En la gestora británica M&G son positivos en renta variable europea de cara a este año y así lo demostraron en un reciente evento en Madrid, dirigido a clientes, en el que estuvo presente Sam Ford, co-gestor del fondo M&G Pan European Dividend (junto a Phil Cliff), que explicó el atractivo de una estrategia que, “más que un fondo de income, y a pesar de su nombre, es un fondo core para la parte de renta variable de las carteras”, defendió Ignacio Rodríguez Añino, director de Ventas para España, Portugal y Latinoamérica. “Es uno de los grandes fondos de renta variable europea de la gestora y puede compararse con cualquiera de este tipo”, aseguró.
Ford se centró en explicar los factores que permiten al fondo diferenciarse de otros productos de dividendos y crear valor, centrándose en el proceso de inversión. “Mientras otros gestores se centran en la rentabilidad por dividendo para elegir las posiciones en cartera, para nosotros es casi lo último. Algunas firmas que reparten dividendo son intensivas en capital pero tienen poca capacidad de crecer y eso, a la larga, puede limitar tanto la apreciación de la acción como el crecimiento de beneficios que ayuden a impulsar el dividendo”, explicó.
De ahí que en la gestora se centren en nombres con rentabilidad por dividendo más baja que la media, pero que tienen potencial para aumentar dicha rentabilidad a lo largo del tiempo. Es decir, buscan firmas que puedan aumentar el dividendo y que también puedan beneficiarse de una revalorización en el precio de la acción. “Somos inversores de largo plazo y la clave es elegir bien las compañías”, dice, y demuestra que su estrategia funciona, por el poder del “compounding”: así, mientras las acciones que ofrecen rentabilidad por dividendo muy alta –del 6%- no suelen ver aumentar su precio a lo largo del tiempo, aquellas con rentabilidad por dividendo algo menor –del 4%, pero en las que el equipo tiene confianza en que lo aumentará-, ven disparado su precio, algo con un efecto muy notable en periodos de más de 10 años.
“Estamos más interesados en buscar compañías con un crecimiento disciplinado, capaces de pagar dividendos en el futuro”, añade Ford. Y llama a sus valores favoritos “dividend achievers”, aquellos capaces de sostener o hacer crecer el dividendo en un periodo de más de 15 años. “Estos nombres han tenido una rentabilidad fantástica frente al índice, pero no se puede lograr exposición con ETFs, porque es difícil que aglutine estas compañías”, añade.
Cartera de alta convicción
Por eso apuestan por una gestión muy activa centrada en identificar esos nombres: el proceso empieza con la selección, de entre los nombres del índice europeo, de las compañías que pagan dividendos (excluyendo las que no pagan) y aquellas con liquidez suficiente (más de 1.000 millones de euros de capitalización), con lo que tienen unos 800 nombres. El objetivo es conformar una cartera de alta convicción, con 35-40 nombres capaces de generar grandes flujos de caja y retornos sobre el capital, entendiendo muy bien su cultura gestora y su potencial para aumentar el dividendo. “La cartera está conformada puramente siguiendo un análisis de las compañías, e invirtiendo en las buenas ideas, de alta convicción”, dice el gestor.
En la cartera hay tres tipos de compañías: aquellas de “calidad”, que ocupan un 35%-45% del total (firmas maduras, en las que se sabe que podrán aumentar el dividendo independientemente de las condiciones del mercado, como compañías de tabaco o farmacéuticas como Novartis); aquellas “assets”, que ocupan el 25%-45% (firmas más cíclicas por su naturaleza que lo hacen bien los rallies de mercado, como Nordea o Endesa, compañía esta última que tuvieron hasta finales de 2015 y que sorprendió con su dividendo pero que se vendió por alcanzar su precio objetivo); y compañías de “rápido crecimiento”, que ocupan entre el 20% y el 30% (compañías con productos disruptivos, de tecnología, que se mueven hacia nuevos mercados). Y eligen entre estas tres categorías teniendo en cuenta las valoraciones: ahora son más atractivos los nombres del segundo y tercer grupo y menos los del primero.
Teniendo en cuenta estas premisas, el fondo infrapondera ahora industrias más intensivas en capital, y sobrepondera consumo discrecional y también el sector financiero (invirtiendo en gestoras de activos o aseguradoras, pero lejos de lo bancos, porque quiere predictabilidad en los flujos de caja, algo que éstos no ofrecen). Por áreas geográficas, sobrepondera Reino Unido e infrapondera países como Francia, donde el co-gestor explica que no encuentra compañías que le gusten.
El fondo, que busca ofrecer un retorno total a través de los diferentes entornos de mercado, tiene tres claves, destaca Ford: “La inversión en «dividends achievers», que pueden hacer crecer su dividendo, funciona en Europa; nuestra cartera es capaz de ver crecer sus dividendos; y además es una cartera concentrada y de alta convicción que puede formar parte de la inversión central de las carteras de renta variable”, apostilla.