La victoria de Shinzo Abe en las recientes elecciones deja las manos libres al primer ministro japonés para llevar a cabo su programa político. La oficina de Fidelity Worldwide Investments en Japón cree que el resultado de estos comicios ha tenido escaso impacto en la renta variable japonesa, pero las preocupaciones acerca de la desaceleración económica global, las bajadas de la última semana en el mercado norteamericano y la reversión del cambio dólar-yen han llevado al Topix a nuevos mínimos. Al cierre del lunes, había bajado un 1,4% en términos de yen, respecto al cierre del viernes, explican los expertos de Fidelity, que son optimistas con el activo.
Con esta victoria del LDP el primer ministro Abe tiene entre dos y cuatro años para desarrollar sus políticas. En este escenario, se plantean tres cuestiones en torno a las perspectivas de la economía japonesa. En primer lugar, si el primer ministro Abe conseguirá que Japón vuelva a tener inflación tras años de precios estancados. En segundo lugar, si esta inflación estará distribuida ampliamente por toda la economía, provocando una actitud general más sana en materia de asunción de riesgos e inversión que la que ha caracterizado a Japón durante dos décadas de deflación, o si, por contra, sólo habrá bolsas de inflación que provocarán desequilibrios en la economía. Por último, la cuestión se centra en si el gobierno, en sus esfuerzos paralelos por reducir el déficit presupuestario, volverá a subir el impuesto al consumo y cuáles serán las consecuencias.
“Nuestra opinión es que el efecto combinado de las tensiones en el mercado laboral, las buenas perspectivas de beneficios, las prácticas de gestión japonesas y algunos incentivos gubernamentales probablemente se traduzcan en aumentos salariales que al menos compensen la inflación. Por lo tanto, la renta real se incrementará a lo largo del tiempo, lo que mejorará el poder adquisitivo”, dice Alex Treves, responsable de renta variable japonesa de la firma estadounidense. “En conclusión, las perspectivas son positivas en el cómputo general, pero no están exentas de riesgos. A pesar del perfil relativamente bajo de Japón, su agenda política es interesantísima, y dado que Japón sigue siendo la tercera mayor economía del mundo, hay infinidad de posibilidades”.
Renta variable Japón
Desde una perspectiva de valoración, los valores japoneses están históricamente baratos y la relación precio/beneficio cotiza con descuento respecto a EE.UU. El reducido multiplicador precio/valor contable se justifica por un relativamente bajo ROE, pero los cambios estructurales a escala micro están aumentando el foco sobre los retornos al accionista.
“Considerando la coordinación entre las política pro-crecimiento y los cambios fundamentales en el sector privado, así como el hecho de que Japón se encuentra entre los pocos mercados principales que ofrecen descuento de valoración, opinamos que la perspectiva a medio plazo para la renta variable japonesa es atractiva”, dicen los analistas de Fidelity.
Hiroyuki Ito, gestor del Fidelity Japan Fund, reafirma esta visión. “Sigo siendo optimista sobre las perspectivas de la renta variable japonesa para 2015. Conforme avanzaba 2014, las dudas en torno al efecto de la subida del impuesto al consumo y el crecimiento económico mundial han remitido gradualmente. Entretanto, la reciente decisión del Banco de Japón de reforzar su programa de relajación cuantitativa ratificó mi confianza en que Japón está en el camino correcto para escapar de su espiral deflacionista”.