En 2018, la renta variable y los bonos del gobierno estadounidense proporcionaron un rendimiento inferior al del efectivo, un resultado que solo se ha registrado en tres ocasiones desde 1900 y señala el desafío al que se enfrentan los inversores en el entorno actual. Así, el análisis realizado por el equipo económico y estratégico de Schroders considera que dos factores han sido determinantes para alcanzar este resultado, la preocupación por el crecimiento global y el ajuste de las condiciones globales de liquidez. Probablemente sean estos dos factores los que den forma a los rendimientos en 2019.
Las preocupaciones por el crecimiento
En primer lugar, el crecimiento global decepcionó y siguió siendo una preocupación a medida que aumentaban las tensiones comerciales. Al inicio de 2018, las expectativas eran altas como resultado de una recuperación sincronizada en la actividad global en 2017.
Conforme 2018 avanzó, la economía mundial experimentó una desaceleración en el crecimiento de las exportaciones, en parte relacionada con las amenazas de la guerra comercial, pero también relacionada con la fortaleza del dólar, según la opinión de Schroders. Existe una evidencia de que el daño producido por la guerra comercial se extenderá más allá de las exportaciones y el gasto en capital también se verá afectado por el incremento de la incertidumbre asociada a las tensiones comerciales.
Una disminución en la liquidez global
El bajo rendimiento de los bonos soberanos vendría determinado por un segundo factor: el ajuste de las condiciones globales de liquidez. La Reserva Federal (Fed) subió su tasa de interés de referencia cuatro veces en 2018 situando la tasa de interés objetivo de los fondos federales en el rango del 2,25% al 2,5% y, aunque la curva de rendimiento se ha aplanado, los rendimientos de los bonos son más elevados como resultado del incremento en las tasas de interés a corto plazo. Además, por primera vez en diez años, la rentabilidad del efectivo fue superior a la inflación subyacente y por lo tanto mantuvo su valor en términos reales. Además del incremento en las tasas a corto plazo, la liquidez se ha retirado a través del programa de reducción del balance contable de la Reserva Federal, al que se le denomina programa de endurecimiento cuantitativo.
- Los 3 temas claves de 2019:
1) La liquidez disminuye y deja expuestas a las empresas sobre endeudadas:
A futuro, la liquidez a nivel global muy probablemente continúe disminuyendo ya que el Banco Central Europeo finalizará su programa de compras, tal y como confirmó en su última reunión de política monetaria, junto con la continuación del programa de endurecimiento cuantitativo por parte de la Fed. Estos movimientos hacen que el Banco de Japón sea el único banco central que está activamente comprometido en un programa de relajamiento cuantitativo en 2019. La intervención del Banco Popular de China y del Banco Nacional Suizo en los mercados de divisas podría continuar. Pero el resultado neto es que el nivel conjunto de liquidez disminuirá en 2019.
2) El regreso de los mercados emergentes:
Puede parecer un tema extraño considerando la retirada de la liquidez mencionada en el tema 1, pero los activos de los mercados emergentes pueden tener su regreso en 2019. El endurecimiento de las condiciones de liquidez global y las disputas de la guerra comercial no ayudarán, sin embargo, si la previsión de Schroders es correcta y la Fed decide establecer una pausa a su ciclo de subidas en junio de 2019, existe un buen argumento para que el dólar se debilite. Esto aliviaría la presión de los prestatarios en dólares y de los mercados emergentes. Podría decirse que estos mercados ya podrían estar descontando lo peor, ya que tanto sus acciones como sus divisas han caído significativamente.
3) Las presiones populistas significan que los gobiernos recurrirán a la política fiscal
Sin el motor de la demanda estadounidense o china, la actividad global tiende a desacelerarse a un ritmo muy inferior a la norma antes de la crisis. Estados Unidos obtuvo un rendimiento superior en términos de crecimiento en 2018 como resultado de la política fiscal del presidente Donald Trump. Otros gobiernos están tomando nota. El ejemplo más sorprendente ha sido Francia, donde el presidente Macron cedió ante las presiones populistas por unos menores impuestos después de varios días de revueltas. Por su parte, Italia ha estado sujeta a un mayor rigor por parte de la Comisión Europea, pero ha llegado a un acuerdo para conseguir un presupuesto más expansivo en 2019; y Reino Unido está planeando un impulso fiscal en el caso de una salida dura de la Unión Europea. Mientras tanto, China probablemente lance nuevos programas de estímulo fiscal. Japón puede ser la excepción con un incremento en el impuesto al consumo programado para octubre de 2019.
¿Cómo afectarán estos temas al rendimiento del mercado en 2019?
En el frente del crecimiento, el escenario base de Schroders para 2019 se encuentra ligeramente por debajo del consenso, viendo que las tensiones comerciales se prolongan y sugiriendo que las preocupaciones sobre la actividad comercial seguirán. Sin embargo, los mercados ya han valorado gran parte de las malas noticias con unos múltiplos precio-beneficio históricos por debajo de sus promedios consecutivos. Esto por supuesto, no es una garantía de que se obtendrá un rendimiento positivo en 2019, pero significa que los mercados están mejor posicionados para la decepción y, por lo tanto, potencialmente más resistentes al choque que el año pasado.