La apertura de China a los inversores extranjeros continúa avanzando y, tras la inclusión de una pequeña parte de las Acciones clase A en los índices MSCI World y MSCI Emerging Markets el pasado 1 de junio, nuevos hitos están por llegar tanto este año como el que viene.
Lo más cercano es la segunda fase de inclusión de las acciones chinas el próximo 1 de septiembre. En total, el MSCI ha decidido incluir sólo 230 de estas acciones A, lo que representa un 5% del total y da idea del vasto potencial que hay por delante para el mercado chino. La ponderación que alcanzará china en el índice de mercados emergentes será del 0,8%, pero podría situarse en el 14% si en un futuro incluyera a todas las acciones que conforman este mercado, el segundo más grande del mundo.
La importancia de la inclusión de las acciones A chinas en los índices MSCI radica en que ambos índices son replicados por multitud de fondos de inversión tanto pasivos como activos. El pasado 1 de junio, estos fondos que replican al índice MSCI Global EM han tenido que integrar A-Shares y reducir exposiciones a otros mercados para hacer sitio para China. “La inclusión de China por parte del MSCI ha animado a las instituciones financieras internacionales, incluso españolas, a implementar el acceso a Shanghai y Shenzhen via Stock Connect, un acceso mucho más sencillo que los programas QFII o RQFII” , explica Benoit Dethier, responsable del Asia Flow Desk para Europa de Citi.
Para los inversores internacionales la oportunidad es enorme ya que solo un 2% del mercado chino está en manos extranjeras y Shenzhen Stock Connect les permite acceder a la llamada “nueva economía” del gigante asiático. “Ahora todo el mundo entiende que China no se puede ignorar, tanto en renta variable como en renta fija. Bond Connect, que permite un acceso simplificado al mercado interbancario chino via HK y que celebrará en julio su primer aniversario, es otra pieza esencial para permitir y facilitar el acceso de inversores extranjeros”, añade Dethier.
Siguiente hito: inclusión en los índices de renta fija
El interés de los inversores internacionales, sobre todo estadounidenses, en la renta fija china ha sido “notable” desde el lanzamiento de Bond Connect hace ahora un año, según Goldman Sachs Group. Además, lo que ha sucedido con la renta variable china también sucederá con la renta fija a partir de abril de 2019 con la inclusión de China en el Bloomberg Barclays Global Aggregate Index, uno de los tres índices de bonos globales.
Goldman Sachs confía en que el mercado casi se duplique en los próximos cuatro años hasta los 22.000 millones de dólares y espera que los extranjeros posean alrededor del 22% de todos los bonos del gobierno chino a fines de 2022, lo que equivale a unos 900.000 millones de dólares.
Tras un esfuerzo educacional entre los inversores europeos durante los últimos 3 a 4 años, Citi se ha volcado en ofrecer acceso prioritario al mercado de renta fija chino, que ya este año podría convertirse en el segundo más grande del mundo por delante de Japón. Una de las claves, según Dethier, es que “la economía china ha dependido mucho hasta ahora de la financiación bancaria y la idea es hacer una rotación hacia la financiación vía deuda”.
Con la integración de China en los grandes índices de renta fija, este experto señala que el objetivo es que la participación de los inversores extranjeros alcance el 15% desde el 2% actual. Lo cierto es que en los primeros seis meses desde el lanzamiento en julio de 2017 de Bond Connect la participación extranjera aumentó un 48%, principalmente de inversores asiáticos y cada vez más de europeos.
A día de hoy, CCDC (China Central Depositary & Clearing), uno de los dos Depositarios y donde están los bonos públicos que interesan a los inversores internacionales, no puede realizar la operativa en DVP, lo que supone un problema principalmente para los fondos UCITS. Citi ha sido el primero en ofrecer una solución para paliar este inconveniente y permitir un proceso DVP. “Nuestro objetivo es permitir a los fondos UCITS acceder al mercado chino al mismo tiempo que cumplir con sus obligaciones regulatorias y sus políticas de gestión de riesgo”, destaca Dethier.