Union Bancaire Privée (UBP) acaba de presentar la quinta edición de su Informe de Impacto, correspondiente a 2022, que recoge por primera vez su estrategia de biodiversidad que está a punto de cumplir dos años. Desde la gestora destacan que la protección y restauración de la biodiversidad sigue teniendo aún un largo camino por recorrer frente a las estrategias que abordan el cambio climático, pero no por ello se sitúa menos a la vanguardia ni es menos fundamental para el futuro del planeta.
Victoria Leggett, responsable de inversión de impacto y cogestora de la estratregia, subraya en el informe el papel del engagement de UBP con las compañías, sobre todo para poder evidenciar claramente sus efectos positivos para las empresas en el área de biodiversidad, en vista de que los datos y la divulgación aún son insuficientes.
“En cuanto a la biodiversidad, es probable que las empresas lleven cinco años de retraso con respecto al carbono. Según datos de CDP (Carbon Disclosure Project), el año pasado 18.600 empresas informaron sobre el clima, pero solo 3.900 lo hicieron sobre el agua y poco más de 1.000 sobre los bosques, como indicadores de la biodiversidad”, explica Leggett.
Sin embargo, eso mismo hace que las compañías pioneras en biodiversidad también vayan por delante en temas de sostenibilidad más tradicionales. “Estas empresas tienden a tener políticas de sostenibilidad más avanzadas, estrategias de reducción de carbono más desarrolladas, incluido el cumplimiento de metodologías basadas en la ciencia, y una mayor alineación de la remuneración de los ejecutivos con objetivos estratégicos no financieros”, señala el Informe de Impacto 2022.
Leggett subraya por ello que lo más importante a la hora de colaborar con las compañías es su voluntad de comprometerse: “Es importante hacerse una idea de la mentalidad de la empresa. No tiene sentido recopilar datos de una firma si la estrategia que hay detrás no es sólida”.
“El principal compromiso que pueden tener los inversores es hacer hincapié en las oportunidades que ofrece la biodiversidad. Para que el tema gane realmente adeptos entre las compañías, es importante que la percepción deje de limitarse al riesgo”, añade, aprovechando además los cambios normativos en marcha y los que se avecinan, como la directiva europea de reporte de sostenibilidad corporativa (CSRD), que entrará en vigor para algunas empresas el año que viene.
“Al mismo tiempo, las empresas con las que hablamos consideran que la biodiversidad aún no ha calado en la conciencia de los consumidores como lo ha hecho el cambio climático”, indica la experta, que destaca la importancia de un enfoque multilateral como el que UBP realiza a través de su Comité de Biodiversidad, que incluye a ONGs como Cambridge Conservation Initiative y Peace Parks Foundation. “Se genera una especie de magia cuando reunimos a conservacionistas, que no suelen asociarse con empresas y pueden mostrarse escépticos sobre su compromiso, y a empresas, a las que les cuesta conectar las piezas y les preocupa cometer un error”.
Objetivos de la inversión
Además del marco normativo favorable, desde UBP buscan que las empresas seleccionadas en la estrategia ofrezcan innovación y respondan a una demanda generada por esa nueva normativa con proyectos que transformen la manera de producir. De ahí el sesgo hacia los sectores industrial y de materiales que tiene la estrategia de protección de la diversidad.
Aunque en muchos aspectos el abordaje del cambio climático y la biodiversidad se solapan, no son lo mismo. El informe destaca que los datos de emisiones de carbono de las empresas del fondo de biodiversidad pueden arrojar resultados elevados por la complejidad de su contribución. Un ejemplo de ello pueden ser las empresas de gestión de residuos o de tratamiento de aguas, que llevan a cabo procesos de alta intensidad energética (y por tanto tienen elevadas emisiones relativas), pese a lo cual siguen siendo “importantes facilitadores de impacto positivo en sus respectivas cadenas de valor al apoyar la economía circular”.
Leggett explica por ello que “adoptar el enfoque del carbono de recopilar métricas individuales y aplicarlas a la biodiversidad es problemático. Por ejemplo, centrarse en la abundancia media de especies como medida ignora la variedad y la conectividad, que son fundamentales para la supervivencia de un ecosistema. Otra diferencia clave es que la restauración de la biodiversidad puede ser local, mientras que el cambio climático es un fenómeno global”.
Por ello, el informe 2022 también indica que cartografiar la ubicación de las cadenas de valor ascendentes (de suministro) y descendentes (productos) ofrece una base sólida para evaluar cuáles son las oportunidades y los riesgos relacionados con la naturaleza para una empresa o una cartera de empresas. Y se propone para el informe de 2023 ampliar el análisis a la exposición de la cartera a la cadena de valor ascendente, ya que probablemente la generación de ingresos está mucho más expuesta a los mercados emergentes -y, por tanto, potencialmente a los focos de biodiversidad- de lo que indican las ubicaciones de cotización.