La preocupación de los inversores españoles respecto a mantener su nivel de vida actual en la jubilación, junto al atractivo que observan en la renta variable internacional son algunas de las conclusiones principales que Legg Mason ha extraído de su estudio anual a inversores de rentas altas en España. La encuesta ha preguntado a más de 4.200 inversores de rentas altas (a partir de 200.000 dólares de activos disponibles para inversión) en 20 países, 200 de ellos en España, y ha sido realizado entre noviembre y diciembre de 2014.
Una conclusión del estudio es el incremento del atractivo de las inversiones internacionales para el inversor español, especialmente en renta variable. Un 51% creen que ésta representa la mejor oportunidad de inversión en los próximos 12 meses, y un 43% de los inversores españoles consideran aumentar sus inversiones internacionales en renta variable. Preguntados por las regiones que presentan las mejores oportunidades de inversión en 2015 los inversores españoles respondieron que China (46%), EE.UU. (39%) y Europa (29%). No obstante, pese al aumento de este interés en la inversión internacional en España, los inversores nacionales que poseen inversiones internacionales en sus carteras todavía representa un porcentaje bajo (54%) respecto al porcentaje mundial (77%).
La mitad de los inversores españoles reconocen que necesitarían una mayor rentabilidad en sus inversiones pero temen asumir los riesgos inherentes para conseguirla. Preguntados por el beneficio que pueden obtener de las inversiones internacionales, un 62% de los encuestados reconocen que diversificar el riesgo a través de diferentes mercados es una de las principales ventajas mientras que un 48% admite que las inversiones internacionales ofrecen un potencial de rentabilidad más alta que el mercado nacional.
Todas estas decisiones y experiencias tienen un reflejo en la distribución de las carteras y en las asignación de los activos. Los inversores españoles han pasado de tener un 19% de sus carteras asignadas a efectivo en 2014 a un 29% en 2015. El aumento se ha debido –entre otros factores- a la reducción de los activos en renta fija (de un 23% en la anterior encuesta a un 16% en la actualidad) mientras que los demás tipos de activos como la renta variable o los activos inmobiliarios se mantienen en valores muy parecidos a 2014.
Según el estudio, poco a poco los inversores españoles van adoptando la figura del asesor financiero. Aunque el número de inversores que trabajan con uno en España (29%) se encuentra alejado de la media estadounidense (55%), hay países de nuestro entorno con porcentajes menores como Suecia con un 26% o Alemania con un 15%. Sin embargo el 39% de los inversores españoles que trabajan con un asesor financiero reconocen que han accedido a oportunidades de inversión que se habrían perdido si no trabajasen con uno. Asimismo un 41% reconoce que es una oportunidad para tener un mejor rendimiento en su inversión mientras que un 38% argumenta que el asesor financiero les proporciona mayor tranquilidad a la hora de realizar sus inversiones.
Javier Mallo, responsable de Legg Mason para España y Portugal, comentó que “algunas de las conclusiones del estudio confirman que los inversores españoles gradualmente están adoptando un enfoque más diversificado en sus inversiones. Un mayor enfoque hacia la inversión internacional y hacia la renta variable -con un creciente interés en invertir en Europa o EE.UU.- parecen ser las tendencias en 2015. Es reseñable -junto a la mayor cultura financiera de los españoles y la búsqueda de oportunidades más allá de nuestras fronteras- una preocupación respecto a los ingresos durante la jubilación, que provocarán que el inversor nacional aumente progresivamente la diversificación de sus inversiones a la vez que buscan generar mayores rentabilidades”.
En ese sentido, Legg Mason ha preguntado a los inversores qué factores podrían impedir llevar el nivel de vida deseado en el futuro: “Que el gobierno no cumpla con sus obligaciones” es la respuesta elegida por un 54% de los inversores españoles, el nivel más alto de Europa y alejado de la media global que está en el 36%. Un “evento inesperado que me obligue a usar mis recursos prematuramente” es citado por el 36% y “que mis ingresos nos se mantengan a la par con la inflación” (que cita el 30%) completan la lista de tres factores que podrían impedir al inversor español mantener su nivel de vida en el futuro.
En el estudio se observan diferencias significativas entre los países de Europa, ya que los únicos países con porcentajes similares a los españoles respecto a la pregunta sobre las obligaciones del gobierno en materias de pensiones son Bélgica (54%), Francia e Italia (45%) mientras que Alemania (29%) y Reino Unido y Suiza (ambos con el 22%) no muestran unos niveles de preocupación tan altos.