En opinión de Tressis, 2023 dio la oportunidad de dejar atrás un nefasto 2022 y presentarnos un 2024 con mayor visibilidad macroeconómica. El entorno que identifica la firma pasa por un crecimiento pobre, una inflación que se va moderando, una mayor presencia de los riesgos geopolíticos y con problemas en China.
Al igual que el año pasado, advierten de que la inflación será un factor clave, ya que marcará las decisiones de los bancos centrales y su política económica. Sobre esta última lanzan una advertencia que ha pasado desapercibida en las perspectivas de la mayoría de las firmas de inversión: aún no se han evidenciado completamente los efectos de las recientes subidas de tipos de interés en las distintas economías. Ese impacto llega con retraso, lo cual no quiere decir que la espere una crisis crediticia, sino pero sí una restricción en el crédito.
“Nuestra previsión es que los tipos de intervención se mantengan en zona restrictiva durante 2024, alejándose de niveles neutros. Aunque se podría haber alcanzado el techo de tipos, la persistente inflación, aún por encima de su objetivo, sugiere la continuidad de tasas elevadas a lo largo de un periodo prolongado. La disminución de los balances de los bancos centrales seguirá un curso gradual, con especial atención en el control de posibles episodios de inestabilidad financiera y una intervención oportuna en caso de necesidad”, ha explicado José Miguel Maté, consejero delegado de Tressis. Además, ha señalado que “en cuanto a la política fiscal, si bien debería alinearse con la estrategia monetaria y facilitar la lucha contra la inflación, sin suponer una contribución significativa al crecimiento, en un año electoral existe el riesgo contrario”.
Sobre los bancos centrales, Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, no espera un cambio radical en las expectativas sobre el número de bajadas de tipos y considera excesivas las que espera el mercado. “Los bancos centrales nunca actúan de forma preventiva. Con la inflación por encima del objetivo, no tiene sentido pensar que vayan a bajar tanto los tipos, sobre todo si se logra un aterrizaje suave”, ha afirmado.
Visión marco
Por su parte, Lacalle ha enfatizado: “Aunque contamos con una amplia oferta crediticia, los tipos de interés más altos junto con una disminución en el consumo público y privado configuran un escenario propicio para la inversión en activos de renta fija y variable de calidad. No obstante, recomendamos precaución en los mercados emergentes, especialmente ante la posibilidad de depreciaciones en sus monedas”.
En este sentido, apunta que el nuevo motor de crecimiento es India. “Aunque no termina de emerger, India puede sustituir a China como líder del crecimiento mundial. En los mercados emergentes, Latinoamérica está muy por debajo de su potencial, por ello es esperable que el mayor crecimiento provenga de Asia”, añade.
En su opinión, 2024 será un año complejo y lleno de riesgos geopolíticos. El experto ha incidido en que “los problemas del sector inmobiliario en China y la guerra de Ucrania persistirán en 2024 como retos a medio plazo, a los que habría que sumar otros riesgos geopolíticos como la situación en Oriente Próximo”. Además, recuerda que nos esperan doce meses cargados de citas electorales. “Las elecciones en EE.UU. van a ser particularmente tensas por el nivel de división que hay entre EE.UU. y en resto del mundo. Será un año electoral en el que no se puede contar con políticas fiscales restrictivas, por lo que el gasto seguirá aumentando; y tampoco se puede esperar que el partido republicano vaya a impedir que se bajen los tipos de forma alocada”, ha señalado Lacalle.
Visión sobre los activos
A la hora de hablar sobre su visión sobre los activos, Tressis sostiene una visión positiva hacia la renta fija de cara al 2024, aunque con cautela, tras el buen desempeño registrado por este activo durante los dos últimos meses de 2023. La firma considera que las rentabilidades a vencimiento ofrecidas actualmente por los bonos son lo suficientemente altas como para absorber un aumento en la rentabilidad exigida desde los niveles actuales. Además, la renta fija tendrá un papel clave como diversificador de las carteras en los periodos de volatilidad. Aun así, adopta una postura prudente en su asignación a renta fija, centrándose en deuda pública y renta fija privada de alta calidad.
“Seguimos siendo optimistas porque la rentabilidad que ofrece sigue siendo atractiva, pero hay que recordar que va a costar batir a la inflación. No va a ser un camino de rosas. Para los inversores tradicionales, vemos oportunidad en los plazos cortos e investment grade; y para los inversores más sofisticados, creemos que sigue habiendo valor en el high yield”, ha comentado Lacalle e insistido en que “hay que mirar con mucho detalle y diferenciar bien en qué sectores y compañías invertir”.
Respecto a la renta variable, desde la entidad anticipan un escenario positivo para 2024, apostando por temáticas con vientos de cola. “El año pasado nuestra valoración sobre la renta variable era cauta. Ahora estamos en términos de valoración por encima de medias históricas, pero con mucha dispersión. Nos preocupa ese valor relativo mayor de la renta fija respecto a la renta variable, sobre todo en EE.UU.; esto sería un argumento para estar infraponderado en renta variable. En renta variable estadounidense seguimos siendo positivos”, ha comentado Maté.
En este contexto, señalan áreas como eficiencia energética, tanto desde el punto de vista de la automatización industrial como de los materiales de alto rendimiento. Además, destacan servicios de comunicación y tecnología, con énfasis en la computación en la nube y la inteligencia artificial. Las infraestructuras, impulsadas por las necesidades de renovación en los países desarrollados y por el crecimiento de los emergentes, también se consideran un sector relevante. Por último, la demografía también se valora como una temática a incluir dentro de las carteras, en respuesta al envejecimiento de la población y el crecimiento de la clase media en Asia.
Tressis también apunta a una posible recuperación de las pequeñas y medianas compañías infravaloradas los últimos años respecto a las grandes. Además, siguen favoreciendo los mercados desarrollados frente a los emergentes y mantienen cierta cautela en cuanto a la inversión en petroleras, el sector de medios y entretenimiento, las biotecnológicas sin beneficios y las automovilísticas clásicas.
Materias primas
En este sentido, la entidad anticipa la recuperación de ciertos metales industriales a pesar de la desaceleración de países como China, debida, entre otros factores, al auge de la demanda ecológica especialmente en vehículos eléctricos, redes y energías renovables. Respecto a los metales preciosos, el oro puede beneficiarse en un entorno de inflación elevada y en situaciones de riesgo geopolítico, actuando como reserva de valor en momentos de incertidumbre.
Por último, en cuanto a las materias primas agrícolas señalan que los fenómenos meteorológicos extremos y los costes elevados de los fertilizantes continúan siendo desafíos significativos para la producción de alimentos. En el ámbito de la energía, Tressis habla de un equilibrio inestable en el mercado del petróleo. La OPEP y sus aliados deberán hacer frente a la desaceleración del crecimiento de la demanda, así como al aumento de la producción en regiones como Estados Unidos.