El miércoles y jueves habrá cita triple de bancos centrales: la Reserva Federal de EE.UU. (Fed), Banco de Inglaterra (BoE) y Banco de Japón (BoJ) celebrarán sus respectivas reuniones de política monetaria. Cada institución tiene sus propios retos y mensajes para el mercado. Sin embargo, todas tienen algo en común: la dependencia de la evolución de los datos macro, en particular, de la inflación.
En el caso de la Fed, todo indica que en esta próxima reunión mantendrá los tipos, lo cual será interpretado como la preparación para un posible primer recorte en septiembre. Sin embargo, las cosas no están tan claras en el caso del Banco de Inglaterra (BoE), donde el sentimiento sobre una posible bajada solo es del 50%, pese a lo que indican los datos. Por último, los expertos explican que esta reunión del BoJ es importante porque habrá más detalles del plan de reducir el programa de compra de activos (QT), en el siguiente paso para normalizar la política monetaria. La principal conclusión es que no habrá subida de tipos, ya que será un proceso progresiva para dar tiempo al mercado de digerir los bonos y evitar así un repunte en las tires.
La Fed en EE.UU.
En opinión de Christiaan Tuntono, economista senior de Asia Pacífico de Allianz Global Investors, la perspectiva de una bajada de los tipos de interés en EE.UU. y el repunte de la demanda de semiconductores y productos electrónicos en general funcionan actualmente como factores muy favorables para parte de la economía asiática y para muchos mercados de renta variable locales. “En este sentido, esperamos que la próxima semana la Reserva Federal mantenga sin cambios los tipos de interés, pero que reconozca la mejora de la inflación en EE.UU., que podría abrir la puerta a una bajada de los tipos de interés a finales de verano”, apunta Tuntono.
Sobre el peso de los datos Pramod Atluri, gestor de Capital Group, destaca que “la economía estadounidense ha logrado adaptarse en gran medida a este nuevo entorno de tipos de interés, y espero que el crecimiento se mantenga por encima del 2% en 2024”. En su opinión, esta capacidad de resistencia que ha mostrado la economía estadounidense ha llevado a los inversores a modificar sus expectativas en relación con los tipos de interés. Aunque Atluri considera que los argumentos a favor de futuros recortes de tipos ya no son tan evidentes, el banco central parece inclinarse por los recortes.
En este sentido, la visión y el análisis que hacen desde la gestoras internacionales coincide en lo expuesto por Tuntono Atluri. Igualmente existe cierto consenso en la interpretación de los últimos datos macro del país. “Aunque el mercado laboral muestra claros signos de normalización y los últimos datos de inflación al consumo han sido relativamente positivos, el banco central ha sido alentado por datos macroeconómicos en varias ocasiones durante los últimos 18 meses, sólo para descubrir posteriormente que la economía seguía funcionando a un ritmo excesivo. Por lo tanto, es probable que la Fed argumente que es prudente observar las siguientes seis semanas de datos para validar claramente la necesidad de una relajación de la política”, señala Erik Weisman, economista jefe de MFS Investment Management.
Sin embargo, en su opinión, más importante que lo que haga la Fed en el próximo mes y medio es cómo el mercado calibrará el ritmo posterior de recortes de tipos y la eventual zona de aterrizaje. “El mágico aterrizaje suave de 1995 se logró con solo 75 puntos básicos de recortes de tipos, y algunos sostienen que veremos una repetición de ese episodio en los próximos seis meses aproximadamente. No obstante, el mercado prevé que la Fed recorte entre 175 y 200 puntos básicos antes del primer trimestre de 2026”, estima Weisman.
Sobre cuándo será ese primer recorte de la Fed, los análisis de las gestoras también apuntan al mismo calendario: septiembre. “Creemos que los datos de esta semana, especialmente el 0,18% intermensual del PCE subyacente y las señales de enfriamiento de la inflación refugio, siguen reforzando nuestra opinión de que el primer recorte se producirá en septiembre. Esperamos un mantenimiento moderado en la reunión de la Fed, con Powell señalando durante la conferencia de prensa que es probable que se produzca un primer recorte bastante pronto si los datos siguen evolucionando como esperan”, afirma Greg Wilensky, director de Renta Fija de EE.UU. y gestor de Cartera de Janus Henderson.
“Las menores tasas de inflación de los últimos tres meses deberían allanar el camino para un recorte de tipos en septiembre. Es probable que esto se refleje en las conclusiones de la reunión, ya que se prevé que el Comité asegure que se ha reforzado la confianza en que la inflación evolucione de forma sostenible hacia el 2%, y que haga hincapié, además, en que los riesgos para los objetivos de empleo e inflación están ahora equilibrados. Es probable que Powell utilice su discurso en Jackson Hole el mes que viene para esbozar el marco del ciclo de relajación y recordar a los inversores que la Fed probablemente bajará los tipos gradualmente una vez que comience”, añade Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional en J. Safra Sarasin Sustainable AM.
Por su parte, Brendan Murphy, responsable de Renta Fija de América del Norte, de Insight Investment (parte de BNY Investments), espera que la declaración oficial del comité incluya algunos cambios modestos, reflejando cómo sus métricas clave de inflación están ahora cerca del objetivo y el mercado laboral muestra signos de desaceleración. «El banco central podría estar preocupado por un posible deterioro repentino del mercado laboral en algún momento, por lo que esperamos que la mayoría de los miembros prefieran actuar pronto para asegurar un aterrizaje suave para la economía. El presidente Powell también podría utilizar el Simposio de Jackson Hole del próximo mes para establecer expectativas sobre el calendario del ciclo de reducción de tasas», comenta Murphy.
Con la vista en Reino Unido
Un caso totalmente diferente al estadounidense es el del Banco de Inglaterra (BoE). Según explica Katrin Loehken, economista para Gran Bretaña y Japón de DWS, el resultado de la próxima reunión del BoE del jueves no está nada claro. “El mercado espera una bajada de tipos con algo más del 50% de probabilidad, y nosotros también prevemos una reducción del tipo de interés oficial del 5,25% al 5%. Sin embargo, la incertidumbre es alta porque hay buenos argumentos para ambas partes”, señala Loehken.
En este sentido, explica que si la mayoría de los miembros del Comité de Política Monetaria (CPM) hacen más hincapié en una evaluación prudente y dependiente de los datos de la situación actual, la sorpresa negativa de la inflación de los precios de los servicios en julio sería un argumento en contra de un recorte de los tipos, al igual que el único descenso lento de la dinámica salarial. “Con una actitud de esperar y ver, no se haría nada malo en ese caso. El economista jefe Pill parece estar en el campo de espera tras su último discurso”, aclara.
Por otra parte, el economista de DWS destaca que las previsiones actualizadas de crecimiento e inflación deberían mostrar que la economía sigue creciendo sólo moderadamente, y que es probable que la inflación caiga por debajo del objetivo del 2% a medio plazo. Además, el actual debilitamiento del mercado laboral también plantea la cuestión de hasta qué punto debe seguir siendo restrictivo el banco central.
“En nuestra opinión, estos argumentos son más favorables a un primer recorte de los tipos y también son coherentes con la retórica general pesimista del banco central. La evaluación del comportamiento de voto se complica aún más por la nueva composición del Comité de Política Monetaria. Por lo tanto, sólo una estrecha mayoría debería votar a favor de la esperada bajada de tipos”, comenta Loehken.
En cambio, Johnathan Owen, gestor de TwentyFour AM (Boutique de Vontobel), considera que el BoE puede retrasar este recorte de tipos. “Las últimas cifras de inflación del Reino Unido supondrán un cierto alivio para los consumidores, pero tras la cifra principal, los responsables de las políticas del Banco de Inglaterra (BoE) se enfrentan a un panorama más complejo que sugiere que los recortes de los tipos de interés podrían estar aún lejos. Los últimos datos publicados mostraron que la inflación del Índice de Precios al Consumo (IPC) cayó exactamente al 2% en mayo, en línea con las expectativas del mercado y marcando un retorno al objetivo del 2% del BoE por primera vez desde julio de 2021”, argumenta Owen.
Según afirma, antes de los datos del IPC del miércoles, los mercados habían descartado en gran medida cualquier posibilidad de que el Banco de Inglaterra recortara los tipos en junio, aunque la probabilidad de un recorte en agosto se situaba en el 44%. “A pesar de que el Banco de Inglaterra ha logrado situar la inflación general en el objetivo del 2%, la rigidez de la inflación de los servicios, impulsada por el fuerte crecimiento de los salarios y la resistencia de la demanda en determinados sectores, hace cada vez más improbable, en nuestra opinión, un descenso de los tipos en agosto”, defiende el experto de TwentyFour AM.
Por último, Peder Beck-Friis, economista de PIMCO, mantiene sus perspectivas y apunta que el BoE realizará dos recortes de tipos en 2024. «Es probable que la inflación subyacente descienda a medida que desaparezcan los efectos de la pandemia, la política monetaria siga siendo restrictiva y el mercado laboral se reequilibre. Los comentarios de Rachel Reeves de ayer muestran que el nuevo Gobierno está firmemente comprometido con la disciplina fiscal, lo que reduce los riesgos al alza de la inflación en los próximos años», explica Beck-Friis.
Japón y su política monetaria histórica
Por último, según explican los analistas de Banca March, en Japón, los inversores apuestan a que habrá una nueva subida de tipos en la reunión de julio, sobre todo tras el largo silencio del gobernador Ueda –llegará a la reunión con más de 40 días sin intervenciones públicas– y ante la reciente apreciación del yen (5% más frente al dólar).
No sólo se espera que aumente las tasas, sino una reducción en sus compras mensuales de bonos pueden ayudar al yen a fortalecerse aún más. “La posibilidad de un aumento de la tasa del BoJ podría llevar a rendimientos más altos de los bonos japoneses. Sin embargo, podrían ver cierta volatilidad en caso de una sorpresa. Estas acciones representarían un cambio significativo en la política monetaria de Japón, afectando los rendimientos de los bonos. Los rendimientos cayeron hoy y podrían mantenerse bajo presión antes de la reunión del BoJ, aunque permanecen cerca de sus máximos. Además, los riesgos de escalada de tensiones geopolíticas en el Medio Oriente y otros lugares podrían impulsar los flujos hacia activos refugio, beneficiando al yen”, explica Bas Kooijman, CEO y gestor de DHF Capital S.A.
Según Magdalene Teo, analista de renta fija asiática de Julius Baer, todavía es posible que el BoJ mantenga una postura agresiva estableciendo el camino para reducir las compras de bonos con un plan claro y audaz para aumentar los tipos de interés. «En cualquier caso, la gran decisión de esta semana vendrá de Japón. Cualquier error en la comunicación podría ser costoso para el BoJ. El AUD y la mayoría de las monedas asiáticas, excepto MYR, IDR y KRW, se depreciaron frente al USD ayer», concluye Teo.