solamente por su seguridad jurídica, la libertad de capitales sino que por la previsibilidad, destacó el Managing Partner.
Además, el profesional ejemplificó que puede ser que los inversores que eligen el país para instalarse “hasta pueden llegar a desestimar opciones de otros países, a priori más atractivos”, por tener la previsibilidad que les ofrece la plaza montevideana. “Y eso, no importa quien gane, se va a mantener”, insistió.
Los inversores que miran a Uruguay
En un año electoral el mercado asume un cierto grado de incertidumbre y volatilidad. Los inversores y las empresas tienden a ser más cautelosos o conservadores en estos períodos.
Isoardi hizo una distinción entre los tipos de inversores. Para el experto, es distinto un inversor que busca un negocio particular, como puede ser el desarrollo inmobiliario, a un inversor que busca instalar su empresa, hacerla crecer y estar al menos entre siete y diez años. Este último verá cambiar el gobierno durante su estadía en el país, por lo que le es importante reconocer las virtudes institucionales del país.
Y para ese tipo de inversor es que la importancia del gradualismo uruguayo es tan importante que incluso siendo un año electoral se registraron muchas transacciones de fusiones y adquisiciones (M&A) en el primer semestre, algo que no es típico.
Los desafíos
El principal desafío que enfrentará Uruguay en los próximos años es el control del gasto. El país austral ha estado creciendo a números marginales en la última década, apenas superando el 1% en algunos casos. Esto hace que el déficit fiscal “sea un punto que hay que atacar fuerte”, dijo Isoardi.
“Estamos por debajo del ratio con la deuda, es decir, no estamos cómodos, tenemos que seguir emitiendo para sostener el déficit fiscal y ese es el mayor desafío”, advirtió. Según el directivo, “parece fácil, pero no lo es”. La ramificación del gasto “es enorme” y la mejor manera de acotarlo es gestionando “micro reformas” y a su vez los políticos traen sus planes que por lo general tienen gastos.
“Entonces, cuando querés llevar a cabo tus políticas, que es lógico que quieran hacerlo, te chocas con que no querés agrandar el déficit, y ahí está el mayor desafío de cara al próximo gobierno”, acotó.
En ese sentido, Uruguay debe mejorar la eficiencia de sus procesos y regulaciones. “Cuando me refiero a eficiencias no hablo de la cantidad de funcionarios, si no de las tareas”, explicó.
Uruguay como hub innovador
Por último, Isoardi destacó la oportunidad de Uruguay como un hub de innovación. “No solamente el Uruguay Innovation Hub, donde participamos. Nuestro país se ha posicionado en un ecosistema innovador que, si bien todavía no se han visto grandes resultados, los vamos a ver”, comentó.
Entre los ejemplos, el directivo mencionó el laboratorio de Microsoft, que es el tercero o cuarto del mundo, en el que se están incubando un montón de proyectos que cuando salgan van a ser muy interesantes.
También resaltó la importancia de los apoyos, tanto por los privados como por los públicos, en los que determinadas empresas puedan tener un proyecto “y si ese proyecto es exitoso encima el Estado cobre sobre ese éxito”.
Con presencia en Bolivia, Paraguay y Uruguay, CPA Ferrere es una firma de servicios profesionales destacada en la región.