Los últimos datos sobre el mercado laboral estadounidense, publicados el viernes pasado, han representado un punto de inflexión para hacer un primer balance de cómo ha arrancado el año. También para ajustar algunas de las perspectivas para 2025 que las gestoras internacionales han publicado.
La principal conclusión que apuntan los expertos es que este último dato un recorte de tipos en enero está descartado -la reunión de la Fed tendrá lugar entre el 28 y 29 de enero-. Por su parte, los mercados incluso han empezado a trasladar las expectativas de nuevos recortes a la segunda mitad del año. “A pesar de la fuerte demanda, los salarios no respondieron a la mayor actividad del mercado laboral, ya que aumentaron un 0,3% respecto al mes anterior, igual que en noviembre, y la medida interanual incluso bajó al 3,9% interanual, desde el 4,0% interanual. Esto concuerda con la valoración de los banqueros centrales de que, por el momento, no hay presiones inflacionistas adicionales procedentes de los mercados laborales y de que es poco probable que intensifiquen su reciente tono hawkish”, explica Christian Scherrmann. Economista jefe para EE.UU. de DWS.
“Sin signos evidentes de debilitamiento, sospechamos que la Fed estará encantada de hacer una pausa en su ciclo de flexibilización en su próxima reunión de enero, tal y como se señaló en términos generales en diciembre. Seguimos siendo de la opinión de que la Fed solo realizará un recorte este año y, aunque todavía lo prevemos para marzo, reconocemos que la Fed se guiará por los datos. Sin embargo, prevemos que la Fed reanudará los recortes de tipos en 2026, como resultado del impacto neto negativo en el crecimiento que creemos que tendrán los programas económicos poco ortodoxos de la nueva Administración”, defiende David Page, Head of Macro Research de AXA IM.
Está claro que una Fed más agresiva tiene un impacto en las perspectivas de las gestoras internacionales, pero no es lo único que con el comienzo del año ha cambiado. Según destacan desde Fidelity International, se ha producido una mejora generalizada en las revisiones de beneficios en la mayoría de las regiones. Sin embargo, según su visión hay dos aspectos que no han cambiado respecto a este año: “Esperamos que el excepcionalismo estadounidense continúe por el momento, espoleado por las políticas de recortes fiscales y desregulación que se avecinan, por lo que mantenemos nuestra preferencia por la renta variable de EE.UU.. Y seguimiento viendo que existe un riesgo político elevado. Los riesgos de guerra comercial han aumentado, mientras que la probabilidad de un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania ha aumentado”, sostienen.
Para Jared Franz, economista de Capital Group, la economía estadounidense vive el mismo fenómeno que refleja la película El curioso caso de Benjamin Button (2008). “La economía estadounidense está evolucionando de manera similar. En lugar de avanzar en el marco del típico ciclo económico de cuatro etapas que ha caracterizado la época posterior a la Segunda Guerra Mundial, la economía parece estar pasando de la fase final del ciclo a la intermedia, evitando así la recesión. De cara al futuro, creo que Estados Unidos se dirige hacia un periodo de expansión de varios años y que podría esquivar la recesión hasta 2028”, afirma.
En términos históricos, y según el análisis realizado por Capital Group de los ciclos económicos y la rentabilidad desde 1973, la fase intermedia del ciclo ha ofrecido un contexto favorable a la renta variable estadounidense, con una rentabilidad media del 14% anual.
Implicaciones para el inversor
En opinión de Jack Janasiewicz, estratega jefe y gestor de carteras en Natixis Investment Managers Solutions, su visión para el año se resume en que las acciones estadounidenses suban y los bonos caigan en 2025. “A medida que nos adentramos en el nuevo año, el mercado laboral parece encontrarse en fase de recuperación, ya que la inflación sigue bajando, lo que contribuye a aumentar los salarios reales. Esto se traduce en un mayor poder adquisitivo para el consumidor estadounidense. Dado que el consumo impulsa la mayor parte del crecimiento en EE.UU., se trata de una situación muy saludable. De cara a 2025, nuestras perspectivas siguen siendo positivas, con expectativas de una inflación aún más lenta y un mercado laboral en expansión. Es probable que las estrategias de inversión favorezcan la renta variable estadounidense con un enfoque de inversión equilibrado y el uso de bonos del Tesoro para mitigar el riesgo. Prevemos que las nuevas inversiones en inteligencia artificial seguirán impulsando la productividad y el crecimiento económico. Se espera que el mercado de valores continúe su tendencia alcista, mientras que el mercado de bonos ganará su cupón”, destaca Janasiewicz.
Renta fija: el foco en los Treasuries
Uno de los movimientos que más están llamando la atención estas primeras semanas de enero, es que la rentabilidad del bono americano estadounidense se acerca al 5%. Según explica Danny Zaid, gestor de TwentyFour Asset Management (boutique of Vontobel), los datos de paro estadounidense del pasado viernes representan un buen argumento para que la Fed sea paciente en lo que respecta a la posibilidad de nuevos recortes de tipos. “Esto ha provocado un aumento significativo de los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. en las últimas semanas, ya que el mercado está reduciendo las expectativas de que se produzcan nuevos recortes. Además, los tipos también se han visto presionados al alza ante la incertidumbre del mercado sobre el alcance de la aplicación de las políticas de la nueva administración Trump, en particular en lo que respecta a los aranceles y la inmigración, lo que podría tener un impacto inflacionista”, señala Zaid.
Los analistas de Portocolom añaden que otro hecho notable fue que por primera vez en más de un año, el bono a 30 años superó el 5% de rentabilidad. «La deuda europea experimentó un comportamiento prácticamente idéntico, así tanto el Bund como el Bono a 10 años ganaban 15 puntos básicos cerrando en 2,57% y 3,26% respectivamente», matizan.
Entre las perspectivas del gestor de TwentyFour AM destaca que considera probable que los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años, Treasuries, alcancen el 5%. “Sin embargo, si adoptamos una visión a medio plazo, los niveles de rendimiento seguramente acaben pareciendo atractivos a estos niveles. Pero creemos que para que veamos un rally significativo en los bonos del Tesoro de EE.UU., al menos a corto plazo, tendríamos que ver datos que apunten a la debilidad económica, o un mayor deterioro en el mercado laboral, y en este momento no se dan ninguna de las dos condiciones. El movimiento de los tipos, aunque significativo, está en su mayor parte justificado dado el actual contexto económico”, argumenta.
El aumento del rendimiento del bono soberano también lo hemos visto en Reino Unido. En concreto, se produjo la mayor subida de los tipos de los bonos durante la semana pasada y los Gilts a 10 años alcanzaron un máximo intradía del 4,9%, un nivel no visto desde 2008. “Aunque factores específicos del Reino Unido, como el presupuesto, han contribuido a la subida, la mayor parte del incremento se ha debido a las subidas de los rendimientos del Tesoro estadounidense durante el mismo periodo. Tanto un crecimiento más débil como unos tipos de interés más altos ejercen presión sobre las finanzas públicas. A diferencia de la mayoría de los demás grandes países desarrollados, el Reino Unido toma prestado dinero a un tipo de interés mucho más alto que su tasa de crecimiento económico subyacente, lo que empeora la dinámica de la deuda. Si persisten las tendencias actuales de aumento de los rendimientos y ralentización del crecimiento, aumentarán las posibilidades de recortes del gasto o subidas de impuestos para que el Gobierno cumpla sus nuevas normas fiscales”, explica Peder Beck-Friis, economista de PIMCO, sobre este movimiento.
Renta variable
En lo que respecta a la renta variable, hemos empezado el año con un mercado de valores enfrentando una corrección que, según los expertos, lejos de ser alarmante, parece un ajuste lógico tras un 2024 de sólidos beneficios. “Estos datos han alejado el temor a una recesión inminente, pero también han eliminado la posibilidad de recortes de tipos por parte de la Reserva Federal en el corto plazo, siendo un factor que ha presionado a los índices principales como el SP500 y el Nasdaq, que han caído alrededor de un 1,5%. Esta corrección parece que refleja un ajuste normal en las valoraciones y no un deterioro en los fundamentos económicos. Los diferenciales de crédito se convierten en un indicador clave para interpretar este entorno pues, mientras permanezcan estables el mercado simplemente se está ajustando tras un periodo de ganancias rápidas y sólo si vemos una ampliación de aquellos, podría alertar de una primera señal de crecientes temores sobre el crecimiento económico”, apunta Javier Molina, analista senior de mercados para eToro.
En este contexto, reconoce que la temporada de presentación de resultados que empezará esta semana, está generando grandes expectativas. “Se anticipa un crecimiento interanual del 8% en los beneficios del SP500, uno de los niveles más altos desde 2021. Sectores como tecnología y servicios de comunicación lideran las previsiones, con crecimientos esperados del 18% y 19%, respectivamente. En contraste, el sector energético enfrenta una fuerte contracción en sus beneficios, reflejando los desafíos de este entorno”, sostiene.
Desde el equipo de inversión de la agencia de valores Portocolom el balance que hacen de estas primeras semanas es muy claro: «La primera semana del año en los mercados de renta variable se ha caracterizado por el movimiento opuesto entre Europa y EE.UU. Mientras que los índices estadounidenses cedían un 2% (el S&P 500 cerró en 5.827,04 puntos y el Nasdaq 100 en 20.847,58 puntos), en Europa veíamos ganancias superiores al 2% para el Euro Stoxx 50 y del 0,60% para el Ibex 35, que concluyeron la semana en 4.977,26 y 11.720,90 puntos respectivamente. Muy destacable fue el comportamiento de una referencia importante, el VIX, y es que el índice de volatilidad subía más de un 8% en la semana, lo que ha ayudado a generar una mayor tensión en las bolsas, especialmente la estadounidense».
Para el estratega jefe y gestor de carteras en Natixis Investment Managers Solutions, el crecimiento de los beneficios y la expansión de los múltiplos fueron los mayores impulsores de los rendimientos del mercado de renta variable estadounidense durante 2024. Ahora de cara a 2025, Janasiewicz apunta: “Aunque algunos pueden argumentar que las valoraciones están en niveles exagerados, creemos que estas valoraciones pueden estar justificadas por el hecho de que los márgenes de las empresas estadounidenses están en máximos históricos y los inversores están dispuestos a pagar más por empresas de mayor calidad con márgenes más sólidos. Es más, el apetito por el riesgo no parece muy elevado, ya que muchos inversores parecen contentos con permanecer en fondos del mercado monetario que ganan un 5%, reacios a saltar a la renta variable, lo que dispararía aún más los precios”.