Dos de cada tres inversores profesionales en España se muestran positivos con la evolución de la renta variable en los próximos doce meses, frente una visión más cauta de los particulares, pues solo el 40% dicen ser optimistas, la misma cifra que los que se declaran neutrales. La visión en general es positiva con el activo, pese a esas diferencias, pues solo un 12% de profesionales y particulares son bajistas con respecto a los mercados bursátiles. Así lo demuestran los datos de la encuesta de Unience, en colaboración con Funds Society, correspondiente al mes de octubre en la que han participado cerca de 700 inversores.
Esa visión positiva es coherente con el hecho de que en torno al 40% de los inversores, de todo tipo, señalan las acciones como uno de los activos que más pesa en su cartera, en forma de inversión directa. Aun así, el vehículo estrella son los fondos: cerca del 80% de los que han respondido a la encuesta los señalan como uno de los instrumentos con mayor presencia en sus portafolios. El menos presente, la inversión directa en renta fija o los ETFs, en el caso de los particulares, y los fondos de pensiones, en el caso de los inversores profesionales.
La visión positiva en bolsa también es coherente con los planes futuros de inversión: un 85% de profesionales invertirán en renta variable europea de aquí a varios meses, algo que también asegura más de un 60% de los minoristas. La renta variable española también es una gran opción, para más del 20% de los profesionales y el 30% de los particulares; ambos señalan también a la bolsa estadounidense.
Eso sí, la liquidez también cobra importancia y más de un 20% de los inversores acudirá a depósitos o liquidez. La gestión alternativa como métido de mejorar las rentabilidades es una gran opción, pero solo para los profesionales pues solo un 15% de los particulares señalan a este activo para los próximos meses.
Con respecto a la diversificación, se muestran bastante convencidos de que lo están haciendo bien, a través de diferentes categorías o en diferentes geografías. Los inversores son cada vez más conscientes de la importancia de combinar también títulos de distintos niveles de riesgo.