Aunque hemos entrado en un proceso de desglobalización, la conexión entre los mercados y el contexto económico y geopolítico global sigue vigente. Por ello, las gestoras internacionales ponen el foco en cómo se está comportando el mercado de materias primas ante las expectativas de los aranceles sobre el acero y el aluminio, de una posible recesión económica en EE.UU., un mayor gasto en Europa, de las posibles sanciones a Rusia o la evolución de la demanda energética. Sin duda, la lista es larga.
Según explica Marcus Garvey, responsable de Estrategia de Materias Primas de Macquarie, sus economistas han revisado a la baja la previsión de crecimiento del PIB mundial para 2025 hasta el 2,2% interanual y ahora esperan que el ritmo de expansión se sitúe en el mínimo del 0,3% intertrimestral en el tercer trimestre de este año. En su opinión, la posibilidad de que se impongan aranceles a las importaciones de materias primas ha elevado los precios libres de aduana en Estados Unidos.
“En consecuencia, ha aumentado la demanda de material que pueda trasladarse a Estados Unidos antes de la posible imposición de aranceles, como puede verse claramente en la acumulación de las existencias de oro en este país. Sin embargo, esto lo que hace es adelantar la demanda y, en cuanto haya claridad arancelaria, deberían cesar esas compras adicionales. Además, en ese momento, es probable que haya un exceso de inventario en Estados Unidos y, en caso de confirmarse la imposición de aranceles, la subida de precios a la que se enfrentan los consumidores del país debería destruir demanda”, añade el experto.
Además, advierte de que es posible que la imposición de aranceles recíprocos después del 1 de abril sea inferior a la que espera el mercado y eso proporcione cierto alivio. Garvey reconoce que su hipótesis de base es que el debilitamiento de la demanda mundial de bienes y el menor crecimiento de la producción industrial perjudicarán al consumo de materias primas de primer uso. “Por lo tanto, esperamos que la mayoría de los precios de las materias primas bajen en el segundo semestre, y que la mayor parte de las balanzas comerciales de productos físicos registren superávits globales. No obstante, el oro es una excepción notable, ya que al no mejorar el déficit presupuestario de EE.UU., podría poner a prueba su máximo histórico de alrededor de 3.500 dólares por onza”, afirma.
Aranceles, el turno del acero y el aluminio
Los aranceles del 25% sobre el acero y el aluminio anunciados por los Estados Unidos ya están en marcha, lo cual tiene un impacto relevante en países como Australia, Canadá, y la Argentina, entre otros, así como para la Unión Europea. Según detalla Garvey, estos aranceles se articularán a través de la reimposición y extensión de los aranceles de la Sección 232 de 2018. “Implícitamente, el mismo mecanismo no podría utilizarse para aplicar aranceles a otras materias primas a corto plazo, ya que primero requeriría una investigación por parte del Departamento de Comercio. Esto sugiere que la reciente volatilidad en el diferencial del cobre en la CME y la LME y en los precios de intercambio de metales preciosos por físico (EFP) probablemente haya sido excesiva, aunque los precios siguen siendo vulnerables a aranceles generales o a aranceles específicos por país que afectarían a una gran parte de las importaciones estadounidenses”, explica el experto de Macquarie
En su opinión, habrá un cierto traslado de los costes a los procesadores y consumidores estadounidenses, pero parte de los aranceles deberían ser absorbidos por los exportadores, cuyo mejor rendimiento neto sigue siendo la entrega a Estados Unidos. Sobre todo, porque la mayor disponibilidad de material fuera de EE.UU. es negativa para otros precios regionales.
“En el caso del acero, hay margen para una respuesta de la oferta que amortigüe esta situación. Sin embargo, en el caso del aluminio no esperamos que se vuelva a poner en marcha ninguna fundición. En última instancia, la demanda será clave para el grado de repercusión sostenida de los costes, y seguimos considerando que el telón de fondo general de las crecientes tensiones comerciales es un factor bajista para los precios generales de los metales industriales”, añade.
El mercado del crudo y el impacto de las sanciones a Rusia
Si ahora nos centramos en el petróleo, las perspectivas apuntan que la oferta seguirá superando la demanda en 2025 en aproximadamente 1 millón de barriles diarios. Sin embargo, los expertos advierten de que la percepción del mercado varía: mientras los compradores de crudo ácido enfrentan una oferta limitada, los de crudo dulce ligero ven un mercado bien abastecido.
En opinión de Norbert Rücker, Head Economics and Next Generation Research de Julius Baer, con un precio de alrededor de 70 dólares, el petróleo parece estar tomando un respiro tras su reciente caída. “El enfriamiento del sentimiento del mercado y las incertidumbres sobre las perspectivas económicas y la demanda de petróleo mantienen los precios bajo presión. Más allá del ruido geopolítico, parecen estar formándose cambios estructurales”, explica.
Lo que argumenta Rücker es que el aumento de producción prometido por las naciones petroleras está intensificando la competencia en el mercado del crudo, lo que probablemente limitará la participación del petróleo de esquisto estadounidense. WLa supremacía de EE.UU. parece estar siendo objeto de un escrutinio más amplio. Desde un punto de vista fundamental, creemos que el mercado petrolero se dirige hacia un superávit, con precios cayendo hacia 65 dólares a finales de este año”, señala.
Los expertos consideran que el mercado petrolero parece estar bien abastecido, ahora bien, hay que añadir un factor más: el impacto de las sanciones a Rusia. Según explica Vikas Dwivedi, estratega global de energía de Macquarie, si se mantienen, la reducción de exportaciones rusas a India, China y Turquía podría impulsar un alza de precios significativo. En cambio, si se debilitan o eliminan, el crudo podría retroceder entre 5 y 10 dólares por barril.
“Aunque los giros constantes con relación a los anuncios de imposición y suspensión de aranceles por parte de Estados Unidos se ha llevado toda la atención del público en general, creemos que las sanciones a Rusia podrían tener mucho mayor impacto en el crudo a lo largo del primer semestre del año, al menos. Si las sanciones rusas no se reducen, consideramos que la ya importante (en torno a 1 millón de barriles diarios) reducción agregada de los envíos de Rusia a India, China y Turquía podría continuar y convertirse en un catalizador para un gran repunte”, matiza.
Dinámicas que impulsan la subida del oro
No se puede abordar el mercado de materias primas sin hacer una mención al oro, que ha subido un 50% en un año y es posible que no se detenga ahí su revalorización. Según explica Matthew Michael, director de inversiones de Schroders, hace un año el precio del oro mostraba signos de salir del relativo estancamiento que había marcado los años anteriores. “Por aquel entonces, la subida en su cotización venía impulsada porque algunos de los mayores bancos centrales del mundo estaban intensificando sus compras del metal precioso, con el objetivo de reducir la dependencia de las reservas de dólar y de los títulos de deuda en un contexto de mayor incertidumbre. En parte, esto supuso la desaparición de la correlación histórica entre el oro y los tipos de interés (reales, ajustados a la inflación). Además, ahora, la guerra comercial de Trump provocará más ganancias para el metal precioso”, apunta.
Por su parte, Charlotte Peuron, gestora de fondos especializada en el sector de los metales preciosos de Crédit Mutuel AM, añade que, en enero de 2025, el oro continuó su tendencia alcista de 2024, impulsado por los riesgos económicos y políticos (guerras comerciales, inflación en Estados Unidos, inestabilidad política, etc.).
En su opinión, lo que estamos viendo es que la demanda de los inversores occidentales está aumentando, tanto a través de los ETF de oro como mediante entregas de oro físico. “Por otra parte, China, además de las compras de los bancos centrales, acaba de lanzar un programa piloto que permite a las compañías de seguros invertir en oro para sus estrategias de asignación de activos a medio y largo plazo. Todas las luces están en verde y esto debería apoyar la demanda de oro. La plata no se queda atrás y sube un 12,8% desde principios de año, hasta 32,6 dólares la onza”, afirma Peuron.
Materias primas agrícolas: el café
Una tendencia que llama la atención a los expertos en materias primas es que el precio del grano de café ha seguido una trayectoria ascendente implacable. Desde principios de 2024, el precio de los granos de arábica de alta calidad, conocidos por su sabor más suave y menos amargo, ha subido alrededor de un 90%. Por su parte, los granos de robusta, utilizados normalmente para el café instantáneo, han subido más de un 90%.
Según explica Michaela Huber, Senior Cross-Asset Strategist en Vontobel, el principal culpable ha sido el clima. “Brasil, responsable de casi el 40% de la producción mundial de café y principal proveedor de arábica, se ha visto afectado por una devastadora combinación de heladas y sequía prolongada. En Vietnam, segundo productor mundial y principal proveedor de robusta, los cambios climáticos extremos -sequías seguidas de fuertes lluvias- también han hecho estragos. Como consecuencia, el rendimiento de las cosechas se ha desplomado, lo que ha reducido la oferta. La situación es especialmente grave en el caso del arábica, alimento básico de las grandes cadenas de café”, señala.
Su principal previsión es que, a menos que las cosechas mejoren o que los consumidores reduzcan significativamente su consumo, el repunte podría prolongarse durante algún tiempo. “La agencia brasileña de previsión de cosechas, Conab, espera que la cosecha de café del país descienda a 51,81 millones de sacos en 2025/26, un 4,4% menos que el año anterior. Sin embargo, el ejemplo del cacao también demuestra que los mercados pierden el apetito en algún momento, incluso para los productos de lujo: esta materia prima, mimada por el éxito (más del 150% en 2024), ya ha perdido alrededor del 25% de su valor en 2025”, concluye Huber.