El Banco Central Europeo ya ha puesto en marcha su QE y dentro de poco comenzará a comprar deuda por valor de más de 1,1 billones de euros, es decir, el equivalente al 11% del PIB de la zona euro, al menos durante 19 meses.
Este programa masivo de expansión cuantitativa, o QE, influirá en la economía de tres formas, dicen los expertos de AllianzGI en su último informe de mercados:
- Reequilibrio de cartera: La compra de bonos gubernamentales prevista superará el volumen neto esperado de este año para el total de emisiones de deuda pública de la zona euro en aproximadamente 280.000 millones de euros. Lo que significa que el efecto colateral de la demanda hará caer las rentabilidades. Como consecuencia, los inversores estarán «obligados» a comprar activos de mayor riesgo en su búsqueda de rendimientos reales positivos. Por tanto, no sorprende la subida de las bolsas tras conocerse la noticia y el hecho de que el DAX llegó a tocar, al menos temporalmente, un nuevo máximo histórico.
- Debilidad del euro: El euro cayó a un mínimo de 12 años frente al dólar estadounidense a finales de enero. En la medida en que la Fed y el BCE persigan distintos caminos en lo que a política monetaria se refiere, es probable que el dólar se aprecie más. Tras la reunión del FOMC, seguimos pensando que la Fed va a dar el primer paso en la subida de tipos de interés a mediados de año.
- Normalización de las expectativas de inflación: En este contexto, un aumento moderado de la rentabilidad nominal de los bunds durante el año sería un éxito para el BCE.
Y mientras, las expectativas de inflación basadas en el mercado a medio plazo se han estabilizado al menos a pesar de la caída de los precios del petróleo, estiman desde AllianzGI.
Por el contrario, las elecciones en Grecia no han tenido mayor impacto en los mercado. Sin embargo, los inversores probablemente van a estar muy atentos a la rapidez con que la coalición de izquierdas Syriza cambia del modo campaña a modo gobierno. El cambio en el vencimiento de la deuda pública en poder del BCE y el posible cuello de botella de la liquidez a mediados de año será la prueba de fuego para el nuevo gobierno, explican desde la firma alemana. “Después de todo, el volumen de compras de bonos relacionados con el QE del BCE se limita al 33% de la deuda pendiente de un gobierno emisor y el programa de apoyo a Grecia debe seguir en pie si los bonos griegos son elegibles para las nuevas operaciones en el mercado secundario (algo que los volvería más atractivos en el mercado primario también). Al final, el «poder de los hechos» debería conducir a un compromiso en las próximas renegociaciones”, afirman.
Mientras los indicadores de confianza de la eurozona parecen hacer dejado atrás lo peor, todavía hay espacio para que los datos económicos «duros» mejoren. “Será interesante ver si una confianza del consumidor más optimista se refleja en las ventas al por menor, en los nuevos pedidos y en la producción manufacturera en Alemania, el motor de la zona del euro. En general, parece que los datos macro se van a estabilizar aún más. Ahora que la tendencia de revisión a la baja de las expectativas de crecimiento se agota, hay espacio para las sorpresas positivas, lo que podría impulsar las bolsas de la zona euro”.
Además, recuerdan los analistas de AllianzGI, la temporada de resultados está repuntando, con cerca de 60 compañías del Stoxx 600 presentando sus cifras. La debilidad del euro probablemente traerá una revisión de beneficios más favorables, sobre todo en comparación con los datos de las empresas en Estados Unidos.