En los países desarrollados se está produciendo una grave recesión como resultado de la crisis sanitaria provocada por el brote de coronavirus, pero en China se están dando las primeras señales de recuperación antes del segundo trimestre del año. Según Union Bancaire Privée (UBP), en la primera mitad del 2020, debería producirse una recesión más aguda que en 2008, con una estabilización gradual y una recuperación en el segundo semestre. Todo ello irá de la mano de numerosas políticas en el ámbito monetario y fiscal, propias de tiempos de guerra.
“Los responsables de las políticas monetarias y presupuestarias han puesto en marcha medidas agresivas para evitar una crisis crediticia, además de la crisis humanitaria ya en curso, en un intento por proteger los mercados laborales y apoyar una recuperación impulsada por la demanda”, afirma Patrice Gautry, economista jefe de la gestora, en su último informe mensual de perspectivas.
Estados Unidos experimentará una recesión severa en el segundo trimestre debido a la cuarentena y a las disrupciones en la cadena de suministro y los sectores energéticos. UBP espera que vaya seguida de una recuperación relativamente sostenida, gracias a las medidas adoptadas por la Fed y el Congreso. A su juicio, el descenso de la actividad impulsará el desempleo por encima del 10%, pero esas medidas deberían evitar una fuerte pérdida de ingresos, apoyar a las pequeñas y medianas empresas e impedir un aumento estructural del paro y una depresión.
En Europa, Italia y España “son los países más expuestos y se enfrentan a una grave recesión debido a la prolongada cuarentena y a los exorbitantes costes sanitarios”. En su opinión, después de la gran crisis sanitaria, allí solo parece probable una recuperación gradual. Mientras, Alemania afronta una recesión comparable a la de 2008 debido al gran impacto en los servicios y los principales sectores industriales y de exportación. Por ello, se han tomado grandes decisiones presupuestarias para proteger la mano de obra y las empresas.
China está saliendo progresivamente de la cuarentena y la actividad industrial se está reanudando después de la fuerte recesión del primer trimestre. “El regreso a su plena capacidad parece posible en el tercer trimestre, siempre que continúen desplegándose los apoyos monetarios y presupuestarios”, señala Gautry. Por otro lado, afirma que continúan algunas perturbaciones en otros países asiáticos: el contagio ha llegado a su punto máximo en Corea, India ha entrado ahora en cuarentena y la actividad sigue bajo presión en otras zonas de la región.
Políticas económicas para una guerra
La economía mundial se enfrenta a una conmoción más grave que en 2008. UBP ve necesario que los responsables de las políticas adopten medidas conjuntas para impedir que la crisis sanitaria se transforme en una crisis financiera importante y, en última instancia, en una depresión. En ese sentido, su economista jefe destaca que las autoridades “han entrado en guerra” en términos de respuestas monetarias y presupuestarias, que han sido muy superiores a las de la última crisis. Sin embargo, cree que todavía falta una acción coordinada del G20, a pesar de las promesas de inyectar 5 billones de dólares en la economía.
En el ámbito monetario, hace hincapié en que los bancos centrales han flexibilizado aún más su política, con tasas del 0% o negativas, y se ha inyectado liquidez en los bancos y en los mercados monetarios. “Las medidas a favor de las corporaciones y las pymes deberían ofrecer un puente de financiación vital para mantener la actividad”, añade en el informe. Además, se han ampliado los programas de compras de activos con los bancos centrales mundiales sumándose a los del G4 en las iniciativas de QE. “En consecuencia, los mercados deberían disponer de una amplia liquidez y los bajos tipos de interés se mantendrán durante un tiempo, impulsados por la espectacular expansión de los balances de los bancos centrales”.
Al mismo tiempo, los estímulos presupuestarios aumentaron a lo largo de marzo, alcanzando más del 10% del PIB en EE.UU., China y Japón, y potencialmente más del 5% del PIB en Europa. Además, podrían adoptarse medidas a nivel de la UE, utilizando el Mecanismo de Estabilidad Europeo que añade un 2% de apoyo al PIB. Gautry apunta que los gobiernos han aumentado el gasto en salud y han lanzado un apoyo a las empresas y los hogares, con una inyección directa de dinero en EE.UU. “Las medidas específicas deberían contener el aumento del desempleo y evitar las quiebras importantes”, declara.
Asimismo, varios países lanzaron garantías públicas sobre préstamos privados, que podrían representar un 10% adicional del PIB. Los déficits y la deuda pública aumentarán como solo se ha visto anteriormente en tiempos de guerra. En ese sentido, considera que la deuda privada y pública creada en esta batalla contra la COVID-19 probablemente no será reembolsada por una nueva austeridad, sino a través de alguna forma de monetización de los bancos centrales.