Aunque existe un amplio acuerdo entre los gestores de UBS AM en que la narrativa del mercado está cambiando hacia una reflación gradual, el nivel de ese cambio y sus implicaciones en el conjunto de oportunidades son muy específicos en cada tipo de activo.
Dados los datos mixtos de crecimiento e inflación que han llegado del primer semestre del año, el tema de la reactivación ha jugado de manera inconsistente en las diferentes clases de activos en los últimos seis meses.
Phil Brides, portfolio manager de Investment Solutions en el equipo de multiactivos de la firma, junto con Nathan Shetty, sugieren que, a medida que las sorpresas económicas de Estados Unidos retroceden y las acciones que se beneficiaron de un primer impulso con la reactivación caen, el fenómeno podría haber alcanzado ya su punto máximo, al menos en Estados Unidos.
“De cara al futuro creemos que la reactivación aparentemente sincrónica que hemos visto globalmente será reemplazada por ciclos de reflación diferenciados. En este contexto, vemos las principales oportunidades en los mercados de renta variable situados fuera de Estados Unidos”, explican.
Margen de decepción
Esto reflejaría la opinión de ambos gestores de que las expectativas de que Estados Unidos ponga en marcha medidas de estímulo fiscal son altas y esto significa que existe mayor margen para la decepción en las valoraciones de las acciones estadounidenses. “Estados Unidos ya está en una etapa madura del ciclo económico. Mientras tanto, Europa y Japón están en una etapa más temprana de su recuperación y se benefician de tipos de interés más bajos en un momento en que las condiciones en Estados Unidos ya se están estrechando, aunque lentamente”, afirman.
Sin embargo, aunque Brides y Shetty ven el contexto como de apoyo para los mercados de renta variable emergente y para los mercados desarrollados, sin contar Estados Unidos, advierten de que existe un alto grado de complacencia entre los inversores, y aunque hay evidencia de algunas tendencias reflacionistas, creen que es demasiado pronto para declarar la muerte del lema «más bajo durante más tiempo», dado el envejecimiento de la población, los altos niveles de deuda y los movimientos de desglobalización.
“También vemos a China como un riesgo clave. Existen buenos argumentos de que los verdaderos orígenes de la reflación global no radican en las medidas que adopte Trump, sino en el auge de la construcción china y en su apoyo a los precios de las materias primas. A medida que se adopte un endurecimiento más agresivo de las condiciones financieras, ese apoyo puede ahora revertirse. La velocidad del ajuste en China va a ser clave. Cualquier cambio repentino en los niveles del yuan, en el shibor o en los niveles de deuda podría ser tomado como una señal de que las autoridades están perdiendo el control del proceso”, concluyen.