La salida del Reino Unido de la Unión Europea ha sido un camino largo y tortuoso que ha protagonizado muchos de los titulares de nuestro boletín diario. Ahora, que la salida se ha hecho efectiva, toca ver cómo funciona este nuevo engranaje de relaciones comerciales, en qué lugar quedan los activos británicos y qué supone todo esto para nuestra industria.
Empezando por el final, el equipo de Portcolom AV explica que la prestación de servicios financieros ha quedado excluida expresamente de los acuerdo. Eso ha supuesto, como por ejemplo en España, que los países miembros hayan tenido que aprobar ad hoc para garantizar la continuidad de los contratos financieros firmados con anterioridad al 1 de enero de 2021.
“La futura configuración del entorno reglamentario del Reino Unido aún no está clara, ya que el nuevo acuerdo comercial tiene poco que decir sobre los servicios financieros. Si bien es indudable que habrá algunas divergencias entre el Reino Unido y la Unión Europea, es poco probable que haya una hoguera de reglamentos», añaden desde Allianz GI.
En este sentido, durante los últimos tres años, la mayoría de gestoras y firmas de inversión ya se han preparado para afrontar el Brexit, bien reorganizando sus estructuras (como por ejemplo AXA IM), duplicando y domiciliando sus fondos en Luxemburgo, o constituyendo nuevas filiales para operar en Reino Unido y separar sus negocios. Esta previsión ha permitido centrarse en lo que es realmente relevante para su negocio: en los activos.
La gran pregunta que se hacen los inversores y los gestores es qué consecuencias tendrá este nuevo escenario para los activos británicos. En primer lugar, es importante tener en cuenta el contexto económico en el que se encuentra el Reino Unido. Stéphane Monier, Chief Investment Officer de Lombard Odier Private Bank, explica que el país comienza 2021 con el mayor número de muertes relacionadas con el Covid-19 de Europa, una nueva variante del virus y un tercer cierre nacional hasta mediados de febrero.
“En noviembre, la Office for Budget Responsibility (OBR) del país pronosticó que el producto interior bruto disminuiría más del 11% en 2020 en comparación con el año anterior. Por muy dramática que haya sido la experiencia de la pandemia en Reino Unido, la economía británica debería registrar un repunte este año, simplemente porque parte de la caída de 2020 es el resultado de cerrar la economía durante muchos meses, y durante más tiempo que la mayoría de sus vecinos. Sin embargo, a largo plazo es probable que el impacto de la pandemia sea menos significativo que el daño económico del Brexit. El último promedio de estimaciones de la OBR sugiere que, dentro de 10 a 20 años, el PIB del Reino Unido será un 4% menor que si el país hubiera seguido siendo miembro de la UE”, destaca Monier.
Además, las nuevas fricciones comerciales tras la entrada en vigor de las comprobaciones fronterizas y las declaraciones aduaneras el 1 de enero, supondrá un obstáculo para su economía. Según las estimaciones, estos obstáculos supondrán un coste anual de 7.000 millones de libras (9.400 millones de dólares) para las compañías británicas.
“La salida del Reino Unido de la UE podría dar lugar a una reestructuración y reajuste a largo plazo de la economía británica que permitiría al país reducir su dependencia de los sectores financiero e inmobiliario y del consumo. De hecho, el gobierno está impaciente por poner en marcha su plan de nivelación mediante el desarrollo de la industria en el norte del país. Esto, sumado a nuevas inversiones en tecnología, investigación farmacéutica y recuperación medioambiental, podría contribuir a compensar el impacto del Brexit. Sin embargo, el deterioro de la posición fiscal del gobierno podría poner en riesgo su capacidad para respaldar este reajuste. Gran Bretaña arrastra ya un importante déficit presupuestario como consecuencia de la pandemia de coronavirus, y es probable que su economía requiera de aún más apoyo para adaptarse a la nueva relación comercial con la UE. Por ende, la ratio de deuda pública sobre PIB del gobierno podría dispararse durante los próximos 5 a 10 años mientras la economía del país se aclimata a un índice de crecimiento más bajo”, afirma Robert Lind, economista de Capital Group.
Impacto en los activos
Si ponemos el foco en el mercado, Allianz GI explican que los mercados de capitales del Reino Unido han estado infravalorados durante algún tiempo, y aunque el acuerdo comercial entre el Reino Unido y la UE apunta al comienzo del camino de vuelta, el empeoramiento de la situación debido al COVID-19 y el nuevo confinamiento continuarán deprimiendo los mercados del Reino Unido.
“Más allá de la pandemia en curso, el mercado de valores del Reino Unido tiene problemas estructurales que tratar, en concreto la mezcla de sectores de sus industrias. Se trata de un mercado con menos empresas centradas en la tecnología y el crecimiento y con más sectores de la vieja economía y con problemas estructurales, como la energía y la banca. Esto limita el lado positivo, pero incluso teniendo esto en cuenta, el Reino Unido parece muy barato. El otro factor a tener en cuenta es que su mercado de valores es diferente de su economía. Muchas de las mayores empresas del Reino Unido son realmente multinacionales que, por casualidad, cotizan en el Reino Unido, ya que obtienen un gran porcentaje de sus ventas y beneficios en el extranjero. Esto significa que se benefician cuando la libra esterlina es más débil porque sus ingresos en el extranjero valen más”, sostienen desde Allianz GI.
Según su house view, la gestora espera que el mercado británico experimente una mayor volatilidad a corto plazo. “Será fundamental ser más selectivos para aprovechar las oportunidades adecuadas. Como gestora activa, seguiremos tratando de ayudar a nuestros clientes adoptando un enfoque de inversión activa en bonos del Reino Unido, así como en acciones del Reino Unido”, señala la gestora.
Misma opinión comparte Monier, quien también ve una oportunidad en las acciones del Reino Unido: “El país fue uno de los primeros en aprobar las vacunas contra el COVID-19 y es uno de los más avanzados en el despliegue de su campaña de vacunación masiva y en la inoculación de su población. Las incertidumbres sobre el Brexit que han pesado sobre el sentimiento de inversión se están desvaneciendo, y la economía británica se beneficiará de una eventual recuperación cíclica, después del cierre. Mientras tanto, Reino Unido sigue siendo uno de los mercados de valores más baratos del mundo. En Lombard Odier aumentamos nuestra exposición a principios de diciembre a medida que mejoró el ciclo comercial de las acciones de valor, que están bien representadas en los mercados de valores de Reino Unido. Aun así, seguimos vigilando las reacciones al Brexit a medida que las empresas de la UE y de Reino Unido se adapten a la nueva relación comercial”.
A esta valoración, Lind añade una perspectiva sectorial: “En términos sectoriales, la agricultura y la automoción se encontraban entre las industrias más vulnerables al impacto de un Brexit sin acuerdo. Aproximadamente tres cuartas partes de las importaciones agrícolas del Reino Unido proceden de la UE. En consecuencia, la imposición de nuevos aranceles habría provocado una grave crisis de precios de los alimentos en el Reino Unido, situación que el gobierno pretendía evitar a fin de no agravar las dificultades económicas causadas por la pandemia de coronavirus. Incluso una vez alcanzado el acuerdo, se prevé que los precios de los alimentos experimentarán un cierto nivel de inflación como consecuencia de las certificaciones sanitarias y otros costes fronterizos que afectarán a las importaciones de alimentos y otros insumos agrícolas, como los piensos para animales. Esto podría resultar beneficioso para los supermercados con descuentos, ya que los consumidores sensibles a los precios tratarán de administrar su gasto en alimentación”.
Por último, respecto a la libra esterlina, Monier considera que el acuerdo crea un suelo para la libra frente al ampliamente debilitado dólar estadounidense a 1,30. Sin embargo, señala que desde la votación del Brexit en 2016 las estimaciones de valor de Lombard Odier justo para la libra esterlina/dólar han caído drásticamente de alrededor de 1,60 a finales de 2015 a 1,40 hoy en día. “Esa disminución se debe principalmente al deterioro de los términos comerciales y a la disminución del capital extranjero en relación con el PIB de Reino Unido, dado que los inversores buscaron mercados más predecibles. A medio plazo, la debilidad del dólar puede seguir ofreciendo cierto apoyo a la libra esterlina, aunque no lo suficiente como para compensar los vientos contrarios del Brexit que están frenando la inversión directa y los flujos de cartera”, apunta el CIO Lombard Odier Private Bank.