Las expectativas en torno a Luiz Inácio “Lula” da Silva han ido mutando con el tiempo. Entre sus dos mandatos consecutivos entre 2003 y 2010 y su regreso a la presidencia de Brasil, en 2021, los inversionistas han estado zigzagueando entre la cautela y el optimismo. Ahora, según señaló Matthews Asia en un análisis reciente, la calma ha vuelto y el pragmatismo parece ser la tónica.
En base a sus experiencias en un viaje al país, Alex Zarechnak, portfolio manager de la gestora, describió la turbulencia que se generaron en los mercados locales las señales de una agenda estatal más agresiva y las protestas de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro. Sin embargo, explicó, actualmente el panorama está más tranquilo. “Un sentido del pragmatismo puede estar volviendo a Brasilia”, relató.
Por ejemplo, el nuevo ministro de Finanzas, Fernando Haddad –calificado en las reuniones que tuvo Zarechnak en Brasil como “el peor escenario posible”–, ha expresado un compromiso con la responsabilidad fiscal y Da Silva se ha reunido con líderes militares, para aliviar las tensiones.
“Es difícil predecir exactamente qué efecto tendrá la nueva administración de Lula en Brasil. Es probable que van a subir el gasto fiscal y los impuestos. La administración puede revertir algunas de las reformas importantes impulsadas por las administraciones de centro-derecha anteriores, incluyendo aquellas que protegieron las empresas estatales de la intromisión del gobierno”, indicó el portfolio manager de Matthews Asia.
Con todo, agregó, “es probable que los mercados van a tener que ‘restringir’ algunas veces a Lula de empujar por demasiada interferencia y expansión estatal”. En esa línea, el mandatario podría necesitar recordatorios ocasionales de que sus preferencias políticas podrían llevar a un real más débil, inflación más alta y menos crecimiento.
Eso sí, Zarechnak recalcó que hay factores económicos positivos para el país actualmente. Por ejemplo, un banco central proactivo permitió mantener bajo control la inflación, que llegó a un peak sobre 12% y ha caído bajo 6% desde entonces.
“Esta política monetaria agresiva significa que es posible que Brasil pueda empezar un ciclo de recortes de tasa de interés antes que muchos países a lo largo del mundo, incluyendo Estados Unidos”, escribió el portfolio manager, agregando que la balanza de pagos y el real se han visto beneficiados por los precios de los commodities.
Mirando las dos caras de la moneda, la opinión del profesional es que “es poco probable que la elección de Lula como presidente arruine los fundamentales de las compañías brasileñas” que tienen en sus portafolios.
En esa línea, el portfolio manager aseguró que estas compañías comparten tres características importantes: hojas de balance fuertes, buenas posiciones competitivas y un historial de navegar la volatilidad económica y política.
“Creemos que todos estos factores deberían ayudar a que las compañías de nuestra cartera salgan más fuertes de la pandemia y de cualquier desafío política que venga”, comentó.