En total, 58 países, que representan el 85% del PIB mundial, han implementado regulaciones o directrices en materia de desarrollo sostenible e integración de políticas de ESG, según recoge el último informe sobre inversión sostenible publicado por Deutsche Asset Management (Deutsche AM). Esta tendencia no está solo presenten en el ámbito regulatorio, sino que hay un gran impulso y demanda por parte de los inversores que, cada vez más, enfocan sus inversiones desde estos criterios.
A raíz del informe de Deutsche AM, Michael Lewis, jefe de Investigación en ESG de la gestora, señala que la inversión con criterios ESG está cobrando impulso. “Nuestro informe muestra cómo las inversiones en esta materia ya no solo se hacen para gestionar el riesgo o protegerse, sino que ya se realizan con una motivación positiva”. En este sentido, para finales de 2016, Deutsche AM gestionaba 9.900 millones de euros en activos de ESG.
Según el informe, una de las razones de la creciente importancia de los criterios ESG tiene su origen en el aumento de evidencias académicas sobre su impacto y la propia experiencia de los inversores, que ven en ellos una forma de mejorar el rendimiento de sus inversiones y reducir el riesgo. “Los inversores se han vuelto cada vez más conscientes de la importancia de cuestionarse aspectos como el cambio climático, la escasez de recursos, los derechos y gobierno corporativo, y su relación con los rendimientos financieros. Creemos que esto explica el crecimiento de activos bajo gestión que se clasificación como ESG”, señala las conclusiones del documento.
Además, el entorno regulador está marcando las líneas de la inversión ESG. Según explica el informe, tradicionalmente, la legislación se ha centrado en la divulgación, en la elaboración de códigos y en una regulación dirigida básicamente a los propietarios de los activos. Toda esta legislación se ha duplicado desde 1997 y ampliado hasta incluir y desarrollar el concepto de cambio climático, entre otros. Un efecto de esto es que 58 países, que representan el 85% del PIB mundial, han implementado regulaciones o directrices en materia de desarrollo sostenible e integración de políticas de ESG.
Cambio climático: un riesgo para la cartera
Un factor importante que impulsa el interés en inversiones sostenibles y con criterios ESG es limitar el riesgo de la cartera asociado al cambio climático. Además de dar respuesta al hecho de que estamos en un contexto económico global que camina hacia la economía baja en carbono. En este sentido, el informe destaca que los inversores deben estar preparados para afrontar cambios rápidos en las políticas y para ver una revaluación de las valoraciones de los activos relacionados con el cambio climático.
“Algunos inversores pueden creer que el impacto económico no aparecerá en los próximos años o que se puede evitar el riesgo si se es suficientemente previsor. Sin embargo, según estudios recientes, los mercados podrían cambiar repentinamente los riesgos climáticos; lo que podría reducir los rendimientos entre un 11% y un 45%, en los próximos cinco años, dependiendo de la asignación de cartera que se haya hecho”, advierte el informe de Deutsche AM en sus conclusiones.
En este sentido, vemos cómo los gestores e inversores miden la intensidad de carbono de los activos que hay en cartera, como punto de partida para tener una cierta imagen del riesgo que tienen. Desde Deutsche AM apuntan que, de cara al futuro, será necesario seguir trabajando, por ejemplo en mejorar la divulgación, las técnicas de análisis e, incluso, los procesos de asignación de activos.
“La campaña de desinversión en activos vinculados con los combustibles fósiles ha puesto al cambio climático en la agenda de inversores, gobiernos y empresas intensivas en carbono. Cada vez más inversores se están despojando de parte de sus activos relacionados con los combustibles fósiles, a la vez que vemos otra tendencia entre los inversores de inclinarse por aquellos activos que muestran su compromiso con el clima y la integración de criterios ESG”, señala el informe como ejemplo.
Oportunidades
Entre los sectores más destacables para invertir, el informe señala el high yield y el sector renovable norteamericano, así como el sector inmobiliario o real estate como uno de los activos con más razones y beneficios para apostar por estos criterios de inversión.
“Según nuestro punto de vista –defiende el informe– el sector inmobiliario es la clase de activo que tiene razones más fuertes para incorporar la sostenibilidad en la toma de decisiones de inversión. El motivo es el fuerte vínculo entre el rendimiento financiero, la evolución de las áreas que le interesan al inversor, las políticas gubernamentales, la demanda de los inquilinos y el crecimiento de las tecnologías smart data en este área”.
Teniendo en cuenta está vinculación, el informe defiende que una estrategia inmobiliaria de ESG puede preservar y mejorar los rendimientos de la inversión. Además, considera que hay oportunidades porque, por ejemplo, estima que el negocio del sector inmobiliario mundial necesitará al menos 850.000 millones de euros de inversión para reducir el consumo de energía en los edificios, en los próximos 15 años, para cumplir con lo expuesto en el Pacto Climático de París.