En los últimos 30 años China ha sido testigo del asombroso crecimiento de su población urbana. A principios de la década de 1980, aproximadamente el 20% de la población vivía en las ciudades, en comparación con el 53% en la actualidad. Como parte de los esfuerzos del Gobierno chino para promover el crecimiento económico y el consumo, la urbanización continuará acelerándose, representando el 70% de la población total de China en los próximos 15 años. A este ritmo, para el año 2025, China tendrá cerca de 221 ciudades con más de un millón de habitantes, frente a las 35 existentes del mismo tamaño en la Europa de hoy. Como consecuencia, se espera que la demanda de agua urbana aumente entre el 70% y el 100% a partir de 2005-2025, según sea el modelo de urbanización.
Según explica Junwei Hafner-Cai, analista senior del RobecoSAM Sustainable Water Strategy, en un artículo publicado por RobecoSAM en Foresight el 26 de Junio de 2014, el rápido desarrollo económico y la consiguiente urbanización de China han desatado una presión creciente sobre los recursos naturales y el medio ambiente. El uso no sostenible de los recursos hídricos ha agotado el agua subterránea causando una grave contaminación.
A pesar de servir de hogar al 20% de la población mundial, China dispone de sólo el 7% de los recursos mundiales de agua dulce. Los recursos hídricos per cápita de China se encuentran entre los más bajos; 2,093 metros cúbicos en comparación con el promedio mundial de 6,123 metros cúbicos por persona. Por otra parte, un reciente informe del gobierno reveló que alrededor del 30% de los ríos de China y el 60% de sus recursos de agua subterránea están contaminados. Y la urbanización conlleva más aguas residuales. Desde el año 2000, el total de aguas residuales vertidas ha crecido en un 65%, pasando de 41.500 millones de toneladas, a 68.500 millones de toneladas, y se espera que aumente más a medida que lo hace la urbanización.
Todo ello conlleva la necesidad de redes de distribución de agua adicionales, sistemas de saneamiento y plantas de tratamiento de aguas residuales que deben ser construidas e instaladas. Sin embargo, las actuales inversiones en infraestructura de agua y de tratamiento de residuos no se han mantenido al mismo nivel de crecimiento que experimenta la urbanización. Como resultado, el crecimiento de la demanda está haciendo que los proveedores de agua estén bombeando agua desde distancias más largas hacia los consumidores, y utilizando tecnología de tratamiento de agua más sofisticada que permite el reciclaje de la misma.
Pero el Gobierno chino ha reconocido los desafíos del agua que tiene el país y ha hecho del agua una de sus prioridades. En su 12º Plan Quinquenal, piensa invertir 615.000 millones de dólares en el tratamiento de aguas residuales, y en mejoras en la eficiencia y la distribución. Además, se han introducido objetivos de contaminación y sistemas de monitorización más estrictos del agua para proteger los recursos hídricos.
Todo ello representa enormes oportunidades para los proveedores de tecnologías de tratamiento de agua y aguas residuales, tales como la filtración avanzada, ósmosis inversa, y tecnologías de desinfección UV. Se espera que las empresas que proporcionan la distribución de agua y soluciones de tratamiento de aguas en China, como Veolia, Beijing Empresas de Agua y China Everbright se beneficiarán de la creciente demanda de agua y tratamiento de aguas residuales.