Michael Browne, gestor de la filial de Legg Mason Martin Currie, analiza en un documento recientemente publicado por la firma el panorama político actual de Europa y sus consecuencias para los mercados, midiendo el riesgo que supone cada país para la estabilidad de la Unión Europea durante los próximos meses, y asignando a cada mercado una puntuación comprendida entre cero (mínimo) y diez (máximo).
En el trabajo, el gestor muestra que Grecia es el país de la Unión Europea que supone un mayor riesgo político actualmente, y tan solo podría ser superado por Francia tras una hipotética victoria de Le Pen; que Portugal y Alemania comparten la misma puntuación de riesgo político (seis puntos); que, a pesar del voto a favor del Brexit, Reino Unido no supondrá un gran riesgo para la estabilidad europea en 2017; y que España sigue a velocidad de crucero y solo supone un riesgo para la estabilidad europea de dos sobre 10, con unos datos de su PIB son positivos, impulsados por la llegada de turistas que evitan Francia y Turquía.
Sobre Alemania, según él «la economía más fuerte de Europa, aunque Merkel se enfrenta a múltiples desafíos», dice que supone un riesgo para la estabilidad europea de seis. Dada la importancia del comercio exterior, el país es mucho más vulnerable a factores exteriores, en especial respecto de China y Estados Unidos, dice; además las elecciones federales del segundo semestre del próximo año podrían tener un efecto considerable sobre la economía del país; y el marcado crecimiento del apoyo a la izquierda desde las elecciones de 2013, sumado a la crisis del CDU, puede dejar la puerta abierta a que los partidos de centro-izquierda ejerzan una mayor influencia, lo que conllevaría un mayor respaldo a la hora de introducir los llamados impuestos ecológicos, una fiscalidad más estricta de las transacciones financieras y un impuesto de sociedades más elevado, todo lo cual no se vería favorecido por los mercados financieros.
El ascenso de Beppe Grillo conlleva un mayor escrutinio por parte de la Unión Europea y hace que el riesgo de Italia para la estabilidad europea sea de tres (si Renzi gana el referéndum) o de seis (si Renzi lo pierde). Según el gestor, el crecimiento en Italia ha sido anémico y los bancos del país, en particular, amenazan la situación financiera europea a un nivel más general; y, en especial, el referéndum constitucional de diciembre reflejará, en consecuencia, tanto la insatisfacción de los italianos con la economía, como su principal propósito: restringir el poder del senado
Francia, que se encuentra en una vuelta al centro-derecha, con Le Pen esperando entre bastidores, podría suponer un riesgo para la estabilidad europea de cuatro puntos (en un escenario como el actual) o de 10 puntos sobre 10 (tras una victoria de Le Pen). Para Francia, un país que se considera a sí mismo como el núcleo del proyecto europeo, una victoria de Le Pen (improbable, pero no imposible), conllevaría una fuerte conmoción en los mercados.
Reino Unido no supondrá realmente un problema para el resto de Europa durante 2017 y los mercados, por su parte, parecen haber aceptado el brexit, incluso si todavía no tienen claro qué significa exactamente, por lo que Browne califica su riesgo para la estabilidad europea de cero.
Grecia, con lo que el autor del informe califica como «la crisis de la deuda vuelve a la palestra», supone un riesgo para la estabilidad europea de ocho puntos y dice que 2017 podría ser el año en el que los bancos lleguen al límite, pues actualmente la economía griega está ignorando por completo estos bancos. Por otro lado, en un contexto en que el Reino Unido se dispone a abandonar la Unión Europea, imponer a Grecia la salida del euro cambia considerablemente el panorama y conllevaría el aumento de la prima de riesgo para Europa, añade.
Por último, Portugal, a quien llama “Grecia bis”, supone un riesgo para la estabilidad europea de seis puntos, según el gestor, que explica que Portugal se encuentra en una situación, si cabe, más inestable: en lo que se refiere al contexto político, la coalición de derechas Portugal à Frente ganó las elecciones el pasado año, y hay un fuerte sentimiento antieuropeísta en el país. Por otro lado, la fallida venta de Novo Banco da una mala imagen de la salud general del sector bancario y el país tiene todavía una elevada ratio deuda/PIB. Es posible que se vea obligado a salir del euro (como previsiblemente también ocurrirá con Grecia).