El Banco Central Europeo (BCE) celebra mañana su última reunión del año con todas las expectativas puestas en que anuncie un nuevo recorte de tipos. De hecho, los expertos explican que los malos datos de los índices PMI publicados la semana pasada han reavivado las especulaciones de que el BCE responderá con un recorte de 50 puntos básicos, aunque la mayoría de las firmas de inversión se inclinan por 25 puntos básicos.
“En la zona euro, los últimos datos de actividad económica han sido desalentadores. El índice de gestores de compras (PMI) de noviembre sugiere que el impulso del crecimiento a finales de año puede estar perdiendo fuerza, con una caída del índice compuesto de 50 a 48,1, marcando su primer retroceso por debajo de 50 desde principios de año. Este dato refleja contracción económica y puede estar ligado a la cautela empresarial, el débil gasto de los consumidores, el endurecimiento fiscal por parte de varios gobiernos europeos y las expectativas de nuevos aumentos arancelarios de Trump”, afirma Sean Shepley, economista senior de Allianz Global Investors.
Para los expertos de Banca March, hay más cosas a tener en cuenta. “Ante una economía germana que no logra despegar y una Francia sumergida en el caos político, la balanza se inclina a favor de que el BCE lleve a cabo su cuarta bajada en el año, llevando el tipo de depósito a niveles del 3%. Más aún, la entidad publicará sus nuevas previsiones de crecimiento e inflación para los próximos años”, señalan.
Recordemos que en septiembre, el Banco Central Europeo (BCE) recortó el tipo de la facilidad de depósito en otros 25 puntos básicos, tras un primer recorte unos meses antes. La presidenta de la entidad, Christine Lagarde, insistió en que los recortes futuros seguirían dependiendo de los datos. Además, el BCE revisó ligeramente al alza (0,1%) la inflación subyacente para 2024 y 2025 al 2,9% y el 2,3% respectivamente, ante la persistente inflación del sector servicios, y a la baja las expectativas de crecimiento. Ahora, la previsión de inflación subyacente a más largo plazo se mantuvo sin cambios en el 2%.
En opinión de Flavio Carpenzano, Investment Director de Capital Group, las condiciones del mercado laboral comienzan a mostrar ciertos indicios de ralentización, aunque se mantienen en niveles restrictivos en términos históricos. «Aunque el carácter persistente de la inflación subyacente podría retrasar el último tramo del proceso desinflacionista, la trayectoria de flexibilización de la política monetaria podría depender de la importancia que otorguen sus responsables políticos a los riesgos a la baja para el crecimiento, frente al ritmo y la progresión de las presiones salariales y la inflación de los servicios», explica Carpenzano.
Entre los 25 y 50 puntos básicos
En este sentido, uno de los debates de cara a la reunión de mañana del BCE es si la institución monetaria verá necesario hacer un recorte de 50 puntos básicos o de 25. Desde Ebury, fintech global especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas, consideran que “los mercados de tipos de interés ya dan un 50% de probabilidades de que se produzca un recorte de este tipo, que en realidad prevén 5 recortes de 25 puntos básicos distribuidos en las tres próximas reuniones”.
Según explican sus expertos, habrá que esperar a ver la cifra de inflación de esta semana, que será el único dato real relevante que tendremos durante un tiempo. “Los salarios de la Eurozona en el tercer trimestre han crecido más rápido de lo previsto, por lo que hay margen para una sorpresa al alza en la inflación que es lo último que necesita ver el BCE en medio de la debilidad económica”, afirman.
Ulrike Kastens, economista para Europa de DWS, reconoce que el BCE continuará con su política de bajada de tasas de interés y probablemente recorte la tasa de depósito en 25 puntos básicos adicionales. “Aunque las perspectivas económicas se han deteriorado y la inflación ha sido algo mejor de lo esperado, no creemos que esto justifique la urgencia de un recorte mayor”, afirma.
Una visión que también comparte David Kohl, economista jefe de Julius Baer: “Creemos que existe una barrera considerable para que el BCE reduzca las tasas en 50 puntos básicos en una sola reunión. En cambio, esperamos que reduzca las tasas en 25 puntos básicos en cada una de sus próximas seis reuniones”. Y también desde abrdn: «Creemos que la incertidumbre comercial acentuará la urgencia del BCE por volver a situar los tipos en territorio neutral. Esperamos que el BCE siga aplicando recortes de 25 puntos básicos en cada reunión hasta abril del año que viene, situando el tipo de depósito en el 2,25%, antes de volver a recortarlo a finales de año hasta alcanzar un tipo terminal del 2,0%».
No obstante, el experto de DWS recuerda que es probable que la comunicación del BCE se mantenga sin cambios por el momento. “Es poco probable que haya un compromiso previo con más recortes de tasas, ya que la incertidumbre política y económica sigue siendo demasiado alta. Esto significa que el BCE seguirá siendo dependiente de los datos y continuará tomando decisiones reunión por reunión”, reconoce.
Cuestión de velocidad
Para Michael Krautzberger, CIO Global de Renta Fija de Allianz Global Investors, no hay duda de que mañana se anunciará un recorte d 25 puntos básicos, pero considera que lo relevante será la velocidad que tome el BCE en 2025. «Aunque los datos recientes de actividad no descartan un recorte de 50 puntos básicos en la reunión de diciembre ni una retirada más rápida de la postura restrictiva de la política monetaria, los comentarios recientes de algunos responsables del BCE han mostrado disparidad respecto al camino a seguir. Isabel Schnabel, miembro del comité ejecutivo, ha abogado por una orientación más progresiva, argumentando que la trayectoria hacia una inflación del 2% siga siendo compleja en 2025 y que el impacto de los anteriores ajustes del BCE se está disipando rápidamente», apunta Krautzberger.
En su opinión, no todo son malas noticias para la región en 2025. Las condiciones financieras están mejorando, impulsadas por las expectativas de recorte de tipos del BCE y un euro más débil. «La encuesta de préstamos bancarios más reciente del BCE también mostró una mejora en la demanda de crédito en la región, mientras que la posible reforma del freno de deuda en Alemania en 2025 podría proporcionar al gobierno alemán cierto margen fiscal para abordar los desafíos estructurales y cíclicos de su economía», añade el CIO de Allianz GI.
En este sentido Eoin Walsh, socio de Gestión de Carteras de TwentyFour AM (boutique de Vontobel), cree que el BCE podrá recortar los tipos de forma más agresiva que otros bancos centrales; nuestra hipótesis de base es de unos recortes de entre 100 y 125 pb en 2025, con una posibilidad remota de más. «En apoyo de esta opinión, vemos que la inflación subyacente caerá hasta el objetivo del 2% del BCE hacia finales del próximo año, y se espera que los precios de la energía se mantengan estables. La inflación salarial también debería seguir bajando desde los máximos de los últimos años, pero con un fuerte crecimiento de los salarios reales que apoye al consumidor. Teniendo en cuenta nuestra previsión de un crecimiento lento pero que mejora, una Europa central débil y el estancamiento político en Francia, creemos que el BCE se inclina hacia el lado pesimista y puede permitirse ser más acomodaticio», explica Walsh.
“Se prevé que el BCE mantenga su enfoque gradual de flexibilización monetaria, aplicando recortes de 25 puntos básicos en cada reunión hasta que los tipos caigan por debajo del 2%. Aunque las decisiones políticas seguirán dependiendo de los datos, el deterioro de los indicadores económicos, en particular la atonía del crecimiento europeo, apoyan la persistencia de esta política de relajación. A pesar de las actuales turbulencias políticas en Francia y Alemania, es poco probable que el BCE se desvíe de su rumbo. Se prevé que la inflación se mantenga por debajo del objetivo hasta 2026 y que los tipos se acerquen al 1% a finales de 2025”, añade David Zahn, Head of European Fixed Income de Franklin Templeton.
Desde Bank of America coinciden en que no habrá recortes superiores a los 25 puntos básicos, pero sí ven probable que se modifique la formulación de la senda a partir de aquí para los tipos de interés oficiales. «Esperamos una señal de que el nivel de restricción seguirá reduciéndose en futuras reuniones sin comprometerse de antemano a una senda concreta o a recortes consecutivos y haciendo hincapié en que las decisiones dependerán de los datos y se tomarán reunión por reunión. Aunque no esperamos orientaciones sobre el nivel de los tipos neutrales, esperamos que Lagarde reconozca durante la conferencia de prensa que, en primer lugar, puede que no sea necesario ralentizar el ritmo de los recortes a medida que nos acercamos al nivel neutral y, en segundo lugar, puede que finalmente sea necesario situar los tipos de interés oficiales por debajo del nivel neutral si las perspectivas siguen siendo decepcionantes”, señala el equipo liderado por Rubén Segura Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa.
Nuevas proyecciones
Dando por hecho un nuevo recorte, los expertos destacan que el interés del mercado probablemente se centrará en las nuevas proyecciones hasta 2027. “El deterioro en los indicadores de confianza podría llevar a una revisión a la baja de las proyecciones del PIB, especialmente para 2025 y 2026. Esto también debería reflejarse en las proyecciones de inflación. Esperamos que el objetivo de inflación del 2% se alcance entre 2025 y 2027. En nuestra opinión, esto aumenta el margen para una reducción adicional de la tasa de depósito al 2%, el límite inferior de nuestra estimación del rango de la tasa neutral”, afirma Kastens.
Para Martin Wolburg, economista senior en Generali AM, parte de Generali Investments, es probable que el BCE se sitúe ligeramente por debajo de la neutralidad. Según explica, espera que el BCE supere el repunte de la inflación del cuarto trimestre, impulsado en gran medida por los efectos de base de los precios de la energía, por lo que ve que la inflación está retrocediendo y la moderación del crecimiento salarial también empujará a la baja la inflación de los servicios el próximo año. «Esperamos que en las proyecciones macroeconómicas actualizadas del BCE la inflación se sitúe, por primera vez desde el repunte posterior a la pandemia, en línea con el objetivo durante la mayor parte del horizonte de previsión, que finaliza en 2027. La previsión de crecimiento para 2025 (del 1,3%) se revisará a la baja, respaldando una orientación más moderada de la política monetaria. Sin embargo, dada la elevada incertidumbre y la persistente inflación subyacente, esperamos que el BCE mantenga su enfoque gradual, reunión por reunión, y busque recortes continuos y constantes de 25 puntos básicos. Ahora consideramos ligeramente más probable que el tipo terminal se sitúe en el 1,75%, algo por debajo de la banda de tipos neutrales del 2,0% al 2,5%, y que probablemente se alcance en julio», indica Wolburg.
Por su parte, Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO, cree que las nuevas proyecciones del personal, incluidas las cifras inaugurales de 2027, mostrarán probablemente una inflación en torno al objetivo a partir de mediados de 2025. “Sin embargo, para que la inflación evolucione en línea con las expectativas del BCE y converja de forma duradera hacia el objetivo en 2025, el requisito previo más importante sigue siendo que el crecimiento de los costes laborales unitarios vuelva a niveles compatibles en líneas generales con una inflación del 2%”, matiza Veit.
Teniendo esto en cuenta, Veit explica que dada la incertidumbre en torno al intervalo neutral de la política monetaria y la inflación interna aún demasiado elevada, reflejo en gran medida de las persistentes presiones sobre los precios en el sector de los servicios, es probable que los tipos de interés oficiales sigan descendiendo hacia el nivel neutral de forma gradual.
“El debate en torno a la configuración adecuada del tipo de interés neutral ha comenzado y se espera que cobre impulso en los próximos meses. En general, los precios de mercado nos parecen razonables, pero vemos riesgos adicionales a la baja para el crecimiento tras las elecciones estadounidenses. Un tipo terminal de alrededor del 1,8% para el segundo semestre del próximo año sigue siendo coherente con nuestras estimaciones de un tipo de interés neutral para la zona euro”, argumenta el gestor de PIMCO.
En opinión de Kohl, la eurozona enfrenta ahora múltiples desafíos económicos. “La prolongada contracción de la actividad industrial está empezando a afectar las perspectivas de empleo y los ingresos de los consumidores. Al mismo tiempo, la eurozona lucha contra una significativa pérdida de competitividad internacional en precios, ya que los costos laborales y los precios de fábrica han aumentado más que en otros países durante los últimos tres años. Las políticas fiscales estrictas y la incertidumbre política y comercial agravan estos vientos en contra, haciendo que la postura monetaria restrictiva actual sea tan inadecuada como lo fue la tasa de depósito del -0,5% en marzo de 2022, cuando la inflación en la eurozona era del 7,5% y la tendencia subyacente se estimaba en un 5,4%”, señala desde Julius Baer.
Un fin de año de retos
Por ello, para Kohl el verdadero reto del BCE es enfrentarse y gestionar el estancamiento económico de la zona euro, caracterizada por la pérdida de competitividad en precios, el aumento de la competencia extranjera, políticas fiscales estrictas y una mayor incertidumbre política y comercial.
En su opinión, en este contexto, mantener una postura monetaria restrictiva resulta inapropiado. “Sin embargo, el legado del reciente choque inflacionario genera dudas en la adaptación de la política monetaria a la nueva realidad, dominada por fuerzas desinflacionarias. Este retraso implica que el BCE tendrá que reducir las tasas de interés durante más tiempo y de manera más pronunciada que si simplemente buscara una postura neutral. Hemos revisado nuestra previsión de la tasa de política monetaria a 12 meses, bajándola del 2,25% al 1,75%”, señala Kohl.
Según argumenta, el fracaso del BCE para anticipar el aumento de la inflación en 2021 deja un legado que dificulta su capacidad de adaptarse a la realidad cambiante de hoy. “Esperamos que el BCE reaccione más tarde de lo necesario ante las fuerzas desinflacionarias en desarrollo, lo que lo obligará a reducir la tasa de política monetaria más profundamente y durante más tiempo que si hubiera actuado de manera contundente desde el principio”, argumenta el economista jefe de Julius Baer.
En resumen, François Rimeu, estratega sénior de Crédit Mutuel Asset Management, considera probable que el Banco Central Europeo mantenga los recortes graduales de tipos a pesar de la fragilidad del entorno económico. «Sin embargo, haciéndose eco de los comentarios del economista jefe del BCE, Philip Lane, Christine Lagarde podría indicar en la conferencia de prensa un posible alejamiento de la estrategia dependiente de los datos en el futuro (una vez «finalizado el proceso de desinflación») en favor de un enfoque centrado en la evaluación de los riesgos futuros. Hay pocas expectativas asociadas a esta reunión, aparte de un recorte de tipos de 25 pb. es poco factible que se adopte una postura más acomodaticia que haga bajar los tipos en toda la curva», concluye Rimeu.