Las actitudes hacia la globalización en el mundo desarrollado se han vuelto cada vez más negativas. Esto puede verse con hechos como que los partidos populistas hayan aumentado significativamente su proporción de votos en las elecciones que se han celebrado recientemente en Europa. En un informe sobre sus perspectivas para el primer cuatrimestre de este año, UBS AM señala que el conflicto comercial entre China y Estados Unidos, la fuente principal de las preocupaciones en torno al proteccionismo de la mayoría de los inversores, tiene tanto que ver con la seguridad tecnológica como con los aranceles y el déficit comercial estadounidense.
Pese a que parece haber emergido un tono más conciliador tras la tregua comercial acordada en la cumbre de jefes de Estado del G20 celebrada a finales de 2018 en Buenos Aires, la gestora no cree que los problemas que se encuentran en el fondo de esta disputa –como son la preocupación de Estados Unidos por la actitud de China hacia la propiedad intelectual y la transferencia de tecnología y su deseo de desarrollar sus propias industrias high tech para competir con el país norteamericano- puedan resolverse rápidamente.
Ha habido una tendencia global significativa de deflación asociada a la globalización que parece haber alcanzado un pico, al menos por ahora, ya que el aumento del populismo y el proteccionismo está llevando a la imposición de aranceles comerciales y a la restricción de la movilidad laboral. UBS AM destaca que los populistas están presionando en contra del marco institucional europeo sobre normas fiscales y la inmigración. Es probable que esto, como mínimo, ralentice los esfuerzos de reforma en la Unión Europea.
Por clases de activos, UBS AM considera que esta coyuntura genera diversas implicaciones. En renta variable, creen que la situación va a ser negativa porque las restricciones comerciales y las de inmigración tienden a aumentar los costes y, como consecuencia, a reducir el crecimiento y los beneficios. A su juicio, los exportadores quedarán más perjudicados que aquellas empresas que tengan, sobre todo, ingresos nacionales. Además, la gestora advierte de que hay algunas regiones que son más susceptibles al aumento de las tensiones comerciales de lo que se está teniendo en cuenta realmente.
En renta fija, en cambio, se mantiene neutral y cree que la presión alcista en la inflación va a llevar a infraponderar la duración. Mientras, asegura que la presión a la baja en el crecimiento es negativa para los diferenciales de crédito.
Por otro lado, UBS AM afirma que las divisas de los mercados emergentes tienen altos niveles de beta tanto para el crecimiento como para el comercio, mientras que aquellas más seguras, como el dólar estadounidense (USD), el yen japonés (JPY) o el franco suizo (CHF), deberían tener un comportamiento positivo, independientemente de la naturaleza del shock geopolítico que se produzca.
Un caso de estudio: el yen japonés
En este contexto, UBS AM señala que el ‘momentum’ económico que está desarrollándose en Japón, así como la rigidez de su mercado laboral, podrían traer signos de crecimiento salarial que llevarían al mercado a empezar a valorar el fin de la política monetaria del Banco de Japón, considerada extraordinariamente expansiva.
En Corea del Sur, los datos económicos recientes han sido bastante decepcionantes, con la formación de capital en decadencia y un consumo débil. Su economía se benefició de un impulso sustancial a raíz del fuerte crecimiento de las exportaciones de semiconductores en 2018, un impulso que probablemente desaparezca a lo largo de 2019. Dada la importancia de los semiconductores para el conjunto de la demanda, la economía y la divisa del país, por ende, permanece particularmente vulnerable a cualquier ralentización que se produzca en la industria global de tecnología de la información.
Por su lado, el yen japonés continúa demostrando características defensivas en entornos globales ‘risk-off’ y, en particular, en aquellos que están relacionados con la geopolítica y el proteccionismo. Al tratarse de un importante exportador, cualquier trastorno en las cadenas de distribución globales y, en concreto, el actual enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China pueden afectar a Corea del Sur. Por ello, el won coreano está expuesto a cualquier escalada en las tensiones comerciales, tanto de forma directa –a través de su propia relación con Estados Unidos- como indirecta –por la disputa de ese país con China.
Mientras, la retórica combativa entre Estados Unidos y Corea del Norte afortunadamente ha evolucionado hacia algo más conciliador a lo largo del último año, incluyendo la histórica reunión entre sus dos líderes en Singapur. Sin embargo, Corea sigue claramente expuesta a cualquier cambio en esta frágil distensión.
Con todo, UBS AM insiste en que las características del yen japonés en entornos de alta volatilidad hacen que esté preparado para comportarse bien si aumentan las tensiones comerciales y se produce una escalada en el conflicto geopolítico en la península coreana.