Ahora que las tendencias del crecimiento y la inflación en Estados Unidos y Europa están recuperándose de su desplome de estos últimos años, son muchos los que piensan que los tipos de interés a largo plazo deberían moverse en una horquilla del 2%-4%, en lugar de estar próximos a cero, como ocurre todavía en Europa.
Además, recuerda el equipo de análisis de NN Investment Partners, el crecimiento nominal del PIB estadounidense ha rondado el 4% en los últimos cinco años, por lo que algunos argumentan que los rendimientos de la deuda estadounidense deberían acercarse al nivel del 4%, en lugar de moverse en torno al 2,5%-2,6% actual.
Sin embargo, advierten, el hecho es que los mercados han aprendido a tener en cuenta algo más que las expectativas sobre la senda futura del PIB nominal para entender el comportamiento de los mercados de bonos.
“Las medidas no convencionales adoptadas por los bancos centrales como la expansión cuantitativa y los tipos de interés negativos no están siendo objeto de arbitraje efectivo por agentes del mercado ‘racionales’. Asimismo, existen aspectos normativos que disuaden a bancos, fondos de pensiones y aseguradoras de diversificar de forma óptima sus activos, y los persistentes sesgos conductuales de los inversores crean derivas en los precios que no pueden explicarse echando mano de la teoría económica o financiera tradicional”, apuntan desde la gestora.
Aunque pueda parecer que los tipos de interés se hallan en niveles tan bajos que resultan insostenibles, el perfil de la curva de rendimientos en los mercados de bonos de Europa y EE.UU. no es para NN IP en absoluto, inusual. En ambos mercados, la pendiente de dicha curva está próxima a su media de largo plazo, por lo que los inversores estarían recibiendo una compensación razonable por elevar el riesgo asociado a la duración de los vencimientos.
Señales ambiguas
Al analizar la compensación ofrecida a los inversores por asumir riesgo, los expertos de la firma han descubierto que otros segmentos de los mercados de renta fija están emitiendo señales ambiguas.
“Aunque los diferenciales de la deuda high yield están claramente por encima de sus mínimos históricos, situados en alrededor de 250 puntos básicos, en estos momentos están muy próximos al que es su nivel inferior si exceptuamos el momento del pico de la burbuja crediticia de 2007. Las tendencias en los datos macroeconómicos, de beneficios y tasas de impago todavía podrían prestar soporte al segmento high yield, pero su perfil de rentabilidad en relación al riesgo es peor que el de los bonos de mercados emergentes o el de la deuda de empresas de mayor solvencia crediticia”, explican.
La deuda pública de la periferia europea
En este contexto en el que los mercados de bonos soberanos de países «periféricos» de Europa están envueltos en un halo de incertidumbre particularmente espeso, su deuda pública también afronta dificultades relacionadas con el BCE, ya que la entidad reducirá el próximo mes sus compras de activos y a endurecer los criterios de admisibilidad para los emisores. Con todo, el riesgo político parece estar ampliamente descontado y la coyuntura macroeconómica reciente ha exhibido firmeza. Por eso, NN IP ha revisado al alza, hasta neutral, el posicionamiento en deuda pública de la periferia europea dentro de la exposición a renta fija.