Diversos factores políticos, económicos y sociales han provocado que se desencadene una etapa de “profundo” cambio en los mercados financieros, según se desprende del informe Mercer Themes & Opportunities 2022. Para capear estos cambios, Mercer apuesta por estrategias de inversión más diversificadas y orientadas al largo plazo.
Xabier Bellavista, director de inversiones en Mercer, detecta tres temas a los que debemos prestar atención: un cambio de paradigma o guardia, la transición y la diversificación moderna. En este sentido, el informe señala que el éxito en las inversiones en los próximos años girará en torno a tres factores: la diversificación mediante asignación dinámica de activos, la apuesta por la transición ecológica y la mejora de los mecanismos de defensa. Unas claves que deben animar a los inversores a plantearse objetivos a largo plazo para capitalizar esta gran transformación.
La primera clave es la diversificación de activos mediante una asignación dinámica más allá de la exposición beta tradicional, debido a elevada inflación y la escasa rentabilidad de la renta fija y los bonos. Por ese motivo, los expertos de Mercer se inclinan por enfoques alfa o inversiones temáticas. Para reforzar las posiciones, el informe de Mercer apunta al uso de hedge funds como medida de protección gracias a sus primas de liquidez y complejidad. Como consecuencia de los avances tecnológicos acelerados por la crisis sanitaria, la inversión en innovación será otro factor decisivo para el futuro del mercado financiero. En particular, la industria sanitaria presenta grandes oportunidades.
“En un mercado financiero en pleno cambio la identificación de oportunidades de inversión a largo plazo es clave para obtener rentabilidades óptimas” afirma Xavi Bellavista, y continúa “no existen activos que nos protejan explícitamente de la inflación ni de los riesgos de sostenibilidad, por ese motivo debemos dar un paso más en la diversificación de las carteras de inversión”.
La segunda clave de inversión es la apuesta por la transición ecológica. Según los expertos de Mercer, para controlar el riesgo de esta transición, los inversores deben tener en cuenta que la mayoría de las empresas no son ni totalmente verdes ni completamente grises y adoptar posiciones flexibles que les permita una adaptación progresiva de sus carteras. Y advierten que el reto reside en identificar los activos adecuados en los que invertir. Teniendo en cuenta que la reducción de emisiones no sólo afecta al sector energético y de transportes sino también a la agricultura y al uso del agua, estos últimos pueden tomar mayor relevancia progresivamente.
Adicionalmente, la economía circular, el reciclaje y determinados metales (cobre, litio, zinc, grafito, cobalto o niquel) –necesarios para la electrificación de la economía– debería ser tenidos en cuenta dado su potencial para la referida transición.
Los mercados privados: un sitio en el que estar
Jorge Bernaldo de Quirós, consultor senior de inversiones, afirma que “la inversión en mercados privados debería ser ya una parte estructural de las carteras de fondos de pensiones, con pesos relevantes por encima del 10% que aporten una verdadera diversificación. El acceso que nos proporcionan a oportunidades directamente vinculadas con el crecimiento asiático y la digitalización, su cobertura parcial contra la inflación y la mayor capacidad de influir en temas medioambientales y sociales sobre las empresas en las que inviertes, los convierten en un activo a invertir si queremos estar bien posicionados con respecto al nuevo paradigma mundial”
La tercera, y última clave de inversión, se centra en la mejora de los mecanismos de defensa de una cartera de inversión. En este sentido los expertos de Mercer recomiendan poner el foco en las nuevas políticas monetarias, tener en cuenta que se avecina una era de dominio financiero asiático, considerar el potencial de las fintech y la desintermediación bancaria, así como apostar por modelos económico más inclusivos.
Así, para dotar a sus carteras de cobertura frente a la reciente escalada de inflación recomiendan la incorporación de commodities u oro para mitigar su impacto en el corto plazo, mientras que la inversión en infraestructura o real estate puede controlarla en el largo plazo. Por otro lado, la captura de oportunidades en el mercado asiático no debería centrarse exclusivamente en el mercado chino, sino también identificar mandatos con acceso a otros mercados de la región (como la India) o entrar en ellos a través de capital riesgo.
Asimismo, la deuda privada o el capital riesgo son las mejores opciones para aprovechar las rentabilidades que ofrecerán los desarrollos tecnológicos disruptivos.
Según Beatriz Camacho, consultora senior de inversiones, “los mercados emergentes deberían ser una parte importante en la asignación de activos de una cartera bien balanceada de renta variable”, y propone una asignación estratégica del 12-25% a estos mercados con una sobre ponderación en acciones Chinas Tipo A.
Finalmente, Mercer destaca cómo una gestión activa de carteras es determinante para alcanzar los objetivos de inversión.
En cuanto al crecimiento, Rupert Watson, jefe de gestión de activos de Mercer, espera una evolución positiva. El bajo desempleo, las condiciones financieras favorables, el buen ritmo de crecimiento o la fuerte demanda de los consumidores, son factores que invitan al optimismo. Sin embargo, este optimismo puede verse un poco empañado por ómicron, pero, según valora, solo en el corto plazo, ya que ya se puede observar una ralentización de los casos en algunas regiones o una menor letalidad de la enfermedad.