Según muchos indicadores, los mercados han tenido unos “locos años 20”, con cinco años de sólido rendimiento para los índices bursátiles mundiales, avances tecnológicos y un crecimiento económico estadounidense mayor de lo esperado. Partiendo de esta reflexión, y a medida que nos adentramos en 2025, la Oficina Principal de Inversiones de UBS describe un escenario base de crecimiento global, a pesar de la política arancelaria de la nueva Administración Trump.
“Sube la renta variable estadounidense. El crecimiento estadounidense se ve respaldado por la desregulación y la mejora de la confianza empresarial, que compensan con creces el impacto de los aranceles selectivos sobre las importaciones chinas y europeas clave. Las negociaciones comerciales y geopolíticas aumentan la volatilidad y los malos resultados de los mercados europeos y chinos. Los planes fiscales más expansivos de EE.UU. se aparcan y la inflación cae hacia el objetivo. Los rendimientos de los bonos caen ligeramente y los bancos centrales recortan sistemáticamente los tipos de interés hacia un nivel neutral”, apuntan y matizan desde UBS sobre cómo es ese escenario base para 2025.
Ante este entorno, Mark Haefele, director de inversiones en UBS GWM, apunta que “el resultado de las elecciones estadounidenses sigue siendo un punto central, con la perspectiva de una bajada de impuestos y una desregulación que se suman a un discurso positivo para el mercado de ‘los locos años 20’ basado en un crecimiento sólido y la inversión continua en IA. Aun así, los problemas de la desglobalización, la deuda y la demografía —entre otros— significan que tenemos que estar preparados para una amplia gama de resultados en el próximo año”.
Outlook 2025
Ahora bien, ¿cómo ha llegado a esta conclusión? La entidad ha desgranado y analizado en su último informe de perspectivas los principales acontecimientos que conformarán la próxima fase de esta década, como el cambio político en EE.UU., las innovaciones transformadoras y unos tipos de interés más bajos.
Según destaca, desde el inicio de la década de 2020, los mercados mundiales de renta variable han subido un 50%, el PIB nominal ha aumentado por encima del 30% y los beneficios empresariales de EE.UU. casi se han duplicado. “Todo ello a pesar de los confinamientos a escala mundial sin precedentes, el estallido de guerras en Europa del Este y Oriente Medio y el mayor repunte de los tipos de interés y la inflación en décadas”, matiza.
La entidad considera que la presidencia de Trump tiene el potencial de remodelar el panorama económico y geopolítico estadounidense. “Los aranceles, en particular, pueden alterar el comercio, reducir la demanda interna de EE.UU. y aumentar la inflación. Un envite arancelario podría desencadenar un escenario bajista estanflacionista. Al mismo tiempo, las negociaciones con socios comerciales o los desafíos legales a escala nacional podrían mitigar su alcance e impacto, y los recortes de impuestos y la desregulación podrían respaldar un discurso de mercado más positivo”, explican en su informe.
En su escenario de base, la CIO cree que el S&P 500 podría alcanzar los 6.600 puntos a finales de 2025, impulsado por el sólido crecimiento estadounidense, unos tipos de interés más bajos y los avances en la Inteligencia Artificial. En Asia, es probable que el crecimiento de China se ralentice y resulta poco probable que las medidas reactivas de estímulo fiscal sean suficientes para compensar por completo el impacto de los aranceles y los desafíos estructurales.
Además, espera que la India siga registrando un crecimiento más sólido y, en Europa, es probable que el crecimiento sea desigual y moderado, pero debería mejorar, ya que el crecimiento salarial sigue siendo sólido, al tiempo que los tipos de interés caen. “España, el Reino Unido y Suiza deberían destacar con tasas de crecimiento superiores al 1%, frente a un crecimiento más modesto de alrededor del 1% en Alemania, Francia e Italia”, matiza sobre la disparidad dentro de Europa.
“De cara al futuro, las 5 D de la deuda, la desglobalización, la demografía, la descarbonización y la digitalización, siguen siendo factores clave que probablemente impulsarán los mercados y las economías en los próximos años, lo que presenta tanto oportunidades como riesgos para los inversores. En conjunto, deberían llevar a un mayor crecimiento, por ejemplo, impulsado por la inteligencia artificial, que podría ser la innovación más influyente del siglo, y periodos de mayor inflación, debido a un comercio más desglobalizado y a unos precios de la energía más elevados impulsados por los esfuerzos de descarbonización”, argumentan.
Principales calves
Para navegar en 2025, UBS tiene claro que habrá que pensar en un posicionamiento de cara a unos tipos más bajos. Según explica, las rentabilidades del efectivo disminuirán a la luz de los nuevos recortes de tipos de los bancos centrales. “Entretanto, los bonos de alta calidad ofrecen rendimientos atractivos y potencial de plusvalías, con rentabilidades totales previstas en el rango medio de un solo dígito en dólares estadounidenses”, señala en el informe.
Además, estima que la renta variable presente un mayor margen. “2025 debería traer consigo nuevas alzas para los mercados bursátiles. EE.UU. es el mercado de preferencia, mientras que la exposición diversificada a Asia (excl. Japón) podría ser una forma eficaz de aprovechar el potencial alcista de la región y gestionar al mismo tiempo los riesgos. En Europa, los valores de pequeña y mediana capitalización de la zona euro y los suizos de alta calidad con dividendos parecen atractivos”, afirman desde UBS.
Considera que habrá oportunidades de innovación transformadora y un claro ejemplo de ello es la IA y la energía. Según su visión, ambos constituyen dos oportunidades dentro de la renta variable con el potencial de proporcionar un crecimiento significativo y sostenido de los beneficios, que podría proporcionar a los inversores en estas áreas rentabilidades a largo plazo sobredimensionadas.
A la hora de buscar oportunidades, la firma considera que será importante tener en cuenta qué hará el dólar el próximo año. El informe afirma que es probable que el dólar estadounidense se vea anclado entre factores positivos a corto plazo, como los ajustados mercados laborales y aranceles estadounidenses, y negativos a más largo plazo, incluida las sobrevaloraciones. “Los inversores deberían aprovechar los periodos de solidez para reducir la exposición al dólar estadounidense”, aconseja.
En su opinión, una de las apuestas más claras para el próximo año es el oro. “El descenso de los tipos de interés, la persistencia de los riesgos geopolíticos y la preocupación por la deuda pública estadounidense deberían seguir respaldando el oro en 2025. También existen oportunidades a largo plazo en el cobre y otros metales de transición a medida que aumenta la demanda junto con la creciente inversión en generación de energía, almacenamiento y transporte eléctrico”, argumenta.
Por último, el informe de UBS pone el foco en el sector inmobiliario, en particular en las inversiones inmobiliarias residenciales y comerciales son positivas. Según su análisis, con una oferta limitada y un aumento de la demanda, existen oportunidades en sectores como la logística, los centros de datos y la vivienda multifamiliar.